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Maria Feliz


Enviado por   •  26 de Diciembre de 2013  •  2.923 Palabras (12 Páginas)  •  380 Visitas

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y juventud[editar código]

María de los Ángeles Félix Güereña nació en Álamos, Sonora el 8 de abril de 1914. Fue hija de Bernardo Félix Flores, descendiente de indios yaqui. Su madre se llamaba Josefina Güereña Rosas, de ascendencia vasca. Tuvo doce hermanos: Josefina, María de la Paz, Pablo, Bernardo, Miguel, María Mercedes, Fernando, Victoria Eugenia, Ricardo, Benjamín y Ana María del Sacramento.

Durante su infancia mantuvo una estrecha relación con su hermano Pablo, tanto que la madre los separó pensando que pudieran envolverse en una relación incestuosa.1 Con tal objeto, envió a Pablo a una escuela militar. Quienes conocieron a María dicen que, de niña, disfrutaba con aficiones propias de muchacho, alejada de cuanto se esperaba de una niña. De jovencita se ejercitó como consumado jinete.

El tiempo transcurrió favorablemente para su hermosura; muy pronto su aspecto comenzó a llamar la atención. Fue coronada reina de la belleza estudiantil en la Universidad de Guadalajara. Muy joven aún aceptó en matrimonio a Enrique Álvarez Alatorre, un vendedor de la firma de cosméticos Max Factor (con quien procreó a su único hijo, el también actor Enrique Álvarez Félix), de quien acabaría divorciándose. Viajó luego a Ciudad de México, donde gracias a un encuentro casual con Fernando Palacios pasó a formar parte de la profesión cinematográfica.

Carrera cinematográfica[editar código]

María Félix fue conocida como La Doña por su papel en la película Doña Bárbara (1943), basada en la novela homónima del venezolano Rómulo Gallegos y por el papel protagónico de Doña Diabla (1949).

María Félix y Jorge Negrete empezaron una mala relación durante el rodaje de El peñón de las ánimas (1942), de Miguel Zacarías, ya que él había solicitado a su novia Gloria Marín para el papel principal. Por esta causa el rodaje de El peñón de las ánimas fue difícil y condujo a un enfrentamiento directo entre ambos. Lo que contribuyó a cimentar la fama de "La Doña" como una mujer dura y altanera, que tanto contribuyó a su éxito.

Tras el rodaje de El peñón de las ánimas, su fama ya no paró de crecer. Tanto es así que filmes como María Eugenia (1943), de Felipe Gregorio Castillo, y Doña Bárbara (1943), de Fernando de Fuentes, le otorgaron la categoría de gran diva del cine mexicano.

Un papel estelar junto a un ídolo como Jorge Negrete era una puerta lo bastante grande para que la cruzase sin reparos una mujer dotada de tanto carisma y autoestima. A partir de entonces, todos sus papeles serían protagonistas. Concretamente su interpretación de la Doña Bárbara del escritor venezolano Rómulo Gallegos es insuperable. Él mismo Gallegos se encargaba del guion y los diálogos de la película y cuentan que al conocer a María en un restaurante exclamó: “¡Es ella! ¡Es mi Doña Bárbara!”.

Su celebridad aumento al contraer matrimonio con el gran "Músico Poeta" Agustín Lara, con quien inicia una relación en 1943, que sellan en matrimonio en 1945. Como regalo de bodas, Lara, compone para ella su propio himno": "María Bonita"; el cual, la consagra internacionalmente y que ella siempre valoraba, diciendo con sus propias palabras, era como: "un regalo eterno". Su matrimonio con Lara concluye en 1947.

Doña Bárbara será el inicio de las importantes colaboraciones entre María y Fernando de Fuentes, a cuyas órdenes filma La Mujer sin Alma (1943) y La Devoradora (1946), cintas que contribuyen a aumentar su celebridad como "vampiresa por excelencia del cine mexicano", rol que sin embargo abandona en filmes como El monje blanco (1945) de Julio Bracho y tras su primer encuentro con Emilio Fernández y su renombrado equipo.

De la mano de Fernández, María realizará las tres películas que la consagran a nivel internacional: Enamorada (1946) de la cual Hollywood realiza una segunda versión que no obtiene el reconocimiento de la original, todo el equipo se mantiene con excepción de María Felix que es reemplazada por Claudette Colbert, Benito Alazraki, que posteriormente la dirigiría en “Café Colón” fue fundador y accionista mayoritario la marca productora “Panamerican Films” que también financió “La Diosa Arrodillada”, Río Escondido (1947) y Maclovia (1948). Gracias a estos filmes, la fama de María cruza el Atlántico.

Contratada por el productor español Cesáreo González, María realizará tres importantes películas en España. Gracias a éste, la actriz participó en diversos proyectos fuera de su país, entre los cuales cabe destacar Mare Nostrum (1948), de Rafael Gil; y La corona negra (1951), filme del argentino Luis Saslavsky basado en un argumento de Jean Cocteau.

Protagonizó las producciones españolas La noche del sábado (1950), de Rafael Gil, escrita a partir de la obra homónima de Jacinto Benavente, y Camelia (1953), de Roberto Gavaldón, donde hizo pareja con el actor español Jorge Mistral, bien conocido a ambos lados del Atlántico.

De España pasará a Italia, donde realizó Incantessimo Trágico (1951) y Mesalina (1951), de Carmine Gallone, en su momento, la cinta más cara del cine italiano.

En 1952, María regresa a México. Su estancia en el país se basará principalmente en su matrimonio con Jorge Negrete, su otrora enemigo, y con quien María contrae nupcias en 1952, enviudando once meses después.

Tras la muerte de Negrete, María regresa a Europa. En Francia realizará las cintas La Belle Otero (1954) y Les Héros sont Fatigués (1955), esta última al lado de Yves Montand. Sin embargo, la cinta más importante de María en este periodo es French Cancan (1954), del gran director francés Jean Renoir.

A su regreso a México en 1955, María, convertida ya en figura mítica del cine, se dará el lujo de elegir sus propias cintas, directores y hasta co-estrellas. De este periodo destacan La Escondida (1955), Canasta de cuentos mexicanos (1955) y Café Colón (1958), las tres junto a Pedro Armendáriz, para muchos su galán por excelencia, única figura que no podía opacar en la pantalla. En 1956 estelariza Tizoc (1956), al lado del Ídolo de México, Pedro Infante, cinta que sin embargo no fue del agrado de la actriz a pesar de su éxito internacional. Para compensarla, el mismo director de Tizoc (Ismael Rodríguez) le crea un vehículo genial para su lucimiento: La cucaracha, donde el director explota al máximo la recia personalidad de María, haciéndola rivalizar con su "complemento mítico": Dolores del Río.

Su contacto posterior con el cine extranjero se limita a las cintas españolas Faustina (1957), de José Luis Sáenz de Heredia y Sonatas] (1959),

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