Agua haber, hay. Hay mucha agua
Enviado por victor1995 • 29 de Noviembre de 2012 • 1.355 Palabras (6 Páginas) • 534 Visitas
Agua haber, hay. Hay mucha agua. Vivimos en el Planeta que bien podría llamarse: Agua. Pero o no es dulce o no es potable o no esta distribuida en forma equitativa. Además, padece el estigma de –simultáneamente- ser indispensable para la subsistencia de todos los seres vivos, y ser un bien económico (inclusive un artículo de lujo); a lo que se suma, mal manejo, especulación, contaminación, etc. generando stress hídrico global, o sea, en el “Planeta Agua” es absolutamente factible morir de sed, y el futuro no nos augura nada mejor, por que, entre otros males, lo que no derrocha la agronomía, lo contaminan los vertidos industriales.
En resumen, hoy el mundo entero se encuentra inmerso en una crisis por los recursos hídricos.
En este contexto alarmante -en cuanto compete a la supervivencia misma de todas las formas de vida como las conocemos- hay cuatro países en el sur de América, considerados países en desarrollo, lo que se traduce como deudas hacia afuera de sus fronteras, pero principalmente hacia adentro, deudas políticas, sociales y económicas. Aún así, según hemos visto, paulatinamente han evolucionado positivamente en brindarle a sus poblaciones acceso al agua y al saneamiento, lo que representa vivir en medios cada vez más inocuos y salubres, inversión en está área es un medio de mejora en la calidad de vida. Estos países vecinos cuentan con múltiples recursos hídricos, que no siempre han sabido o querido preservar, sin embargo, estos recursos son de una abundante riqueza a pesar de sus pobladores y gobernantes.
En la primera mitad del siglo pasado, diferentes perforaciones exploratorias brasileras y argentinas -en busca de petróleo- dieron casualmente con que la abundancia hídrica no era sólo superficial, sino que por debajo de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, yacía lo que más tarde se denominó Sistema Acuífero Guaraní. Un poco por falta de recursos y mucho más por falta de voluntades, durante muchos años, se ha explotado con fines diversos el acuífero sin conocerlo ni total ni parcialmente.
Volviendo al ámbito internacional, ha sido encabezado de múltiples medios, y el centro de múltiples debates, la conducta de irrespeto al Derecho Internacional, principalmente de los Estados Unidos en su carácter de única gran potencia militar –con la salvedad de las alicaídas fuerzas armadas rusas y el aún emergente poderío militar chino, que no cuentan con la capacidad de acción a nivel global que si tienen sus contrapartes estadounidenses-, que ha brindado apoyo a gobiernos antidemocráticos como el saudita y el paquistaní –miembro de la OPEP y principal destino de un posible gasoducto desde Asia central respectivamente-, que ha empleado a Turquía como medio de cooptación cultural para Asia central y el Azerbaiján, con el objeto de abstraer a la región de la influencia rusa e incluirla en su zona de penetración económica en el espacio que dejara vacío la caída del control soviético luego de la disolución de la URSS, e invadido territorial y militarmente a Irak y Afganistán, con un alto índice de víctimas vinculadas a estos accionares. Incluso en tiempos de la Guerra Fría, cuando el mundo quedó divido entre las dos súper potencias de entonces, Sudamérica, y especialmente el cono sur, sufrió en carne propia la intervención, si bien en esos tiempos fue mucho más solapada y contó con grupos locales dispuestos a mostrar su fidelidad al mundo occidental. Y aunque los gobiernos autoritarios surgidos entonces en al región no eran apoyados por contar con bienes considerados estratégicos en ese momento, sí se mostraron proclives a la apertura económica a favor de los Estados Unidos, y al abandono de desarrollos locales a nivel estratégico. Acabada la guerra fría, y en su nuevo papel de gendarme global los Estados Unidos no han cesado en la violación de la soberanía de aquellos países que contaran con un Recurso Natural Estratégico, con un único fin, básicamente, para apropiárselo, explotarlo y satisfacer a multinacionales grupos de poder.
Paradójica maldición análoga a la del Rey Midas, donde la abundancia no haría más que condenar a una región carenciada en muchos sentidos, convirtiéndola en una presa fácil para quienes cuenten con bastos medios y escasos escrúpulos, en pos de satisfacer sus intereses sean cuales fueren.
Si
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