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Antecedentes Pena De Muerte


Enviado por   •  21 de Noviembre de 2011  •  10.632 Palabras (43 Páginas)  •  993 Visitas

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1. Prólogo

Sin duda alguna, la pena de muerte es la sanción más grave y antigua de la historia. Seguramente por ello, es la que ha producido, y sigue haciéndolo en la actualidad, un mayor debate o discusión. Este carácter de conflictivo, es debido, también, a que dicha sanción, conlleva un modo de ver la sociedad y, en particular al individuo, en especial el sujeto delincuente. Así, en el debate, se ven implicadas muchas disciplinas, etiquetadas bajo el nombre de Ciencias sociales, que van des de la sociología a la criminología, pasando por la política, la filosofía y el derecho entre otras. También es evidente, que la religión, a pesar de no ser una de estas disciplinas, también se ve implicada, puesto que la religión también da una visión del mundo y de las personas.

Precisamente, por su historia y por sus implicaciones, nos hemos querido adentrar en el tema, aunque sea de una manera superficial, dadas las restricciones, tanto de espacio como de tiempo, a las que estamos sujetos. Con tal objetivo, dividiremos el trabajo en tres grandes bloques: el primero, la evolución histórica de dicha pena, en dónde también hemos incluido una breve cronología sobre la pena de muerte en España; el segundo, la situación actual en el mundo, cuántos países la practican todavía y cuántos no, junto algunos de los acuerdos suscritos para su abolición; y por último, el tercero, en el que intentaremos abordar los argumentos tanto a favor como en contra de ella. Por último, y a modo de conclusión, intentaremos hacer un balance de lo que hemos expuesto y comentar, además, algunas de las alternativas a la sanción capital y sus problemas.

2. Antecedentes remotos: el cristianismo

Si bien muchos especialistas abogan por dejar a un lado la cuestión de la religión a la hora de solucionar o debatir la cuestión de la pena de muerte, lo cierto, es que en la realidad ha jugado un papel muy importante. Sin duda alguna, durante muchos siglos, y todavía aún, las religiones y sus instituciones han tenido un poder enorme en la mentalidad de los hombres. Como apunta J. K. Galbraith: "En los primeros momentos del cristianismo, el poder se originó con la vigorosa personalidad del Salvador. Casi inmediatamente surgió una organización, los Apóstoles, y con el tiempo la Iglesia, como organización se convirtió en la más influyente y duradera de todo el mundo". Es por ello, que creemos importante, dedicar un apartado a las consideraciones dogmáticas religiosas.

Cabe mencionar, que sólo hablaremos del catolicismo, pero la misma importancia han tenido otras religiones en diferentes partes del mundo (por ejemplo el Islamismo).

Requisitos católicos de la pena:

a) Utilidad de la pena

La pena para ser justa ha de ser útil a la comunidad en general y también a las personas más directamente relacionadas con ella. Según el concepto bíblico de la fraternidad universal, cada ciudadano debe ayudar a todos los demás. La autoridad, el derecho, debe servir a todos.

b) Dignidad de la pena

El catolicismo postula que la pena sirva a la prevención general y a la especial. Pero exige, además, que la pena sea digna. En definitiva, que sea humana y, por lo tanto, rechaza la venganza y la crueldad.

c) Necesidad de la pena

La pena ha de ser necesaria al bien común y a las personas directamente afectadas por ella. En este punto coinciden los tratadistas católicos.

A la luz de la teología católica, la retribución jurídica supone y exige represión, en cuanto es necesaria para la prevención, general y especial, de futuros delitos. La pena última religiosa mira, quizás, sólo al pasado del pecador, pero desde un planteamiento radicalmente distinto al de la pena jurídica.

La pena de muerte

Las posturas frente a la pena de muerte han ido variando a lo largo del tiempo. Si bien es cierto, como veremos en el último bloque, que la pena de muerte ha encontrado justificación en palabras del Antiguo Testamento, en la actualidad, la postura no es tan clara. Sin duda alguna, la Iglesia ha sido partidaria durante muchos siglos de la sanción capital. Sólo baste recordar la Inquisición, en la que fue impuesta por la propia Iglesia: "Cuando el escándalo está en el pensamiento, esto es, en la cabeza, no hay otro remedio para el escándalo que la muerte; tremenda necesidad, pero necesidad". Estas son las palabras que pone Papini en boca de Torquemada. Es bastante significativa la expresión de la necesidad, que anteriormente, comentábamos como uno de los requisitos de la pena.

En nuestros tiempos, sin embargo, a pesar de que la Iglesia siga teniendo una importancia elevada en la vida de las personas, la secularización, que se ha ido produciendo durante el s.XX, ha conllevado que las personas vivan ya una religión más privada. Y por lo tanto, una relación directa con Dios. Ello conlleva, que el juicio ético-moral, no lo pueden hacer (como en la Inquisición) las instituciones de la Iglesia, sino que es el mismo Dios el que lo debe hacer.

En la actualidad, la posición de la Iglesia, no es del todo clara, si bien es cierto, que muchas veces, en su historia, ha intercedido para salvar la vida a los reos. Sin embargo, hay que apuntar, que hay una serie de valores cristianos que justifican la abolición (perdón, amor, etc.).

3. Teoría de la pena de muerte.

Es la privación de un bien jurídico que el poder público, a través de sus instituciones impone a un individuo que ha cometido una acción perturbadora del orden jurídico.

Al principio de la historia la pena fue el impulso de la defensa o de la venganza, es decir, la consecuencia de que un ataque injusto.

Actualmente la pena de muerte ha pasado a ser un medio con el que cuenta el Estado para preservar la estabilidad social. El concepto de pena ha tenido varias definiciones. Para Raúl Carrancá y Trujillo, es "un tratamiento que el Estado impone a un sujeto que ha cometido una acción antisocial o que representa una peligrosidad social, pudiendo ser o no ser un mal para el sujeto", para el famoso jurista Carrara, citado por el mismo Raúl Carrancá, la …"pena es de todas suertes un mal que se infringe al delincuente, es un castigo; y como tal, atiende a la moralidad del acto; al igual que el delito, la pena es el resultado de dos fuerzas: la física y la moral, ambas subjetivas y objetivas…"

Para Edmundo Mezger, la pena en sentido general, dentro de la que se incluye la pena de muerte…"es una privación de bienes jurídicos que recaen sobre el autor del ilícito, con arreglo al acto culpable; imposición de un mal adecuado al acto".

Para Franz Von Lizt, "es el mal que el juez infringe al delincuente a causa de un delito, para expresar la reprobación

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