Mario Vargas Llosa, Un Moralista Mundial

Es incuestionable de que, en la actualidad, Mario Vargas Llosa no solo es uno de los más conocidos novelistas y ensayistas latinoamericanos de nuestro tiempo, sino también es un periódico y crítico con perspectivas distintas, siempre o casi siempre está nadando contra lo corriente, utilizando sus palabras caústicas y una moralidad estricta para vigilar este mundo en lo que existe, por doquier, acontecimientos injustos, violencias horrendas, políticos corruptos e ideologías ridículas.

Para ese escritor peruano, aparte de sus experiencias personales, la imaginación y la creatividad que siempre son dos elementos fundamentales en sus novelas y obras y también son factores infaltables para ser un gran maestro de novelas como ese escritor de quien estamos hablando. No obstante, su inquieta vida juvenil, los tres años tortuosos que pasaba en la escuela militar, y además, los numerosos conflictos y peleas entre ese adolescente y su padre definitivamente habían ayudado a ese escritor maravilloso esforzar su interés hacia la literatura, adonde siempre escapaba para buscar un mundo imaginario, pero perfecto y tranquilo, en lo que podía gozar la satisfacción y alegría fácilmente, alejándose y huyendo de los momentos disgustos e infelices en su vida en aquel momento, incluso del sentido temeroso por esa figura paterna suya. A lo mejor este mundo en que vivimos ha ocurrido y sigue ocurriendo, en comparación con el de lo imaginario, los asuntos injustos, crueles, violentos, en lo que existe tantas personas inferiores, infelices y desesperadas, Mario Vargas Llosa se siente obligatorio de develar esas porquerías clandestinas antes los ojos del mundo, criticar y analizarla con una actitud moral, con el motivo de que elimina las acciones disparadas y mejorar, poco a poco, este mundo con la manera que sabe mejor cómo: la escritura.

Podemos decir que una cosa que Mario Vargas Llosa la considera más valerosa y cree que es un elemento importante y fundamental de todos los humanos en este mundo, y nadie tiene derecho alguno de robarlo desde los manos de cualquier persona, eso sería la libertad. Para la consciencia moral del escritor peruano, nada es más importante y esencial que voluntad propia y las opciones personales y libres, y si hay una cosa está conflicto con este concepto, la libertad siempre o casi siempre es la primera prioridad. En muchas ocasiones y discursos, el escritor peruano ha defendido el concepto de libertad en todos niveles y campos, no solo en Latino América sino también en todos los países en el planeta. No puede tolerar un poco de injusticia en su mundo, especialmente cuando se relaciona con la violación de la libertad humana. Por lo tanto, en sus ensayos y artículos se puede leer sus palabras defendiendo el tema de la libertad individual, entre ellos, el derecho al aborto, la legalización de la droga, la igualdad para los homosexuales y la libertad de elegir sus prácticas religiosas.

En nuestra era, para los países subdesarrollados y en desarrollos, hasta los países ya desarrollados, conseguir la libertad en todos los aspectos de la vida humana, derechos políticos, jurídicos, económicos, educados, sociales, expresiones y medios de comunicaciones, es una batalla con muchos obstáculos pero también es indispensable e incesante. En este momento, como otros países en desarrollados, Latino América está luchando con todos sus esfuerzos por su libertad en todos niveles sociales, y Mario Vargas Llosa no deja luchando solo a sus compatriotas esta batalla, es notable que sus palabras y moralidad están en el mismo lado de la libertad y las minorías.

Sin embargo, ese escritor honorable no solo defiende por la libertad a través de sus ensayos y artículos, sino también con sus acciones personales. En el año pasado él rompió su relación con el periódico peruano “El Comercio” y canceló su colaboración por su columna “Piedra de Toque” en el diario, por favorecer Keiko Fujimori, la hija del ex-presidente Alberto Fujimori quien fue condenado en cárcel por sus delitos de la corrupción y la violación de los derechos humanos durante su período presidencial. La relación entre Mario Vargas Llosa y El comercio puede originarse en los años de 1950 cuando el escritor empezó con seriedad su carrera literaria con la publicación de sus primeros relatos El abuelo en El comercio. Por lo tanto, se cortó una relación tan larga dado que piensa que El comercio se convirtió en una propaganda política de Keiko Fujimori y perdió la objetividad y expresión libre de los que son los elementos fundamentales para una prensa y no podía aguantar sus artículos y opiniones defendiendo por la libertad aparecer en un diario ya era una herramienta política. “No puedo permitir que mi columna Piedra de toque siga apareciendo en esa caricatura de lo que debe ser un órgano de expresión genuinamente libre, pluralista y democrático". Así que podemos ver ese escritor respetable no tiene ningún espacio de compromiso y negociación en relación con sus creencias y moralidad.

Un escritor debía ser conciencia crítica de su tiempo y de su sociedad. En nuestro tiempo y en nuestro mundo, nadie encarna ahora esa conciencia como Mario Vargas Llosa. Y un tema de lo que toca lo más frecuente es la política, sobre todo, la de Latino América, aunque ha sido viviendo en los diferentes ciudades europeas, entre ellas, Madrid, Barcelona, Londres y Paris, después de su autoexilio dado que la fallada política aventura en el año 1990, su corazón todavía se conecta apretadamente con sus raíces latino americanos, sus preocupaciones

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