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Rosalia De Castro


Enviado por   •  30 de Enero de 2013  •  377 Palabras (2 Páginas)  •  410 Visitas

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Nació el 24 de febrero de 1837 en Camino Novo, un arrabal de Santiago de Compostela. Figura en el registro del Hospital Real de Santiago de Compostela como hija de padres desconocidos, aunque se sabe que es hija del semirarista José Martínez Viojo y de María Teresa de la Cruz de Castro, de familia hidalga.

Pasa sus primeros años al cuidado de unas tías paternas y posteriormente se traslada a Padrón para vivir con su madre. Su nodriza le enseñó la el gallego y le hizo conocer la poesía popular en esa lengua.

Viaja a Madrid en 1856, donde conoce a Manuel Murguía, con el que contrae matrimonio y quien la pone en contacto con Bécquer y su círculo. En 1857 publica su primer libro poético, La Flor, al que le siguen Cantares gallegos de 1863, y Follas Novas de 1880, ambos escritos en gallego. Su obra principal, En las orillas del Sar, se publicó en castellano en 1884.

Con Cantares gallegos se situó como precursora, junto a Curros Enríquez y Pondal, del Rexurdimento cultural de Galicia. La crítica subraya su feminismo pionero. Además fue autora de las novelas La hija del mar(1859), de carácter folletinesco; Flavio (1861) y la costumbrista Ruinas (1866). También publicó las tituladas El caballero de las botas azules, en 1867, y El primer loco, en 1881.

Fue madre de seis hijos, y de su matrimonio, se dice que no fue feliz.

De salud delicada y temperamento depresivo, Rosalía de Castro falleció el 15 de julio de 1885 en A Matanza (Padrón).

Pobre alma sola

¡Pobre alma sola!, no te entristezcas,

deja que pasen, deja que lleguen

la primavera y el triste otoño,

ora el estío y ora las nieves;

que no tan sólo para ti corren

horas y meses;

todo contigo, seres y mundos

de prisa marchan, todo envejece;

que hoy, mañana, antes y ahora,

lo mismo siempre,

hombres y frutos, plantas y flores,

vienen y vanse, nacen y mueren.

Cuando te apene lo que atrás dejas,

recuerda siempre

que es más dichoso quien de la vida

mayor espacio corrido tiene.

Amores Cativos

Era delor y era cólera,

era medo y aversión,

era un amor sin medida,

¡era un castigo de Dios!

Qu' hay uns negros amores d' índole penzoñenta

que privan os espritos, que turban as concencias,

que morden, s'acariñan, que cando miran queiman,

que dan dôres de rabia, que manchan e qu' afrentan.

Máis val morrer de friaxen

que quentarse â sua fogueira

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