Mario De La Cueva Ante La Condición Humana
Enviado por antonio0290 • 10 de Diciembre de 2013 • 473 Palabras (2 Páginas) • 248 Visitas
Mario de la Cueva ante la condición humana*
Luz María Zarza Delgado
Mario de la Cueva y de la Rosa nació en la ciudad de México el 11 de julio de 1901, falleciendo en la misma ciudad el 6 de marzo de 1981. Fue Licenciado en Derecho por la Escuela Nacional de Jurisprudencia. Dedicó su vida principalmente a la docencia y a la investigación, desarrollando su actividad académica en México pues fue rector de la UNAM de 1940 a 1942; sin embargo, ha sido considerado el jurista nacional de mayor renombre internacional, sobre todo en el área del derecho del trabajo. Realizó también importantes aportaciones en disciplinas como el derecho constitucional y la teoría del Estado.
Recibió múltiples distinciones, lo mismo en México que en otros países. Destacan la de profesor honorario de la Universidad Autónoma del El Salvador, Medalla de Instrucción Pública de Venezuela, perteneció a la Orden do Mérito Judiciario do Trabalho de Brasil, Doctor honoris causa y Profesor emérito de la Universidad Nacional Autónoma de México y Premio Nacional 1978 de Ciencias y Artes en Historia, Ciencias Sociales y Filosofía.
Entre sus obras más importantes están El derecho mexicano del trabajo, El nuevo derecho mexicano del trabajo, La síntesis del derecho del trabajo, La idea del Estado, La idea de la soberanía, el estudio preliminar a La soberanía de Herman Heller, la Constitución de 5 de febrero de 1857, la Constitución política y Teoría de la Constitución. Realizó traducciones del alemán al español de gran valor tales como La soberanía de Herman Heller, La filosofía del derecho del mundo occidental de Alfred Verdross, Calicles de Adolf Menzel y El derecho constitucional alemán en la mitad del siglo XIX y su desenvolvimiento hasta nuestros días de Herbert Krûger, entre otras.
Sus alumnos han dejado innumerables testimonios de los rasgos y virtudes del maestro Mario de la Cueva. Él mismo fue alumno brillante desde muy temprana edad, mostrando un gran amor por el saber, lo que le permitió combinar el aprendizaje y la enseñanza hasta el final de su vida. Lo caracterizó el rigor de su razonamiento y el trabajo metódico, sin impedirle esto comunicar con claridad su pensamiento, siempre crítico y original, ya que era ajeno a la imitación extralógica y a la improvisación. A pesar del reconocimiento internacional que logró, señalan quienes lo trataron, que siempre conservó la sencillez, aceptando el valor, las cualidades y el punto de vista de los demás.
Con esta primera información pudiéramos imaginarnos a un hombre frío, poco afecto a diversiones o entretenimiento; sin embargo, se ha dicho que Mario de la Cueva era un gran gourmet y conversador sensacional, hospitalario, generoso, discreto, que disfrutaba enormemente de los viajes, de las sesiones de dominó en su casa-biblioteca o de un partido de fútbol. Contrasta también que ante quienes reconocieron en él
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