Trabajo De Castellano
Enviado por yamibella • 3 de Mayo de 2013 • 2.783 Palabras (12 Páginas) • 320 Visitas
REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN
UNIDAD EDUCATIVA ADULTOS BARUTA
10 SEMESTRE
CASTELLANO
ELABORADO POR:
Yamibel Fontén
Baruta, febrero 2013
Comentario del Cuento El Diente Roto de Pedro Emilio Coll
Era un niño llamado Juan Peña, él era muy tremendo, en una de sus peleas le rompieron el diente con una piedra, sus papás notaban que tenía comportamiento muy extraños paso de ser un niño hiperquinético a un niño callado y tranquilo ,así que le decidieron llamar a un doctor, el doctor dijo que no tenía ningún problema grave que estaba mejor que una manzana, y le dijo a los padres de juan el sufre el mal de pensar, sus padres dudaron y el doctor les explico el mal de pensar solo lo padecen los grandes filósofos o genios. Mientras que en la oscuridad de la boca, Juan acariciaba su diente roto sin pensar El rumor se corrió por todo el pueblo, todos respetaban a Juan por su gran sabiduría, llego tan alto que cuando lo iban a nombrar Presidente de la República se enfermó de un problema de la mente, y por el cual murió el gran hombre que no tuvo tiempo de pensar.
Pedro Emilio Coll
Nace en Caracas el 12.7.1872
Muere en Caracas el 30.3.1947
Pedro Emilio Coll
Ensayista y periodista. Contribuyó junto a Luis Manuel Urbaneja Achelpohl a la incorporación del modernismo en la literatura venezolana. Fueron sus padres Pedro Coll Otero y Emilia Núñez Márquez. Pariente del poeta Jacinto Gutiérrez Coll. En la Imprenta Bolívar, propiedad de su padre, tuvo contacto en su juventud con algunos de los más importantes escritores de la época. Las narraciones y cuentos infantiles que le relataba su vieja aya Marcolina, despertaron según él mismo, su interés por las letras. La primaria la cursó en el colegio La Paz de Caracas, dirigido por Guillermo Tell Villegas. A los 22 años tras abandonar los estudios universitarios, fundó junto con Luis Urbaneja Achelphol y Pedro César Domínici, la revista Cosmópolis (1894-1895), publicación que es considerada como la iniciadora del movimiento modernista en la literatura venezolana. Entre 1895 y 1907, fue colaborador de El Cojo ilustrado donde publicó una serie de cuentos, entre ellos El diente roto considerado como un clásico del género.
En 1896, publicó su primer libro titulado Palabras, una recopilación de ensayos sobre arte y educación. De 1897 a 1899, se desempeñó como cónsul de Venezuela en Southampton, teniendo a su cargo durante este tiempo la sección "Letras Hispanoamericanas" de la revista Le Mercure de France, editada en París. En julio de 1899, regresa a Venezuela, y al año siguiente, es nombrado director en el Ministerio de Fomento. En 1901, publica otra recopilación de ensayos sobre temas literarios bajo el título de El Castillo de Elsinor. En 1911, fue incorporado como individuo de número de la Academia de la Lengua. Ministro de Fomento en 1913, fue nombrado cónsul general de Venezuela en París en 1915 y luego, secretario de la Legación de Venezuela en Madrid de 1916 a 1924. Entre 1924 y 1926 fue Fiscal de Bancos y senador por el estado Anzoátegui, hasta que en este último año le toca asumir la presidencia del Congreso Nacional. En 1927, aparece La escondida senda, título que representa su tercera recopilación de ensayos, esta vez de carácter histórico. Trabajó como inspector de consulados en Europa de 1927 a 1933. En el año de 1934 ingresó como individuo de número de la Academia Nacional de la Historia, institución en la que laboró como bibliotecario en 1941. En 1948, fue publicada en forma póstuma su obra El paso errante, la cual era una selección para la Biblioteca Popular Venezolana del Ministerio de Educación.
Teresa de la Parra
Nacimiento 5 de octubre de 1889, París, Francia
Defunción 23 de abril de 1936 (46 años) Madrid, España
Ocupación Escritora.
Nacionalidad Venezolana
Período 1920-1936
Género Novela
Teresa de La Parra
Ana Teresa Parra Sanojo (n. París, 5 de octubre de 1889 - m. Madrid, 23 de abril de 1936) fue una escritora venezolana, más conocida como Teresa de la Parra. Considerada una de las mujeres y escritoras más destacadas de su época. A pesar de que gran parte de su vida transcurrió en el extranjero, supo expresar en su obra literaria el ambiente íntimo y familiar de la Venezuela de ese entonces. Incursionó en el mundo de las letras de la mano del periodismo y escribió dos novelas que la inmortalizaron en toda América: Ifigenia y Memorias de Mamá Blanca. Su novela más conocida Ifigenia, planteó por primera vez en el país el drama de la mujer frente a una sociedad que no le permitía tener voz propia.
Primeros años
Nace en París en 1889, para ese entonces sus padres se encuentran fortuitamente en esta ciudad, pero a los dos años llega a Venezuela. Su familia formaba parte de la aristocracia venezolana y al sector de los terratenientes. En la hacienda de caña "El Tazón", cercana a Caracas, pasa su infancia. Tan provinciana vida se trastoca seis años después, al morir repentinamente su padre. Es una niña de 11 años cuando su familia decide fijar residencia en Europa. Se instalan en Mislata (Valencia), España, y Teresa es internada en el Colegio religioso Sagrado Corazón de Godella(Valencia). Allí comienza a expresar su inquietud por la poesía. Se dedica a la lectura de escritores famosos como, Guy de Maupassant, Catulle Méndes y Valle-Inclán, quienes van a ejercer gran influencia en su formación literaria. En 1909, cuando aún no cumple 20 años, compone unos versos para el día de la Beatificación de la Madre Magdalena Sofía Barat. En el festejo recibe el primero de los muchos reconocimientos que obtendrá a lo largo de su vida; el primer premio escolar.
Regreso a Caracas
En 1910, los Parra Sanojo están de vuelta en Caracas. Viven en una casa de estilo colonial, situada entre las esquinas de Torre y Veroes. En las tertulias que allí se organizan, y en frecuentes reuniones que se dan en los cafés o "botellerías" de la Caracas de principios del siglo XX, la joven escritora toma apuntes sobre los modismos del español caraqueño, de sus maneras, de sus variantes. Tiene una gran fascinación por el habla coloquial, pero, a diferencia de lo que estila el costumbrismo, reproducirla
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