Libro Salvaje

El desarrollo sostenible es, por definición, el crecimiento económico que permite satisfacer las necesidades de las generaciones presentes pero sin poner en riesgo la posibilidad de las generaciones futuras de satisfacer sus propias necesidades.

Esto impone un cierto límite no muy definido que para algunos podría ser una desventaja: si tienes que preservar algo para el futuro, significa que no puedes derrocharlo todo hoy y que tienes que respetar las tasas de renovación de un recurso.

La economía moderna está basada en el consumismo veloz y voraz, en usar, pagar y cobrar por todo en el menor tiempo posible.

El desarrollo sostenible es exactamente lo contrario: usar lo necesario y no más, y guardar para el futuro.

Eso es una desventaja para las empresas que lucran con la explotación de recursos naturales.

Ejemplo, agua embotellada. El agua se extrae de una napa o de un acuífero, que no es infinito: si extraes demasiada agua muy rápido, el depósito se seca. Se va recargando con agua de lluvias y de otras fuentes subterráneas, pero lo hace lentamente. Por lo tanto, debemos respetar esa velocidad de recarga, para no vaciar la fuente... porque si no en unos años nos quedaremos sin agua en ese lugar.

La economía actual dice "vacía el acuífero y luego mudas la planta a otro acuífero, o sacas agua de un acuífero más profundo"; el desarrollo sustentable dice "encuentra el límite de recarga -con la hidrogeología se puede averiguar- y no retires más de lo que entra".

Las ventajas del D.S. es que te aseguras de que nunca te falten recursos naturales, ni ahora ni en el mañana a nuestros hijos y sus hijos

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