VIDA Y LEGADO DE FRANCISCO MORAZÁN

VIDA Y LEGADO DE FRANCISCO MORAZÁN  

José Francisco Morazán Quezada nació el 3 de octubre de 1792 en la ciudad de Tegucigalpa, capital de la República de Honduras. Sus padres fueron don Eusebio Morazán y doña Guadalupe Quezada, que eran miembros de una familia criolla de clase alta que se dedicaba al comercio y a la agricultura. Sus abuelos fueron Juan Bautista Morazán y Gertrudis Alemán. Trece días después de nacer fue bautizado en la iglesia parroquial de San Miguel de Tegucigalpa, por Juan Francisco Márquez.

Ramón Rosa, señaló en su estudio biográfico en torno a Morazán, que los ascendientes paternos del héroe procedían de la familia Morazzani, que eran provenientes de la Isla de Córcega. Heredó la suavidad de carácter, la penetración, el disimulo y grandes dotes diplomáticas que distinguen a los hijos de Italia; de la parte materna perteneció a la familia Quezada y de los Herrera establecida en Tegucigalpa, esta familia fue una de las más antiguas y distinguidas por su posición social, por su carácter noble y caballero y por los talentos e instrucción de algunos de sus miembros, de esta parte heredó el valor, la constancia, la tenacidad y la hidalguía que caracteriza a los hijos de España.
También señala que el primer jefe de Estado de Honduras, Dionisio Herrera, fue primo político de Morazán.
Rosa añade que “Morazán tuvo la desgracia de nacer y formarse en aquella triste época de aislamiento y de completa oscuridad en que Honduras carecía de escuelas” y agrega que Morazán estudio con bastante provecho las matemáticas y el dibujo lineal, que era uno de sus estudios predilectos.

Según la información que brinda el historiador Medardo Mejía, el origen social de Francisco Morazán puede encontrarse en el sector de propietarios mineros y comerciantes. Sostiene que Juan Bautista Morazzani, fue propietario de una mina en Yuscarán y poseedor de dos tierras en San Miguel (El Salvador) y Tegucigalpa, y que Morazán en su juventud, llevó a cabo actividades comerciantes en una tienda de su padre en Morocelí.

La educación a la que pudo acceder Morazán, estuvo signada por las condiciones prevalecientes del imperio español. Eran casi nulos los medios de educación en Honduras, pues entraba en el sistema político y administrativo mantener a los americanos en estado de ignorancia, manteniendo sus ojos cerrados a la luz del derecho y de la ciencia, porque estos les hacían conocer su carácter de hombres libres y rechazar un régimen de desigualdad.

Así que, se vio obligado a realizar sus primeros estudios formales en escuelas privadas con una pésima organización y sostenida con las contribuciones de los padres de familia. A pesar de los malos sistemas de estas escuelas, el aprendió una clara letra española, a leer con alguna corrección y a hacer ensayos en la ciencia del cálculo.

Fray José Antonio Murga le enseño gramática latina en el Convento de San Francisco, fue un buen estudiante de matemáticas e historia. También saco provechoso fruto de la lectura de Montesquieu y de Tocqueville, por el que conoció el sistema de gobierno de los Estados Unidos. Aprendió el francés y pudo seguir el curso de las campañas napoleónicas y finalmente el de la independencia española.

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