LA AJORCA DE ORO
Enviado por bln.aku • 17 de Octubre de 2012 • 1.594 Palabras (7 Páginas) • 2.644 Visitas
ANÁLISIS LITERARIO DE LA OBRA: “LA AJORCA DE ORO”
I. CONTEXTO SOCIAL, HISTORICO Y CULTURAL
Cuando escribe Bécquer está en pleno auge el Realismo. La poesía triunfante está hecha a medida de la sociedad burguesa que consolidará la Restauración, y es prosaica, pomposa y falsamente trascendente. Pero una notable porción de líricos se resistió a sumarse a esa corriente, y además hallaban vacía y retórica la poesía de la lírica esproncediana, la del apogeo romántico, que aún encontraban cultivada con gusto general en autores como José Zorrilla. El Romanticismo que les atrae ya no es el de origen francés o inglés, sino alemán, especialmente el de Heine, al que leen en traducción francesa.
I. ETAPA INFORMATIVA
Datos biográficos del autor
Gustavo Adolfo Bécquer nació en 1836 y murió en 1870 a la edad de 34 años. Es hijo de Joaquina Bastida Vargas y de José Domínguez Insausti, pintor sevillano, más conocido como José Bécquer o José Domínguez Bécquer.
Bécquer quedó huérfano de padre a los cinco años, y de madre a los once.
Durante su vida, pasaron por sus pies muchos conflictos, como por ejemplo revueltas populares, descomposición de una monarquía.
Su “mundo”, sus paisajes principales son Toledo y Madrid, existiendo otros de secundarios.
Era muy joven cuando empezó a componer, la obra más precoz fue a los diez años.
Bécquer fue a Madrid en el 1854, en dónde sufrió una revolución.
En Madrid fue periodista, adaptador de obras teatrales, escritor de rimas, leyendas y relatos, cronista de diversas celebraciones, censor de novelas... Sobretodo fue poeta, poeta lleno de sensibilidad y asombro, buscador del ideal estético y de la belleza como esencia.
Persiguió el secreto que en forma de pasión o aroma se esconde tras un labio o una flor, y encontró un lenguaje interiorizado, hecho música o perfume, fórmula de esencialización.
El ansia de gloria mantenía en pie sus esperanzas, a pesar del desaliento inicial, las dificultades, decepciones, carencias y fracasos.
Años de privaciones que culminaron en una grave enfermedad padecida en los primeros meses de 1858, estuvo un tiempo de convalecencia.
Más tarde, Bécquer pasó a ser redactor de un periódico.
Bécquer, como todo artista, siente la dualidad de los dos planos vitales: el de la realidad i el de la idealidad. Como poeta se extravía en un microcosmos solo para él accesible, siente deseos de sublimidad y evanescencia; Por otro lado, como periodista se halla atrapado en una circularidad de lo contingente y de lo secundario.
Un dilema que soluciona mediante el abandono del trabajo y la totalidad libertad para sentir la floración del lirismo contenido y los sueños.
A partir de aquí va escribiendo hasta que en 1863 y por motivo de enfermada se instala con su familia en el monasterio de Veruela.
Durante todo este tiempo estuvo trabajando, fue director de dos periódicos, pero llegó su fin el 22 de diciembre de 1870.
Entonces sus amigos se reunieron y acordaron recopilar, ordenar y publicar todo sus trabajos.
Un acento poético semejante y una calidad artística nada inferior, tienen las Leyendas, título con el que se agrupan todas las narraciones en prosa de Bécquer. Se publicaron originalmente en periódicos, entre 1861 y 1863, por lo que se supone que su composición fue anterior a la mayor parte de las Rimas. Son veintidós y están escritas con un estilo vaporoso, delicado y rítmico, donde abundan las descripciones, las imágenes y las sensaciones. Revelan un aspecto importante del romanticismo literario de su autor al mostrar un interés artístico y arqueológico por la edad media, con sus templos y claustros románicos o góticos, campos sombríos y calles tenebrosas, palacios y castillos. Predomina en ellas un espíritu donde se impone lo misterioso, lo sobrenatural y mágico con historias de raíz popular en muchas ocasiones, en las que la búsqueda de lo inalcanzable suele ser su argumento central.
Bécquer como dibujante: Desde niño estuvo rodeado de lienzos y dibujos de su padre lo que hizo que también se interesara por la pintura. Dijo que la pintura es un medio de expresión hacia lo inefable, superando a la escritura.
Entre sus amistades siempre se le apreció su madera de dibujante y colaboró varias veces con su hermano Valeriano. Destaca su gran técnica y refleja su mundo interior. La vida y la muerte están entrelazados en la mayoría de sus dibujos de sus serie Les morts pour rire. Bizarreries. Las escenas dibujadas provocan la risa, el reírse de la muerte.
También realizó dibujos en donde representa sus mundos imaginarios reflejados en sus Rimas y Leyendas.
Julia Espín también abarca gran parte de la obra pictórica de Bécquer, reflejándola en distintas situaciones.
Producción Literaria
OBRAS:
Historia de los templos de España
Cartas literarias a una mujer, 1860–1861
Cartas desde mi celda, Madrid, 1864
Libro de los gorriones, 1868
LEYENDAS:
El caudillo de las manos rojas, 1858
La vuelta del combate, 1858.
La cruz del diablo, 1860.
La ajorca de oro, 1861.
El monte de las ánimas, 1861.
Los ojos verdes, 1861.
Maese Pérez, el organista, 1861.
Creed en Dios, 1862.
El rayo de luna, 1862.
El Miserere, 1862.
Tres fechas, 1862.
El Cristo de la calavera, 1862.
El gnomo, 1863.
La cueva de la mora, 1863.
La promesa, 1863.
La corza blanca, 1863.
El beso, 1863.
La Rosa de Pasión, 1864.
La creación, 1861.
¡Es raro!, 1861.
El aderezo de las esmeraldas, 1862.
La venta de los gatos, 1862.
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