Una pequeña parte de mi vida

“Una pequeña parte de mi historia”

Muchas son las veces que nosotros las personas nos encontramos con situaciones que nos marcan profundamente. Ya se desde un viaje, una vivencia con amigos, una reunión familiar pero hay situaciones que llegan a lo más profundo de nuestro ser. Quizás muchos se sentirán identificados con la situación que dese niña me tocó vivir. Está claro que mi intención es llevarle una pequeña parte de mí de lo que significo mi infancia y mis vivencias.

Recuerdo muy bien esos tiempos, tenía tan solo 7 años era muy niña pero la mente no me falla. Mi familia se con ponía por mi mama, mi papa y mis dos hermanos. Era una época de juegos y risas en la familia, mis padres nunca estaban en casa por el tema del trabajo entonces me quedaba con mis hermanos en casa, como vivía en una zona rural no había mucho que hacer y con mis hermanos hacíamos juegos de peleas , el que más sufría era el gordo así le decíamos a Federico ya que con mi hermano mayos nos uníamos para castigarle todo era risas, llantos de parte de mi hermano pero esa satisfacción de estar siempre juntos y que nada ni nadie podía estropear esos momentos únicos. Me acuerdo que mi hermano Marcelo, el mayor de la casa, todas las tardes a partir del horario de la sienta empezaba a tocar su guitarra, como era muy pequeña e inocente de pensamientos solía abrirle la puerta para escucharlo cantar o tocar esas melodías desconocidas. El me llamaba con una mano y me decía:” ¿chinita porque me abrís la puerta?” ahora vas a tener que entrar, apúrate así no viene el gordo y se pone a chillar como siempre. Me sentaba a un costado de la cama y empezaba a tocar un tema muy conocido para mi Flores Amarillas de Floricienta, en ese momento sentía una unión especial con mi hermano, pues nos quedábamos toda la tarde cantando y hablando a pesar de ser pequeña. En esos momentos la forma del pensamiento y la edad no importaba todo era como dicen algunos “color de rosas” pero nadie te prepara para las situaciones que te pone la vida.

Cierto día, mi familia se levantó muy alterada, los gritos y el llanto invadieron toda la casa era Marcelo quien producía todo eso. Recuerdo haber visto un poco, ya que eran las 3 de la madrugada de un domingo. Mi mama lo llevo al hospital muy mal, sentía un dolor punzante en toda la espalda como si le metiesen una aguja constantemente, yo solo escuchaba no entendía lo que entre grandes hablaban, por que como cuando uno se es niño las cosas parecen tan gigantes pero lo que si no me ocasionaba duda alguna era que echaba de menos esas tardes con mi hermano.

Los días eran tan diferentes la casa estaba vacío no había ese cálido sentimiento de hogar que caracterizaba a mi casa. Llego cierto día recuerdo que era un sábado por que siempre nos sacaban de paseo a cualquier lado y escuche a mi tía que íbamos a visitarlo a Marcelo ¡la alegría que tuve! Por fin lo iba a poder ver después

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