Quien Es San BuenaVentura
Enviado por valeried0129 • 10 de Agosto de 2014 • 1.635 Palabras (7 Páginas) • 320 Visitas
Contemporáneo y amigo de Santo Tomás fue San Buenaventura, nombre que recibió a consecuencia de haberse librado durante su niñez de una gravísima enfermedad, con cuyo motivo su madre le había ofrecido a la Orden de San Francisco, que acababa de fundarse. Su nombre de bautismo era Juan Fidezza o Fidanza, y su patria Bagnarea (Balneoregium), en la Toscana. Cumpliendo la promesa de su madre, y siguiendo su propia inclinación, vistió el hábito franciscano a los veintidós años de su edad; explicó teología con extraordinario aplauso en París; fue Superior general de su Orden, y en 1273 fue creado Cardenal y Obispo de Ostia por Gregorio X, el cual le envió al Concilio general de Lyon, en el que tomó parte muy activa y principal durante las primeras sesiones.
Falleció en Julio de 1274, antes de celebrarse la sesión quinta, asistiendo a sus funerales y honrando su memoria todo el Concilio, con el Papa a la cabeza.
La doctrina filosófica de San Buenaventura (doctor seraphicus), contenida principalmente en sus comentarios sobre las sentencias de Pedro Lombardo, en suItinerarium mentis in Deum, en suBreviloquium y en el tratado De reductione artium ad Theologiam, coincide en la substancia con la de Santo Tomás, aunque no es tan completa ni abraza todas las partes y todos los problemas filosóficos con la profundidad y amplitud que se observan en los escritos del último.
San Buenaventura distingue en el conocimiento humano, al cual denomina iluminación, cuatro modos o grados, que son:
a) La luz exterior, que se refiere a las artes mecánicas (lumen exterius, scilicet, lumen artis mechanicae);
b) La luz inferior, o sea la que se refiere o constituye el conocimiento sensitivo;
c) La luz interior, que se refiere al conocimiento filosófico (lumen cognitionis philosophicae);
d) Y la luz superior, o sea la luz de la gracia sobrenatural y de la Sagrada Escritura. La luz del conocimiento filosófico se llama interior, porque investiga las causas internas y ocultas de las cosas, sirviéndole de fundamento los primeros principios, que son naturales al hombre (1), o le han sido dados por la naturaleza misma.
En conformidad con esta doctrina, el Doctor Seráfico parece admitir ciertas ideas innatas, y con particularidad la idea de Dios, en cuyo y para cuyo conocimiento el entendimiento es informado por una noción que es una semejanza o representación intelectual impresa en nuestro entendimiento y no adquirida por abstracción: intellectus informatur quadam notitia, quae est veluti similitudo quaedam non abstracta, sed impressa (2).
Lo que caracteriza a la Filosofía de San Buenaventura con relación a la de Santo Tomás, es su tendencia ontológica y su dirección mística. Sería injusto contar a San Buenaventura entre los partidarios del ontologismo, por más que así lo hayan pretendido los partidarios de éste, desde Mallebranche hasta Gioberti; porque la verdad es que son tan numerosos como explícitos los textos y pasajes en que San Buenaventura enseña que conocemos a Dios por medio de las criaturas (Deus qui est Artifex et causa creaturae, per ipsam cognoscitur), que son sus efectos: que Dios no puede ser conocido por nuestro entendimiento en su propia espiritualidad o pureza, necesitando el alma conocerle en una luz inferior y quasi material, es decir, por medio de las cosas creadas: Cum Deus tanquam lux spiritualis, non possit cognosci in sua spiritualitate ab intellectu, quasi materiali luce indiget anima, ut cognoscat ipsum, scilicet, per creaturam: que es propio de los viadores conocer a Dios elevándose de las criaturas al Creador, sirviendo aquéllas de escala para llegar al conocimiento del Ser supremo: Cognoscere autem Deum per creaturam.... quasi per scalam mediam; hoc est proprie viatorum.
Por otra parte, basta fijar la atención en la doctrina de San Buenaventura acerca de la existencia, naturaleza y funciones del entendimiento agente y del entendimiento posible, para reconocer que su teoría del conocimiento no puede identificarse con la teoría del ontologismo, con su percepción inmediata y directa del ser divino y de las cosas en Dios. El Doctor Seráfico, después de afirmar que tanto el entendimiento posible como el agente no son distintos del alma ni están fuera de ella, sino que deben considerarse como algo perteneciente a la misma (uterque est aliquid ipsius animae), como fuerzas o propiedades del alma racional, añade y afirma: a) que deben considerarse, no como dos potencias intelectuales, sino como dos funciones diferentes (intellectum agentem et possibilem duas differentias esse intellectivae potentiae) de la misma facultad inteligente; b) que por medio de la función o acto del entendimiento posible recibe el alma las especies, ideas o representaciones inteligibles, mediante las cuales se verifica la percepción de los objetos a que éstas se refieren; y que esta abstracción pertenece al entendimiento agente como su función propia: Una est per quam ordinatur anima ad suscipiendum; altera vero per quam ordinatur ad abstrahendum.
Así es que mientras los ontologistas buscan en Dios
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