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Sor Juana Ines De La Cruz


Enviado por   •  2 de Abril de 2015  •  1.409 Palabras (6 Páginas)  •  147 Visitas

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CONVENTO DE SAN JERÓNIMO

El viejo claustro aún subsiste majestuoso y limpio; uno de los pocos de ese siglo que ha llegado casi integro, junto con la iglesia, hasta nuestros días.

Era un lugar de devoción donde las monjas, en su mayoría criolla, seguían fielmente una regla, aunque no estaban excluidas actividades más mundanas y las monjas con recursos podían tener criadas a su servicio. Tenían bien regulado y especificado con precisión su horario de actividades religiosas; comenzando desde las 6:30am con rezos hasta las 9:00pm que era la hora de dormir.

Sor Juana supo armonizar su amor por las letras y su genio, con la disciplinada regla. Las monjas jerónimas no son de claustra estricta y en la época los conventos eran, además de un lugar de oración y penitencia, centros de reunión, talleres de artes y oficios, entre otras cosas. Así Sor Juana alterna con la sociedad y puede dedicarse al estudio mientras cumple con sus obligaciones religiosas; es elegida en dos ocasiones como priora pero en ambas rechaza el cargo.

Su celda en el convento jerónimo, era una completa sala de estudio, llena de aparatos científicos, musicales y sobre todo sobresalía una biblioteca con más de cuatro mil volúmenes (algo muy particular para su época). Ahí Sor Juana tuvo la amistad de virreyes y otras autoridades civiles a quienes dedicó poemas amistosos; la camaradería de sacerdotes y religiosos como Carlos de Sigüenza y Góngora; el afecto de virreinas y damas de la corte; y también sufrió la incomprensión de una priora que le prohibió estudiar durante cierto tiempo y la rigidez de otros obispos como Aguilar y Seijas que le ordenó deshacerse de su biblioteca.

Sin embargo, Sor Juana continuaba escribiendo para la catedral y otros miembros que le pedían villancicos, participaba en certámenes literarios y también cumplía con los encargos que sus amigos le hacían pidiéndole poemas y para las autoridades escritos para situaciones importantes.

Sor Juana no fue llevada al claustro por alguna decepción amorosa ni por los obstáculos sociales que pudieron surgirle por su carácter de hija natural, más bien llego ahí por su amor al intelecto y hallaba un relativo refugio en el estudio; pero no se puede dejar de reconocer que era una creyente sincera, devota y fielmente ortodoxa, al igual que rigurosa consigo misma en sus obligaciones monacales.

INFLUENCIAS LITERARIAS EN SOR JUANA

Sobre todo se marca la influencia de Góngora y Calderón de la Barca, que se encuentra por igual en sonetos, cartas, literatura dramática, redondillas; sin embargo a la Nueva España no llego tanto la crisis existencial de la metrópoli, y en Sor Juana se suaviza la violencia del barroco.

En sus obras de teatro, Sor Juana sigue la escuela de Calderón de la Barca, en el manejo del verso se revela la influencia de Góngora: en la técnica del metro y la rima, en el uso del cultismo, en el empleo de la hipérbole, en el juego con el hipérbaton, en la estructura interna del poema.

Luis de Góngora y Argote

Mientras por competir con tu cabello,

oro bruñido al sol relumbra en vano;

mientras con menosprecio en medio el llano

mira tú blanca frente el lilio bello;

mientras a cada labio, por cogello,

siguen más ojos que al clavel temprano;

y mientras triunfa con desdén lozano

del luciente cristal tu gentil cuello;

goza cuello, cabello, labio y frente,

antes que lo que fue en tu edad dorada

oro, lilio, clavel, cristal luciente,

no sólo en plata o vïola troncada

se vuelva, mas tú y ello juntamente

en tierra, en humo, en polvo, en sombra, en nada.

Calderón de la Barca

A las flores

Éstas que fueron pompa y alegría

despertando al albor de la mañana,

a la tarde serán lástima vana

durmiendo en brazos de la noche fría.

Este matiz que al cielo desafía,

Iris listado de oro, nieve y grana,

será escarmiento de la vida humana:

¡tanto se emprende en término de un día!

A florecer las rosas madrugaron,

y para envejecerse florecieron:

cuna y sepulcro en un botón hallaron.

Tales los hombres sus fortunas vieron:

en un día nacieron y espiraron;

que pasados los siglos, horas fueron.

Sor Juana Inés de la Cruz

Rosa divina, que en gentil cultura

eres con tu fragante sutileza

magisterio purpúreo en la belleza,

...

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