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Alimentación Complementaria


Enviado por   •  12 de Abril de 2014  •  2.541 Palabras (11 Páginas)  •  313 Visitas

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El concepto de alimentación complementaria es relativamente reciente. Se dice de aquella que complementa a la lactancia materna, pero sin anularla. Revaloriza a la lactancia materna como un alimento óptimo para los primeros tiempos de la vida y establece la necesidad de estudiar cientícamente la alimentación con objeto de cubrir las necesidades del niño a partir de los seis meses de edad.

El momento oportuno para introducir la alimentación complementaria es a los seis meses de edad, cuando se deben cubrir los requerimientos nutricionales y se ha alcanzado un adecuado desarrollo de las funciones digestivas, renal y la maduración neurológica. En relación con la nutrición, porque los niños pueden mantener un aumento de peso normal, y tener al mismo tiempo un déficit en vitaminas y minerales, sin manifestación clínica. Por ello se hace necesario la introducción de otros alimentos que aporten aquellos nutrientes que la lactancia suministra en poca cantidad.. Como componente madurativo, porque desde los cuatro meses de edad el niño adquiere capacidades necesarias para asimilar una dieta más variada.

Alimento complementario

Es cualquier nutriente liquido o sólido que se proporciona al niño pequeño al mismo tiempo que la lactancia materna. Los alimentos complementarios pueden dividirse en dos categorías: a) transicionales cuando están preparados expresamente para cubrir las necesidades nutricionales específicas del niño pequeño , b) familiares, así denominados a los que entran a formar parte de la dieta de la familia.

Consideraciones generales

La leche como alimento único a partir de los seis meses no proporciona la energía y nutrientes que precisa el lactante, y además, como sus funciones digestivas han madurado, debe incluirse una alimentación complementaria, siguiendo unas normas establecidas.

No se recomienda introducir nuevos alimentos antes de los 5-6 meses, aunque tampoco es aconsejable hacerlo más allá de los seis, porque la falta de diversificación es motivo frecuente de anorexia, a la vez que se desaprovecha una época muy valiosa para la educación del gusto y la adaptación progresiva a una alimentación equilibrada y variada.

La forma habitual de introducir la alimentación complementaria es el ir sustituyendo, de una en una, las tomas de leche que hacce el lactante, por los distintos componentes de la alimentación complementaria, como papilla de cereales, fruta, puré de verdura, con intervalos suficiente para que el niño vaya aceptando los nuevos alimentos, probando su tolerancia antes de introducir uno nuevo, y dando tiempo a la aceptación por parte de su organismo. Esto ayudará a los padres a identificar cualquier alergia o intolerancia a determinados alimentos.

El lactante es especialmente sensible y vulnerable ante transgresiones dietéticas y sus consecuencias tienen mayor trascendenica que en el niño mayor y en el adulto. Puede padecer anemia por consumo precoz de leche de vaca, intolerancia a la leche de vaca, celiaquia o intolerancia al gluten y alergias alimentarias.

En este período es de vital importancia la introducción tardía en la dieta del gluten, una proteína que está presente en trigo, centeno, avena, cebada y triticale o híbrido de trigo y centeno: De esta forma se reduce el riesgo de celiaquía. Es más, cuanto más tardía es la introducción del gluten, más benigno y menos agresivo será el debut de la enfermedad, si es que se produce. Los cereales que no contienen gluten son: arroz, maíz, mijo, sorgo.

También hay que destacar la importancia que tiene el retrasar la introducción de alimentos con alta capacidad elergenizante a una edad en que la permeabilidad intestinal sea menor y disminuyan las posibilidades de desarrollar una alergia alimentaria: esta precaución debe hacerse también en niños con antecedentes atópicos. Por ello nunca deben darse antes antes del año los siguientes alimentos: huevo, pescado o algunas frutas como la fresa o el melocotón

Es importante en este periodo, permitir que la cantidad de alimento varíe de un día a otro y de una semana a otra, según el apetito del niño. Y es fundamental el análisis de la composición completa de las comidas.

Monotonía y nutrientes

Diferentes estudios epidemiológicos han mostrado que las dietas en los países en desarrollo son monótonas, lo cual influye en la provisión de micronutrientes y pueden tener algún efecto sobre los niveles de energía consumida. Se cree que la variedad puede estimular el consumo de alimentos complementarios y algunos resultados preliminares parece mostrar que variando la alimentación, aun conteniendo los mismos nutrientes, pero modificando el gusto, el sabor y la consistencia se puede aumentar la ingesta energética.

Capacidad funcional

El comienzo de la alimentación complementaria a los seis meses de vida implica que existe un buen grado de desarrollo de la función gastrointestinal, que se ha alcanzado la capacidad de absorción de nuevos nutrientes, tanto desde el punto de vista cualitativo como cuantitativo, y que la función renal soporta mayores cargas osmolares.

Desde el punto de vista de las habilidades para alimentarse, se aprecia el comienzo de los movimientos masticatorios, se debilita el reflejo de protrusión y el niño es capaz de colocar los alimentos en la parte posterior de la boca y coordinar la deglución. Se mantiene bien en la posición de sentado y demuestra sus sensaciones de hambre y saciedad.

De la interpretación adecuada de estas señales que haga el adulto que alimenta al niño, dependerá en parte el desarrollo del control del hambre y saciedad y la capacidad para autorregular la ingesta. El componente de aprendizaje es un aspecto esencial en la etapa de introducción de los semisólidos. El rechazo de alimentos nuevos es normal y la repetición conduce lentamente a la aceptación de los mismos. Es importante mantener la libre elección por parte del niño del tipo de alimento y de su cantidad.

Característica organolépticas

Entre los factores que influyen en la aceptación de un alimento es importante la palatabilidad, que comprende sabores y olores y texturas. La elección es el resultado on solo de las señales metabólicas que recibe el niño, sino también de las propiedades sensoriales del alimento. Por ello para una mejor aceptación de los alimentos complementarios se debe prestar especial atención a sus características organolépticas.

Sabores

El sabor es un factor de importancia. La preferencia por el dulce es innata y aunque puede modificarse, en general se mantiene hasta los dos años. En cambio la preferencia por la sal requiere del

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