AGRICULTURA Y CALENTAMIENTO GLOBAL

IMPACTO DE AGRICULTURA EN EL FENÓMENO DEL CALENTAMIENTO GLOBAL

Maria Nancy Moreno V.

1. Introducción al tema

Cualquier discusión a cerca del cambio ejercido por los hombres sobre el ambiente sería vana, sino mencionamos al menos, el hecho de que la mayor presión sobre el medio ambiente puede ser, el número de habitantes de la tierra. Entre los años 1950 y 1987 la población se duplicó, pasando de 2.500 a 5 mil millones de habitantes. Las Naciones Unidas calculan que hacia el año 2025 la raza humana habrá llegado a 8.500 millones, antes de lograr estabilizarse en un poco más de 10 mil millones de seres, hacia el final del siglo. El 95 % del incremento de la población se llevará en los países en vía de desarrollo.

En un mundo donde la población crece a un ritmo tan acelerado, mejorar los estándares de vida sin destruir el ambiente es un desafío global.

La mayoría de las economías desarrolladas consumen actualmente recursos mucho más rápidamente de lo que pueden regenerar. La mayoría de los países en vías de desarrollo con el crecimiento rápido de la población hacen frente a la necesidad urgente de mejorar sus estándares de vida. Estaremos los seres humanos explotando la naturaleza para resolver las actuales necesidades destruyendo los recursos necesitados para el futuro?. La agricultura influye en la alimentación y nutrición mediante una producción mayor de alimentos de cultivos y de ganado que dependen como base de lo ecológico.

Durante los últimos tres siglos, más o menos, al ir aumentando la cantidad de tierra que se destinó a la agricultura y al crecer la actividad económica, los hombres cada vez con más avidez fueron transformando las tierras para sus propios fines, este control es más notorio en los cambios profundos que sobre la vegetación hizo el hombre, la tierra destinada a las cosechas creció en un 450% en los últimos 300 años, llegando a ocupar, un total de 12.4 millones de kilómetros cuadrados, la pérdida neta del bosque debido a la acción humana a partir del momento en que el hombre por primera ves taló árboles, arrasó entre un 15 y 20 % del total del área con boque, algo así como unos 8 millones de kilómetros cuadrados. También la población de 40 de las áreas urbanas más grandes aumentó 25 veces con un incremento aún mayor en términos de área urbana, tales cambios, han alterado drásticamente la faz de la tierra, lo mismo que el equilibrio energético, el ciclo del agua, las emisiones de gases hacia al atmósfera, producidas por seres vivientes y la tala de la vegetación.

El mundo cada día demanda más alimento, el afán de suplir estas necesidades ha obligado al hombre a incrementar su actividad productiva mediante la expansión de la frontera agrícola utilizando prácticas en algunos casos inapropiadas de explotación agrícola, sin fijarse en las consecuencias que pueda causar al ambiente. Las cuales hoy día se manifiestan como nefastas en el planeta.

Hoy suponiendo que existe una distribución equitativa entre las 5 mil millones de personas que habitan a la tierra, ciertamente existe suficiente comida para una dieta adecuada. Este dato, sin embargo, esconde una paradoja: en años muy recientes, a pesar de que el planeta ha producido gran cantidad de cereales, cerca de 500 millones de personas han estado mal alimentadas, una de las razones ha sido la pobreza que no deja que muchas personas compren alimentos aunque estos abunden, otra de las razones es que la muerte por inanición refleja no una falta de comida sino una mala distribución, debida a la política o a las guerras civiles, como sucedió en Sudan y en Etiopía en la década de los años ochenta. Dejando a un lado las excusas sociales, en algunas partes del mundo la capacidad de producir comida no aumenta al mismo ritmo que la tasa de crecimiento demográfico, en la región africana al sur de Sahara, por ejemplo, este crecimiento es un 40% más alto que la tasa de producción de alimento.

El desarrollo industrial también ha tenido importantes efectos en general, debido a los contaminantes y demás materias introducidas en la biosfera y en la atmósfera, el desarrollo industrial ha mejorado el bienestar de los hombres, pero en algunos casos aparecen efectos secundarios inesperados, cuando se inventaron los Clorofluorocarbonos (CFC) en la década de los años treinta, como alternativa segura que reemplazaría al amoniaco y a otros enfriadores que eran propensos a los escapes y causaban explosiones, ningún químico imagino que estos compuestos destruirían la capa de ozono, hasta 25 millas por encima de la tierra.

Aun que no podemos interrumpir totalmente el sistema terrestre, si podemos afectarlo de modo significativo, al usar energía y contaminar el ambiente, en nuestro afán de tener comida, protección y una serie de productos adicionales para suplir las necesidades de la creciente población mundial. Liberamos productos químicos que están perforando la capa de ozono, que nos protege de los dañinos rayos ultravioletas y quemamos combustibles que producen gases que van acumulándose en la atmósfera y retienen el calor. El número de nuestros congéneres ya es una carga para el potencial agrícola del globo terráqueo, los bosques tropicales, que son el hogar de millones de especies biológicas, se talan para sembrar pastizales para alimentar el ganado y obtener una fuente de madera, las materias primas se extraen de la tierra para alimentar los motores de la creciente economía mundial, y tratamos la atmósfera, la tierra y el agua como recipientes de los desperdicios que generamos al consumir diariamente la energía y los productos.

El objetivo de la agricultura moderna industrializada es producir los nutrimientos necesarios, para alimentar la creciente población mundial a un bajo costo en términos económicos, pero a un alto costo ambiental. Los modelos tradicionales de desarrollo agrícola basados en conceptos de la “Revolución Verde” han causado graves problemas de contaminación del suelo, el aire y el agua. Como resultado, la agricultura y la agroindustria contribuyen en parte a la crisis de la salud ambiental mundial, que se manifiesta por los siguiente síntomas.

 Calentamiento de la atmósfera causado por las emisiones excesivas de dióxido de carbono y otros gases contaminantes.

 Adelgazamiento de la capa protectora de ozono debido a las emisiones de CFC.

 Deforestación en América Latina a una tasa de 0.61 % anual y como consecuencia más de 1.100 especies en peligro de extinción.

 Mortandades de peces que señalan como causa, la llegada de químicos tóxicos en los ríos y lagos.

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