RESPUESTA DE LA POETISA A LA MUY ILUSTRE SOR FILOTEA DE LA CRUZ
Enviado por 20LE03ON • 23 de Mayo de 2013 • 918 Palabras (4 Páginas) • 694 Visitas
RESPUESTA DE LA POETISA A LA MUY ILUSTRE SOR FILOTEA DE LA CRUZ
Juana Inés de Asbaje y Ramírez de Santillana, Sor Juana Inés de la Cruz, nació el 12 de noviembre de 1648 en la Hacienda de San Miguel Nepantla, Estado de México. Su padre era vasco y murió en 1669, su madre Isabel Ramírez, mexicana, falleció en 1668.
En plena madurez literaria, critica al P. Vieyra (portugués jesuita) un sermón y lo impugnó sosteniendo lo relativo a los límites entre lo humano y lo divino entre el amor de Dios y el de los hombres. En consecuencia, el obispo de Puebla, Manuel Fernández de Santa Cruz (Sor Filotea) le escribe pidiéndole que se aleje de las letras profanas y se dedique de lleno a la religión.
Así, surge como respuesta la carta a Sor Filotea de la Cruz escrita por Sor Juana Inés de la Cruz en marzo de 1691, al citado obispo. En ella, hace una serie de recriminaciones y, expresa también, su admiración. Fue publicada hasta 1700, en Fama y obras póstumas del Fénix de México (Madrid: Manuel Ruiz de Murga)
Sor Juana Inés de la Cruz surgió en plena época del apogeo imperialista español y, a la vez, el principio de su caída. Los virreyes administraban la mayoría de los bienes de la corona de España y la Iglesia estaba fuertemente establecida. Por tradición eclesiástica, las mujeres sólo podían ser esposas o doncellas, tenían totalmente negada la posibilidad de estudiar y acceder a una formación académica. No podían opinar o reclamar cualquier derecho o contradecir lo expuesto por los hombres.
Sor Juana Inés de la Cruz, sin embargo, era hija de una familia acomodada, contaba con la protección de la corte del virreinato de Méjico, lo cual le brindaba ciertos privilegios sobre el resto de las mujeres de su época. Su manera de escribir y su constante crítica forjaron constantes conflictos con otros integrantes de la iglesia. Pocas mujeres escritoras poetisas, en la clandestinidad o en el encierro en conventos, se atrevían a escribir desde sus sentimientos. Toda mujer que decidiera escribir debía ser muy cuidadosa respecto del contenido de sus escritos.
En la Respuesta, sor Juana afirma que es "una simple narración de mi inclinación a las letras" y una provocación al saber establecido, al atreverse a llevar a Aristóteles, máxima autoridad de la filosofía clásica, a la cocina ("Si Aristóteles hubiera guisado, mucho más hubie¬ra escrito').
El obispo, autor de la carta, aunque no se declara en contra de la educación de la mujer, si señala que ninguna mujer debió esmerarse tanto por aprender ciertos temas filosóficos y pone de manifiesto su inconformidad ante la falta de obediencia que podrían demostrar algunas mujeres instruidas, y más concretamente, sugiere a Sor Juana emplear su talento en la literatura teológica como lo hizo Santa Teresa de Ávila o San Gregorio Nacianceno.
Sor Juana, por su parte, señala
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