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Se Necesita Una Vida


Enviado por   •  4 de Octubre de 2014  •  4.897 Palabras (20 Páginas)  •  145 Visitas

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DESARROLLO DE LA CAPACIDAD CREADORA

Resumen del libro de Viktor Lowenfeld, por Gema Fernández

(Extractos)

5. LOS COMIENZOS DE LA AUTOEXPRESIÓN. LA ETAPA DEL GARABATEO: DE 2 A 4 AÑOS

5.1. LA IMPORTANCIA DE LA PRIMERA INFANCIA

. Los primeros años de vida son probablemente los más cruciales en el desarrollo de una criatura. El arte puede contribuir enormemente a este desarrollo, pues el aprendizaje tiene lugar en la interacción del niño y el ambiente. El arte comienza para el niño cuando sus sentidos tienen el primer contacto con el medio y reacciona ante esas experiencias sensoriales. Cualquier forma de percibir y de reaccionar frente al medio es una base para la producción de formas artísticas, ya sea en el nivel de un niño o en el de un artista profesional.

El primer registro permanente de un niño, por lo general, toma la forma de un garabato alrededor de los 18 meses de edad. El primer trazo es un paso muy importante en su desarrollo, pues es el comienzo de la expresión que no solamente lo va a conducir al dibujo y a la pintura, sino también a la palabra escrita. La forma en que estos primeros trazos sean recibidos puede influir mucho en su desarrollo progresivo. La atención que se les preste puede ser la causa de que el niño desarrolle actitudes, cuando comience su escolaridad formal.

5.2. EL DESARROLLO DEL GARABATEO

Los garabatos tienden a seguir un orden bastante predecible. Comienzan con trazos desordenados en un papel y gradualmente evolucionan hasta convertirse en dibujos con cierto contenido reconocible para los adultos. En términos generales, los garabatos se clasifican en tres niveles o categorías principales: garabatos desordenados, controlados y con nombre.

• Garabateo desordenado

Los primeros trazos, generalmente no tienen sentido, variando del longitud y dirección. A menudo, el niño mira hacia otro lado mientras hace estos trazos y continúa garabateando. Puesto que los niños en la edad del garabateo no han desarrollado un control muscular preciso, generalmente sólo pueden repetir los movimientos más amplios.

Los garabatos tienen, en gran medida, como base, el desarrollo físico y psicológico del niño, y no una intención de representar algo. Es muy importante que el niño tenga oportunidad de garabatear, y que el adulto se interese por lo que el niño está haciendo, pues él debe sentir que este camino de comunicación es bien mirado o aceptado por los adultos.

A los 2 años, generalmente, la actividad del garabateo ha comenzado a ser un medio real de expresión, uno de los primeros, después del llanto. Parece inequívoco que el garabateo es una parte natural del desarrollo total de los niños, que refleja su evolución psicológica y fisiológica.

• Garabateo controlado

Unos seis meses después de comenzar a garabatear, el niño descubrirá que hay una vinculación entre sus movimientos y los trazos que ejecuta en el papel. Es un paso muy importante, pues el niño ha descubierto el control visual sobre los trazos que ejecuta.

La mayoría de los niños en esta etapa garabatean con gran entusiasmo, puesto que la coordinación entre su desarrollo visual y motor es una conquista muy importante. Esto estimula al niño y lo induce a variar sus movimientos. Muy raramente realiza puntos o pequeños trazos repetidos, porque esto requiere que el niño levante el lápiz del papel. Ahora, los trazos del niño serán casi el doble de largos y, a veces, intentará usar diferentes colores.

Alrededor de los tres años ya se aproxima a la forma de tomar el lápiz que tiene el adulto, puede copiar un círculo, pero no un cuadrado. Los garabatos comienzan a ser mucho más elaborados.

• El garabateo con nombre

El niño alrededor de los 3 años y medio, comienza a dar nombre a sus garabatos: "Esta es mamá", "este soy yo"... Esto es un indicio de que el pensamiento del niño ha cambiado, ahora dibuja con intención, aunque los dibujos en sí no hayan cambiado mucho. Lo importante es que los garabatos o líneas que los adultos pueden considerar sin sentido alguno, tienen en cambio un significado real para el niño que los está dibujando.

• EL SIGNIFICADO DEL COLOR

El color desempeña un papel secundario en la etapa del garabateo. Esto es evidente, en especial, durante los dos primeros niveles, cuando el niño está adquiriendo su coordinación motriz. El lápiz negro sobre el papel blanco, o la tiza blanca sobre la pizarra negra resultan preferibles a cualquier otra combinación de colores que pueden no dar los fuertes contrastes deseados.

Sólo cuando el niño entra en la etapa de dar nombre a sus garabatos desea realmente emplear diferentes colores para distintos significados. Una de las primeras etapas en el proceso de la percepción del color es, simplemente, la de distinguir entre colores diferentes. Esto no significa que el niño sea capaz de nombrar los colores, sino que debe tener la oportunidad de poder realizar cierta elección en el color.

Los cambios de color pueden a veces ser significativos para la asignación de nombres a los dibujos, pues los colores pueden tener algún significado para el niño. Sin embargo, es de primordial importancia en las etapas del garabateo que el niño tenga primero oportunidad de crear líneas y formas, de desarrollar el dominio de la coordinación y de comenzar sus primeras relaciones pictóricas con el ambiente.

• EL GARABATEO COMO REFLEJO DEL DESARROLLO

El proceso de desarrollo es continuo pero no uniforme. Así como encontramos grandes diferencias individuales en el crecimiento, también las hallamos en el garabateo de los niños, que se puede considerar como un reflejo del desarrollo físico y afectivo del niño.

Los primeros garabatos registran una actividad kinestésica y, en ellos, las líneas aparecen hechas al azar o repetidas como para dominar un trazo particular. Poco a poco, el adulto adiestrado para ello puede percibir cambios cuando el niño comienza a hacer una o varias figuras cerradas reunidas en configuraciones complejas. Esto significa que los conceptos del niño más allá del yo no se han desarrollado por entero y que no tiene una completa integración viso-motriz.

Los niños muy pequeños captan primeramente la dimensión vertical, para luego reconocer la horizontal y, sólo en último lugar, comprenden la dimensión diagonal. Los niños que garabatean no son capaces de copiar una diagonal, pues ésta es una tarea que la mayoría de los niños sólo pueden realizar después de los cinco años.

Como promedio se puede decir que el niño comienza a garabatear a los 2 años y continúa haciéndolo hasta que tiene 4 más o menos. Y puesto que el garabateo es un reflejo del desarrollo total del niño,

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