Anemona Marina

A partir de polipéptidos presentes en esta anémona se han creado compuestos que destruyen células tumorales sin dañar las sanas.

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Las anémonas de mar son una extraña combinación entre animal y planta que siempre lucen hermosas, las hay diminutas pero también enormes que alcanzan hasta los 2 metros de altura. Sus numerosos tentáculos pueden dar hogar a varias especies animales y se adhieren a diferentes sustratos marinos, desde la arena hasta las conchas de algunos crustáceos.

Algunos estudios han revelado el uso medicinal de algunas anémonas marinas. La especie Bunodeopsis globulifera que, por fortuna, es abundante en el Caribe Mexicano, tiene en su composición algunos polipéptidos, moléculas que forman las proteínas, que son capaces de eliminar células tumorales sin afectar las sanas.

Investigadores de la UNAM trabajan para aislar, purificar y caracterizar estos polipéptidos en varias especies del Caribe Mexicano, en especial de anémonas y medusas. De resultar positivas las investigaciones, esta pequeña anémona de entre 5 y 20 milímetros, podría darle una nueva esperanza a pacientes enfermos de cáncer.

Tan sólo en la diminuta Bunodeopsis globulifera se han identificado y extraído de 60 a 70 compuestos de los que entre 10 y 15 poseen efectos antitumorales, algunos otros han resultado tener actividades antimicrobianas, antiparasitarias y de sensibilidad a células beta que promueven la liberación de insulina.

Sin duda los investigadores han encontrado en esta anémona una pequeña mina de oro. Algunos de los compuestos encontrados en ella tienen una estructura similar a los presentes en los alacranes, que ya se han utilizado como tratamiento por científicos de la UNAM.

Aunque no todos los compuestos aislados de esta anémona terminarán siendo un fármaco, la importancia del trabajo de los investigadores reside en el estudio de diversas especies. En trabajos recientes con otra especie de anémona, la Aiptasia pallida se encontró que al igual que la Bunodeopsis globulifera, presenta compuestos que estimulan la liberación de insulina con los que se podrían elaborar tratamientos para la diabetes.

Los beneficios del estudio y conocimiento de nuestras especies y ecosistemas quedan claros con estos ejemplos. La naturaleza no sólo es bella y misteriosa, también tiene propiedades curativas difíciles de igualar por cualquiera de los procesos conocidos. Quizás la solución a muchos de nuestros problemas los encontraremos a medida que tengamos la humildad de estar más en contacto con ella.

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