Amos y Esclavos

AMOS Y ESCLAVOS

Desde el momento que tenemos uso de la razón estamos sujetos a reglas y obligaciones que a pesar de no estar escritas en papel formalmente, representan verdades absolutas en esta sociedad industrializada y encaminada hacia el desarrollo (de unos cuantos). Y es que este camino tiene como fin la industrialización de la vida misma

Desde niños, ya  se nos disciplina con horarios estrictos y rutinas extenuantes ya que nuestra concepción de la educación tiene como regla que mientras más horas se estudie más preparados académicamente estaremos, sólo  observemos el plan piloto de la jornada escolar completa y comparémosla con los países escandinavos para ver la gran diferencia de horarios y de calificaciones y así demostrar que esto no funciona. Más bien parece que esta jornada tiene la simple función de disciplinar y acostumbrar a los niños a las largas jornadas laborales para que en un futuro sean empleados satisfechos y eficientes.

Al terminar el colegio tenemos que prepararnos para la universidad y lamentablemente no hay mucho de donde escoger ya que si seguimos algo por vocación caemos en la paradoja de que el sistema privilegia las carreras relacionadas a las ingenierías. Y si no nos gustan los números estamos condenados a un camino cuesta arriba al existir pocas ofertas laborales al culminar nuestros estudios superiores.

Finalmente acabando nuestra carrera tenemos que luchar por conseguir un empleo digno y es que la competencia es cada vez más encarnizada. Para lo cual nos esforzarnos cada día más en un camino infinito. Y al lograr cada vez más estatus el sistema nos crea más necesidades de bienes y servicios ya establecidos convenientemente y que sirven también como instrumento de control.

Alguien dirá entonces que existe libertad para seguir o no este camino mediante las salidas del emprendurismo o el aislamiento social. Pero ninguna de las dos parece viable para la mayoría   ya que no todos queremos ser vendedores ni vagabundos y esas son nuestras cadenas que Herbert Marcuse reveló  ya que la libre elección de amos y esclavos no suprime ni a los amos ni a los esclavos.

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