Nuevas Armas Para Vencer A Una Vieja Enemiga:
Enviado por amniel • 25 de Junio de 2013 • 1.945 Palabras (8 Páginas) • 367 Visitas
En las últimas décadas hemos presenciado grandes avances científicos
como la clonación de mamíferos o la investigación en células madre para la
regeneración de órganos. Estas investigaciones constituyen una promesa para
curar a aquellos que padecen de Alzheimer, Parkinson, Diabetes Mellitus y
otras enfermedades que azotan la humanidad. ¿Y que pasa con la caries? ¿Se
está haciendo algo para intentar erradicar este viejo problema? La respuesta es
afirmativa y realmente los logros alcanzados hasta el momento son bastante
sorprendentes como veremos más adelante.
Todos conocemos a alguien que ha padecido en algún momento dolor de
muelas y sabemos lo tremendamente molesto que puede llegar a ser. Se calcula
que el número de personas afectadas por la caries en un país industrializado es
de entre el 60 y 90 % de la población total a pesar de los esfuerzos de los
gobiernos para reducir esta proporción mediante programas de prevención y
educación además de otras medidas como la fluoración del agua potable. En los
países en vías de desarrollo el índice es aun mayor debido a la escasez de este
tipo de medidas. ¿No sería magnífico terminar con la caries en forma
definitiva? Lo sería ya que esta enfermedad, si bien no matará a nadie, causa un
gran sufrimiento a quienes la padecen. Además los tratamientos existentes son
generalmente poco agradables. Si tienes caries y acudes a tiempo a la consulta
dental el problema se solucionará con un empaste, si acudes un poco más tarde
te tendrán que hacer un tratamiento radicular (extraer todo el contenido de
diente y reemplazarlo por un material plástico) o incluso perderás el diente.
Con unos cuantos dientes menos se come bastante peor, lo que repercutirá en III Certamen Teresa Pinillos. ACCÉSIT
tu salud además de ser estéticamente poco atractivo. Finalmente tendrás que
reemplazar estos dientes perdidos con una prótesis, las cuales aunque
funcionan bastante bien, nunca llegan a ser como tus propios dientes.
Naturalmente todos estos tratamientos antes citados constituyen un gasto
importante para quienes tengan que afrontarlos. El gasto efectuado en caries se
estima supera la exorbitante suma de mil millones de euros anuales.
La batalla contra esta enfermedad se debe librar en la arena de la
prevención. Una vez que la caries ha infectado un diente, este estará condenado
para siempre a padecerla. Los empastes, por ejemplo, muestran en los bordes
ranuras microscópicas por las cuales la caries vuelve a atacar y al cabo de unos
años será necesario reemplazar el empaste por uno mas grande, o por un
tratamiento radicular si la caries ya ha llegado al corazón del diente, la pulpa.
Más vale prevenir que lamentar, este dicho está aplicado mejor que nunca en el
caso de la caries. Por lo tanto está claro que para vencer a esta enfermedad
necesitamos algo que impida que se instale en la boca. ¿Cómo podemos
lograrlo?
En nuestra boca viven millones de bacterias de unos cuatrocientos tipos
distintos: una verdadera jungla de microbios. Las hay de muchos tipos: algunas
son esféricas, otras tienen forma de bastón, otras de espiral, las hay grandes y
pequeñas, de diferentes gustos gastronómicos, a algunas les encanta el oxígeno
mientras que otras lo detestan, es decir, la variedad es realmente
impresionante. También son capaces de relacionarse entre sí: unas comen lo
que las otras dejan, se adhieren unas a otras para sentirse más seguras o a veces
compiten entre ellas. En resumen constituyen un complejo ecosistema, como
cualquiera que podamos encontrar en una selva tropical con animales que
podamos ver a simple vista.
Algunas de estas bacterias se comen los azúcares que tomamos en nuestra
comida y expulsan como residuo varios tipos de ácidos. Estos ácidos disuelven
el calcio de los dientes dejando entonces una cavidad, la caries. Hay varias
especies de bacterias que tienen esta capacidad de producir caries, pero la más III Certamen Teresa Pinillos. ACCÉSIT
importante es la llamada estreptococo mutans, ya que además de producir
mucho ácido, disfruta mucho viviendo en él y produciendo luego más ácido
aún, cosa bastante excepcional si consideramos que a la mayoría de sus
compañeras de otras especies un medio tan ácido no les parece un ambiente
adecuado para vivir.
Para que el estreptococo mutans inicie su loca carrera de producción de
ácidos hace falta un paso esencial: las bacterias deben adherirse firmemente al
diente, de lo contrario se verían arrastradas por la saliva y no podrían instalarse
a vivir en la boca. Para esta finalidad poseen en su superficie moléculas que les
sirven de ancla. Si se lograse de alguna manera bloquear estas anclas, el
estreptococo mutans no se podría pegar al diente.
Justamente esta es la estrategia que se viene investigando en la vacuna
contra la caries. El cuerpo produce los llamados anticuerpos, que son proteínas
diseñadas especialmente para reconocer moléculas específicas en las bacterias y
unirse a ellas, bloqueándolas y activando el sistema inmune. Para incentivar
que nuestro organismo produzca estos anticuerpos lo que se suele hacer es
inyectar la molécula que queremos que el anticuerpo reconozca y esperamos a
que el organismo los fabrique. A esto se le llama vacunación activa.
En la vacuna anti-caries buscamos por lo tanto producir anticuerpos que
se unan selectivamente y bloqueen las anclas del estreptococo mutans
impidiéndole que se pueda instalar a vivir en nuestros dientes. El antígeno, es
decir, la molécula de adhesión del estreptococo se administra por aerosol nasal,
en las amígdalas, por inyección cerca de las glándulas salivales o incluso por vía
oral. Estos sitios se han elegido ya que se ha visto que consiguen algo que es
crucial: que los anticuerpos producidos se secreten por la saliva, de tal forma
que puedan alcanzar los dientes, de otra manera no se podrán poner en
contacto con el estreptococo y no podrán hacer su trabajo.
Los resultados obtenidos hasta el momento han sido
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