Sor Juana Ines De La Cruz
Enviado por • 13 de Noviembre de 2013 • 1.252 Palabras (6 Páginas) • 243 Visitas
Sor Juana Inés de la Cruz
1648 - 1695
Nació en un pueblito del Estado de México, Nepantla, el 12 de noviembre de 1648. Sus padres fueron Pedro Manuel de Asbaje e Isabel Ramírez. Juana Inés se crío en la Hacienda de Panoaya con su abuelo materno, Pedro Ramírez. Cuando tenía tres años, acompañaba a su hermana mayor a sus clases en Amecameca, en donde tomó clases con una profesora de primeras letras mintiéndole a la maestra al decirle que su madre ordenaba que también a ella le diera clases. A los seis años ya sabía leer y escribir. Entonces se le ocurrió pedir a su madre que la enviase a la universidad vestida de hombre. Ante la predecible negación, se conformó estudiando en la biblioteca de su abuelo. Su madre la llevó a la capital de virreinato y la alojó en casa de una tía de la niña, allí recibió del padre Martín de Olivar sus primeras clases de latín, el que llegó a dominar con maestría. Perseverante en el estudio, Sor Juana se fijaba un límite de tiempo para aprender algo, y si no lo lograba se iba recortando el pelo.
Juana Inés tenía 16 años cuando llegaron a México el nuevo virrey, don Sebastián de Toledo, y su esposa, Leonor María Carreto, marquesa de Mancera a quien la inteligencia, la apostura y, probablemente, también el desamparo de la joven, impresionaron favorablemente.
Juana Inés empezó a sobresalir por sus grandes conocimientos y su memoria así como por su belleza y talento, cobrando fama en la corte como dama de honor de la virreina.
Los virreyes protegieron a Juana de manera resuelta. El virrey, admirado ante los conocimientos que la joven demostraba, dispuso que fuera examinada en público frente a numerosos hombres doctos en ciencias y artes, y profesores de la Universidad. Juana Inés salió airosa contestando con soltura las preguntas que le plantearon.
Aunque admirada por su intelecto y cortejada por su belleza natural, ingresó al convento de San José de las Carmelitas Descalzas, ya que éste era el único camino para una mujer que quisiera dedicarse al estudio. Apenas tres meses después de su ingreso, se vio obligada a abandonar el convento, pues la severa disciplina de la orden provocó trastornos en su salud. Permaneció un año y medio en Palacio y después regresó a la vida religiosa.
Entró al convento de San Jerónimo poco antes de cumplir los veintiún años de edad, el 24 de febrero de 1669; ahí tomó los votos definitivos y se convirtió en Sor Juana Inés de la Cruz. Dentro del convento, Juana fue una monja piadosa y rigurosa con sus obligaciones, sin embargo, el estudio de la ciencia y las letras fueron siempre para Sor Juana su mayor satisfacción. Esto le acarreó constantes reprensiones por parte de su confesor, el padre Antonio Núñez de Miranda, el cual consideraba que sus intereses eran totalmente impropios en una religiosa. En el convento, Sor Juana desempeñó los cargos de archivista y encargada de la contaduría y dos veces fue nominada como priora, cargo que rechazó.
En 1674, el virrey marqués de Mancera y su esposa regresaron a España. El 8 de mayo de 1680 se designa como nuevo virrey, el marqués de la Laguna. Él y su esposa, María Luisa Manrique de Lara y Gonzaga llegaron a aquilatar también la obra de Sor Juana. La marquesa buscó la amistad de Sor Juana y se convirtió en su protectora, fue en ese periodo de su vida que Sor Juana produjo la mayor parte de su obra.
De 1669 hasta 1695 Sor Juana vivió en el convento. La protección de los virreyes le abrió muchas puertas y sus trabajos fueron bien acogidos para festejos y ceremonia oficiales, lo que le trajo
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