Una forma de ser
Enviado por serglocs • 3 de Mayo de 2013 • Ensayo • 407 Palabras (2 Páginas) • 245 Visitas
Los actos que el hombre realiza repercuten en su modo de ser. Nuestro ser es moldeable, pero se va definiendo con el tiempo, a través de lo que hacemos. Una anécdota real ilustrará lo que se viene diciendo: hace tiempo, un empresario con buenas intenciones y poca formación intelectual me decía: —"¿Se ha fijado usted en que los malos siempre triunfan? Eso se debe a que emplean métodos de acción mucho más eficaces. Los buenos, en cambio, tradicionalmente hemos estado muy restringidos en nuestra capacidad de reacción, de ahí que los malos siempre nos sacan ventaja.
En realidad, los buenos tenemos que actuar como los malos para poder derrotarlos". Efectivamente, parece ser que si utilizamos sus mismos métodos podemos combatirlos mejor, ser eficaces. Pero, ¿no estaremos incurriendo en costos demasiado grandes? En efecto, ¿por qué los malos son así?, ¿será por sus genes, su raza, su nación, o porque actuaron mal? Si es por condiciones objetivas, la solución es muy simple: eso es lo que creyeron Stalin, Hitler y muchos otros tiranos, que pensaban que bastaba con eliminar ciertos grupos humanos, a los que atribuían toda la maldad, para obtener el mejoramiento del mundo. Hoy nos damos cuenta de que las cosas no eran así. Parece ser que los malos no nacieron malos, sino que se hicieron tales. ¿Y cómo se hicieron malos? Haciendo cosas malas. Esto es impresionante: lo que hagamos (o dejemos de hacer) dejará inevitablemente una huella en nosotros.
Si, entonces, ese señor quería combatir a los malos, lo hacía porque pensaba que era malo ser malo. Pero si los malos se hicieron malos haciendo el mal, y yo quiero combatirlos con sus mismas armas, entonces yo me estaré haciendo malo. Mataré a los malos haciéndome yo malo. Daría para una buena novela: un hombre que logra eliminar a todos los malos del mundo y que al final descubre que su tarea ha sido en vano, porque él es el último de los malos. Sólo le quedaría la posibilidad del suicidio. No parece ser muy buen negocio.
Somos libres para elegir, pero no para evitar que caigan sobre nosotros las consecuencias de nuestros actos. Hoy, sin embargo, son muchos los que quieren escapar a esta ley ineludible. Pensemos, por ejemplo, en prácticas tan elementales como la multiplicación de productos dietéticos, que permiten gozar de la comida sin pagar los costos de la gordura. O de otras más delicadas, como las conductas anticonceptivas, que desvinculan el ejercicio de
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