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Antecedentes historicos Valle del Huasco


Enviado por   •  29 de Mayo de 2024  •  Apuntes  •  2.295 Palabras (10 Páginas)  •  27 Visitas

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Las primeras descripciones del valle del Huasco corresponden a Jerónimo de Vivar, quien señala que, al momento del paso de la hueste de Pedro de Valdivia por este espacio, se encontraba poblado por alrededor de 800 indígenas bajo el dominio de los Incas. Indica que vestían ropajes elaborados en lana y algodón y contaban con cultivos de maíz, frijoles, zapallos, quínoa y ají. Aunque difieren en lengua de los indígenas de Copiapó, Vivar indica que practican ceremonias similares, que consisten en juntarse y beber abundante vino de maíz y algarrobo (Vivar 2001 [1558]). En lo que refiere al especio comprendido entre el valle del Huasco y el de Coquimbo, señala que corresponde a un espacio de arenales, en donde apenas hay dos jagüeyes con agua salobre (Vivar 2001 [1558]).

A inicios del siglo XVII la región comprendida entre Copiapó y La Serena se caracterizaba por la producción ganadera, seguida de la minería del cobre, aunque ya se comienza a manifestar la producción cerealera que dominará la economía en momentos posteriores, cambio que se consolidó entre 1620 y 1690, con el Perú como mercado principal. El cambio en este énfasis productivo tuvo como consecuencia el desplazamiento de la producción ganadera hacia montes con baja o nula capacidad de regadío, aparejado con el reemplazo del ganado vacuno por el caprino, de mejor adaptación a tierras pobres (Carmagnani 2006). La actividad minera, en el siglo XVII, en tanto, se caracterizaba por la explotación con bajos recursos tecnológicos de lavaderos de oros en las inmediaciones de La Serena, principalmente, apelando a la movilización de grandes cantidades de mano de obra, en gran parte conformada por población indígena encomendada (Carmagnani 2006). A ello se suma un lento pero sostenido énfasis en la producción de cobre, aunque en baja escala, primero para abastecer a los mercados domésticos locales y eventualmente para abastecer a las armerías del Callao (Pederson 2008).

A inicios del siglo XVII, el padre Bernardino Lizárraga realizó el recorrido entre Copiapó y Coquimbo, por el llamado camino de la costa. Indica que el espacio que media entre ambas localidades se encuentra despoblado, a excepción del

valle del Huasco. Sobre este último, indica que tiene escasa población de indígenas, aunque destaca la fertilidad del valle y la producción de sus viñas, con excelentes vinos (Lizárraga 1916 [1605]). Vásquez de Espinoza, durante la segunda mitad del siglo XVII entrega otras descripciones para el valle del Huasco. Al respecto indica que la totalidad de los indígenas de la costa son pescadores. Hacia el interior, Indica la presencia de viñas, de las que se obtiene buen vino, además de abundantes cosechas de maíz, trigo, el cual se complementa con la caza de perdices, guanacos, entre otros animales (Espinoza [1672] 1948).

Hacia la primera mitad del siglo XVIII, se produce una crisis en la producción triguera, con mermas importantes en la capacidad productora de este espacio, lo cual devendrá en varias acciones administrativas encaminadas a la prohibición de exportar la producción tanto al Perú como a comarcas vecinas, en vista de la imposibilidad que muestran las localidades de autoabastecer su propia demanda de cereales (Carmagnani 2006). Esta situación es elocuente para Copiapó, el cual dependía del abastecimiento de cereal de centros productores como La Serena y el Valle Central de Chile. Paralelamente, el énfasis económico de Copiapó se redirigió hacia la producción minera y de productos agrícolas elaborados como vino, aguardiente, pisco y frutos secos (Carmagnani 2006).

En contraste, minería de plata, oro y cobre conformó la principal actividad económica, como consecuencia del descubrimiento de varios minerales en el espacio comprendido entre Copiapó, Huasco y La Serena. La alta demanda de mano de obra que exigía la actividad minera, en tanto, no llegaba a ser satisfecha por la población indígena encomendada, por lo que se recurrieron a otros mecanismos para la incorporación de trabajadores a estas faenas. De esta manera, se autoriza la contratación de indígenas tirbutarios por parte de los empresarios mineros, situación que, sin embargo, no logra solucionar la merma de mano de obra en las minas. Vinculado con la carencia de mano de obra antes señalada, se constata para estos momentos la aparición de mecanismos de trabajo en las minas consistentes en la “dobla” y el “aprovechamiento de una labor”. El primero consistía en la autorización informal por parte de un empresario minero a extraer una determinada cantidad de minerales a allegados, parientes o afuerinos. El “aprovechamiento de una labor”, en tanto, consistía en la autorización de explotación de una veta por un determinado tiempo a personas por caridad. Estos mecanismos, al operar como atractores de gente a los asientes mineros, serían los que a la larga permitirían la incorporación de obra de mano de obra mestiza en la actividad minera (Carmagnani 2006).

Hacia mediados del siglo XVIII, destaca la producción aurífera en los minerales de San Fernando Viejo, en las inmediaciones de Vallenar y Quebrada Honda (Amat y Junyet 1924 [1760], Orrego 1890). En el caso del mineral de San Fernando Viejo, este corresponde al que para inicios del siglo XX es conocido como El Zapallo (Riso Patrón 1924) y que, de acuerdo a la memoria elaborada por Antonio Martínez de Matta relativa al estado de las principales minas del reino, en 1778 contaba con prácticamente todas sus minas abandonadas, a excepción de una (Martínez de Mata 1948). Asimismo, para el valle del Huasco, destaca su producción cuprífera, con los yacimientos de Cerro Blanco, Labrar y Morado y en particular Carrizal Alto (Vicuña 1966).

De acuerdo a Cosme Bueno (1872 [1759-1776]), hacia la segunda mitad del siglo XVIII el valle del Huasco y alrededores contaba con un teniente dependiente del corregimiento de Copiapó. Indica además que el rio que riega este valle se alimenta de dos ríos que proceden de la cordillera. En el primero y situado hacia el norte, señala la presencia de la localidad de Huasco Alto de los españoles, que contaba con producción de vino de buena calidad; y el Huasco alto de los indios, situado hacia más al sur, que contaba con un pueblo de indios. Aguas debajo de donde convergen estos ríos, señala la presencia del pueblo de indios de Paytana, que es en donde se emplaza la parroquia de este partido y que corresponde al espacio en donde se fundará posteriormente la ciudad de Vallenar. En sus alrededores indica el trabajo en minas de oro, plata y cobre. En lo referente a la costa, indica una parcialidad e indígenas changos, los que se dedican a la pesca de congrio, desplazándose para ello a lo largo de la costa con sus embarcaciones, junto a sus mujeres y niños. Cuando llegaban a una caleta, se dedicaban a secar el congrio, para vendérselo a vecinos de Copiapó, quienes lo remiten a Santiago (Bueno 1872 [1759-1776]).

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