Nose LA CRISIS CON EL DR. J.H. KELLOGG

LA CRISIS CON EL DR. J.H. KELLOGG

Nació en Tyrane, Michigan. Tuvo 16 hermanos. Cuando era muy niño su familia se mudó a Jackson y luego a Battle Creek. A sus 10 años ya trabajaba en una fábrica de escobas con su padre. A los 12 años ya estaba en la imprenta de la Review  and Herald. A los 14 años ya sabía el oficio y era lector de pruebas, a los 16 había terminado la escuela elementar y a los 17, en un solo año, termino la secundaria. El ocupaba todas las noches para leer. Los esposos White vieron lo dedicado y sobresaliente que era y lo llevaron a su casa y lo ayudaron para que tuviera una educación superior. El quiso estudiar medicina y los esposos White lo ayudaron para que ingresara a la mejor escuela de medicina en los EE.UU. En tres años termino sus estudios ya que por las noches recibía clases especiales por sus maestros.

De joven fue ambicioso y de convicciones; ya como adulto y siendo médico fue testarudo y terco, además rudo. También se volvió celoso con sus rivales en potencia dentro de la medicina. Fue escritor prolijo, escribió más de 50 libros, además era orador interesantísimo.

Elena de White vio en un sueño la suerte del doctor. Dios se lo presento como un témpano de hielo que se oponía a la embarcación donde ella y muchos otros viajeros iban.  Cuando el vigía dio la voz de alarma diciendo ¡Iceberg a la vista! Todos temblaron pensando que naufragarían. Ella oyó que alguien con autoridad grito ¡No tengan miedo! Arremetan contra el iceberg. Cuando despertó supo que el tempano de hielo era el doctor.

Otra acusación muy repetida del doctor Kellogg era que otros interferían, ya menudo manipulaban los escritos de la señora White, y así no se podía confiar que ellos representaran su oposición con certeza. Particularmente acusaba a su hijo Guillermo White, por ejercer demasiado control sobre la obra de su madre, citaba ejemplos donde los testimonios fueron retenidos por él.

“Dios no se ha propuesto removernos toda posibilidad para la duda. El dos da evidencias, las cuales deben ser cuidadosamente investigadas con mente humilde y un espíritu dispuesto a aprender, y entonces debemos decidirnos por el peso de las evidencias”.

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