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Poetas Mas Influyentes


Enviado por   •  4 de Julio de 2015  •  4.315 Palabras (18 Páginas)  •  199 Visitas

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Lord Byron

(George Gordon; Londres, Gran Bretaña, 1788-Missolonghi, actual Grecia, 1824) Poeta británico. Perteneciente a una familia de la aristocracia de su país, perdió a su padre a los tres años. En 1798, al morir su tío abuelo William, quinto barón Byron, heredó el título y las propiedades.

Educado en el Trinity College de Cambridge, etapa en la que curiosamente se distinguió como deportista, a pesar de tener un pie deforme de nacimiento, Lord Byron vivió una juventud amargada por su cojera y por la tutela de una madre de temperamento irritable. A los dieciocho años publicó su primer libro de poemas,Horas de ocio, y una crítica adversa aparecida en el Edimburgh Review provocó su violenta sátira titulada Bardos ingleses y críticos escoceses, con la que alcanzo cierta notoriedad.

Lord Byron

En 1809, al ser declarado mayor de edad, Lord Byron emprendió una serie de viajes en los que recorrió España, Portugal, Grecia y Turquía. A su regreso publicó, como memoria poética de su viaje, los dos primeros cánticos de La peregrinación de Childe Harold, que le valieron rápidamente la fama. El héroe del poema, Childe Harold, parece basado en elementos autobiográficos, aunque sin duda recreados y aumentados para configurar lo que sería el típico héroe byroniano -al que él mismo trató de emular en su vida-, caracterizado por la rebeldía frente a la moral y las convenciones establecidas y marcado por una vaga nostalgia y exaltación de sentimientos, en especial el sufrimiento por un indeterminado pecado original.

En 1815 se casó con Anna Isabella Mibanke, con quien tuvo una hija, Augusta Dada, aunque se separaron al cabo de un año. El personaje libertino y amoral que Lord Byron encarnaba frente a la sociedad terminó por volverse contra él, sobre todo a partir de los rumores sobre sus relaciones incestuosas con su hermanastra Augusta, por lo que terminó por abandonar el Reino Unido en 1816, para no regresar jamás y convertirse en poeta errante por Europa.

En Suiza, de donde había llegado procedente de Bélgica, Lord Byron convivió con el poeta Shelley y sostuvo relaciones amorosas con Claire Clairmont. Tras una estancia en Génova, se trasladó a Venecia, donde inició, en 1819, una nueva y turbulenta relación amorosa con la condesa Guiccioli y llevó una vida fastuosa y salpicada de escándalos; más tarde fue a Ravena.

En esta época terminó el cuarto canto de Childe Harold y su Manfredo (1817), que le permitió sostener correspondencia con Goethe, quien diría de él que se trataba del «primer talento de su siglo». En 1819 inició su famoso Don Juan, considerada por muchos como su mejor obra, en la que recrea al mítico personaje en un tono que oscila entre la gravedad y la ironía. En 1822, y junto a los poetas Shelley y Leigh Hunt, fundó en Pisa la revista The Liberal, cuya publicación se interrumpió enseguida debido a la muerte del primero y a la disputa de Byron con Hunt.

Orientado cada vez más hacia la causa liberal, en 1823, a raíz de la rebelión de los griegos contra los turcos, Lord Byron reclutó un regimiento para la causa de la independencia griega, aportó sumas económicas importantes y se reunió con los insurgentes en julio de 1823 en Missolonghi. Murió de unas fiebres en esta misma ciudad poco después, a los treinta y seis años de edad.

La fama de que gozó en su época se ha visto reducida en gran medida con el paso de los años y el aumento de la perspectiva histórica. Se ha discutido el valor literario y sobre todo el carácter innovador de sus composiciones líricas, mientras que su facilidad versificadora y su expresión ágil e incisiva mantienen el interés de sus sátiras y composiciones narrativas. Byron encarnó para sus coetáneos el ideal del héroe romántico, tanto en su obra como en su vida, y como tal fue considerado y admirado por no pocos escritores, José de Espronceda y Gustavo Adolfo Bécquer entre ellos.

Hubo un tiempo... ¿recuerdas?

Hubo un tiempo... ¿recuerdas? su memoria

Vivirá en nuestro pecho eternamente...

Ambos sentimos un cariño ardiente;

El mismo, ¡oh virgen! que me arrastra a ti.

¡Ay! desde el día en que por vez primera

Eterno amor mi labio te ha jurado,

Y pesares mi vida han desgarrado,

Pesares que no puedes tú sufrir;

Desde entonces el triste pensamiento

De tu olvido falaz en mi agonía:

Olvido de un amor todo armonía,

Fugitivo en su yerto corazón.

Y sin embargo, celestial consuelo

Llega a inundar mi espíritu agobiado,

Hoy que tu dulce voz ha despertado

Recuerdos, ¡ay! de un tiempo que pasó.

Aunque jamás tu corazón de hielo

Palpite en mi presencia estremecido,

Me es grato recordar que no has podido

Nunca olvidar nuestro primer amor.

Y si pretendes con tenaz empeño

Seguir indiferente tu camino...

Obedece la voz de tu destino

Que odiarme puedes; olvidarme, no.

Alphonse de Lamartine

Escritor y político francés (Mâcon, 1790 - París, 1869). Procedía de la aristocracia terrateniente y monárquica de Borgoña. Fue uno de los más destacados poetas del romanticismo francés, con obras en las que, sin grandes innovaciones formales, introdujo la temática de los más intensos sentimientos personales en un registro lírico, como en sus Meditaciones (1820), Armonías poéticas (1830), Getsemaní(1834), Jocelyn (1836), La caída de un ángel (1839) y Recogimientos (1839). Tras una breve experiencia como militar en los inicios de la Restauración, desde 1820 siguió la carrera diplomática, sirviendo sobre todo en Italia.

Alphonse de Lamartine

Durante el reinado de Luis Felipe de Orléans pasó a la actividad política, desde que fuera elegido diputado en 1833. Paulatinamente se fue alejando de su educación conservadora e inclinándose hacia posiciones liberales más avanzadas, hasta simpatizar con los republicanos. Participó en la oposición a Guizot, reclamando una reforma electoral democrática; y la Revolución de 1848, que derrocó a Luis Felipe, le llevó a presidir el gobierno provisional.

Confiando en sus viejos ideales de libertad y fraternidad, rehusó reforzar su poder personal y contribuyó a que la Segunda República tuviera un ejecutivo colegiado. También se esforzó por moderar las tendencias populares radicales. Todo ello le hizo perder influencia, contribuyendo a su aplastante derrota por Luis Napoleón Bonaparte en las elecciones presidenciales de diciembre de 1848.

Fracasado el sueño de Lamartine de servir de punto de encuentro para todos los partidos del régimen, acabó

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