Sobre decisiones.

Sobre decisiones

La peor decisión es la decisión NO TOMADA; no llevada a cabo en el tiempo requerido, o postergada. Quien no decide se llena de indecisiones; de frentes abiertas; de pérdidas de oportunidades.

El proceso de decisión debe ser estimulado en todos los niveles y entre todos los niveles. Nadie, o nada, debe quedar sin respuesta, de preferencia de inmediato.

Las decisiones deben ser siempre tomadas, apoyadas, estimuladas, comunicadas, solicitadas (en todos los niveles y entre todos los niveles), y seguidas hasta lograr el resultado pretendido.

No existe decisión sin riesgo. No se puede esperar tener todas las informaciones para decidir. Debe decidirse siempre con las mejores informaciones en el tiempo, o en la hora, de decidir –”timing’’. Los resultados son los que realmente cuentan.

Es mejor aprender de los errores de los otros, de la experiencia de otros; de las decisiones de otros, que de nuestras propias experiencias; por lo menos, esa es una actitud más inteligente.

Si una decisión no es la mejor se debe tomar otra hasta lograr el objetivo buscado.

Todo plan de acción debe tener definido claramente los 5W (what-qué, why-porqué, who-quién, when-cuándo,where-dónde) + 2H (How-cómo; How-much-cuánto). Toda decisión requiere un plan de acción para lograr el resultado buscado.

Toda decisión puede ser criticada; aprendamos pues de nuestras críticas. La crítica de los estúpidos es el incienso del genio. Los mejores autores son siempre sus más severos críticos.

Aquel que llega muy tarde es sancionado por la misma vida. Aquel que decide liderar necesita decidirse clara y rápidamente.

La incapacidad de decidir está frecuentemente relacionada a una postura perfeccionista. La incapacidad de tomar decisiones es ciertamente el más grande obstáculo a un liderazgo verdadero.

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