Se Necesita Una Vida
Enviado por Yyusmarycast • 4 de Noviembre de 2014 • 1.701 Palabras (7 Páginas) • 163 Visitas
Por qué vivir en la incertidumbre de saber si serás aceptado por Dios cuando mueras? El mensaje del Evangelio de Jesucristo (Las Buenas Nuevas) es simple porque Dios ¡te AMA! ¡Él TE ANHELA y quiere pasar la eternidad contigo!
Pero antes de que puedas ser lo suficientemente limpio como para estar ante la presencia de Dios, debes arreglar tus pecados (actitudes, acciones y pensamientos impuros). Si quieres ser “salvado” del castigo de tus pecados (tus actos injustos) y así poder vivir para siempre con Dios, sigue estos cinco pasos y ora (desde tu corazón) la oración que se sugiere al final. Recuerda, las palabras no son lo más importante. Lo que sale de tu corazón es lo que Dios está escuchando:
1. RECONOCE QUE HAS FALLADO: Admite que eres un pecador (alguien que ha desobedecido los estándares de Dios) y que ante Dios estás condenado y eres culpable por todas las cosas que has hecho que no fueron agradables ante Él. Debido a que todos pecamos (desobedecemos a Dios), la Biblia dice que la pena por nuestro pecado es la “muerte” y separación eterna de Dios.
Romanos 3:23: “Pues todos han pecado y están privados de la gloria de Dios.”
Romanos 6:23: “Porque la paga del pecado es muerte, mientras que la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, nuestro Señor.”
Santiago 2:10: “Porque el que cumple con toda la ley pero falla en un solo punto ya es culpable de haberla quebrantado toda.”
2. LAS BUENAS OBRAS NO PUEDEN COMPENSAR LAS MALAS ACCIONES: Reconoce que Dios dice que el pago de nuestro “pecado” es tan grande que ninguna cantidad de “buenas obras” que hagamos pueden pagar el precio requerido para redimirnos de la sanción de nuestro pecado. ¡Las Escrituras explican que cualquier acción de justicia realizada como un intento por complacer a Dios, no es más que un “trapo de inmundicia”, de soberbia ante los ojos de Dios!
Isaías 64:6: “Todos somos como gente impura; todos nuestros actos de justicia son como trapos de inmundicia…”
Efesios 2:8-9: “Porque por gracia ustedes han sido salvados mediante la fe; esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios, no por obras, para que nadie se jacte.”
Romanos 11:6: “Y si es por gracia, ya no es por obras; porque en tal caso la gracia ya no sería gracia. Pero si es por obras, ya no es gracia; porque en tal caso la obra ya no sería obra.”
Romanos 3:28: “Porque sostenemos que todos somos justificados por la fe, y no por las obras que la ley exige.”
jesusblood3. JESÚS PAGÓ EL PRECIO: Únicamente Jesús, quien fue Dios encarnado (ver Filipenses 2:5-11), fue lo suficientemente digno como para pagar el precio requerido para que nuestros pecados sean perdonados. Por cuanto la salvación por nuestros pecados (i.e., la vida eterna) cuesta demasiado como para que nosotros seamos capaces de merecerla por nuestra buena conducta, Jesús pagó el precio COMPLETO que se requiere para que seamos liberados de nuestra deuda de pecado, de manera que podamos ser libres y se nos otorgue nuestra entrada ante la presencia de Dios. Por medio del pago sustituto que hizo Cristo por nuestros pecados con su muerte, Dios pudo continuar siendo justo (en requerir el pago completo por los errores que hemos cometido) y al mismo tiempo extender su amor y misericordia a nosotros. Cuando aceptamos el pago que Jesús hizo por nosotros, Dios nos concede inmediatamente el perdón por los agravios que hemos cometido (pasados, presentes y futuros) y nos hace espiritualmente limpios y aceptables ante Él, por medio de la sangre expiatoria de Cristo y a través de la obra renovadora del Espíritu Santo. Este regalo de la vida eterna es ofrecido “gratuitamente” a todo aquel que le acepte.
Romanos 6:23: “Porque la paga del pecado es muerte, mientras que la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, nuestro Señor.”
Romanos 4:4-5: “Pero al que obra, no se le cuenta el salario como gracia, sino como deuda; mas al que no obra, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es contada por justicia.” (Versión Reina- Valera)
Romanos 10:9-11, 13: “que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación. Pues la Escritura dice: Todo aquel que en él creyere, no será avergonzado. … porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.”
1 Corintios 15:1-4: “Además os declaro, hermanos, el evangelio que os he predicado, el cual también recibisteis, en el cual también perseveráis; por el cual asimismo, si retenéis la palabra que os he predicado, sois salvos, si no creísteis en vano. Porque primeramente os he enseñado
...