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Bio Gas


Enviado por   •  27 de Noviembre de 2013  •  Tesis  •  432 Palabras (2 Páginas)  •  347 Visitas

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Primer capítulo:”Ideas locas de un fraile ingenuo y objeciones de otro no tanto”

En un pequeño convento en Europa, Zenón un estudiante de alquimia, a quien constantemente asaltaban dudas acerca de la alquimia pues los libros que hasta ahora había estudiado, eran muy confusos y obscuros, estos libros eran publicados por un famoso alquimista, Geber, quien aseguraba que la transmutación de los mentales podía llevarse a cabo, incontrovertiblemente por alquimistas expertos a partir de formulas químicas que transformaba completamente un metal. A Zenón le parecía absurda pues la alquimia que él creía no era de esa magnitud además en dichos libros se aseguraba que se había obtenido la fórmula para crear el oro, pero que su formula no sería revelada pues el oro sería fabricado tan normalmente como se obtenía el carbón.

Este pensamiento llevó a innumerables discusiones con fray Gildardo quien cada vez que regañaba a Zenón por sus “blasfemias” en el fondo sabía que el muchacho tenía razón con respecto a los libros obscuros, estos libros se había publicado en muchos tomos y era casi imposible reunirlos todos y así el secreto seguiría oculto en ellos.

Capítulo II: “De la herrería a la taberna van y vienen las noticias y el sabio afirma que lo que se trabaja en con el fuego, alquimia es, ya sea en una fragua o en la estufa de cocina”

Los escritos de Zenón cayeron en manos del despensero del convento y este a su vez como no entendía muy bien de que se trataba se los facilitó a un amigo herrero, quien en si empezó a dudar también de la constitución de la materia de la procedencia de la forma de los átomos desde que leyó dichos escritos. Un curioso joven que trabajaba con el herrero, Simón, leyó los manuscritos de Zenón quien a su vez de la misma manera que el despensero recurrió al herrero, el recurrió a su cuñado Leodegario quien era medico, en ese entonces médicos alquimistas y boticarios todos sabían algo de alquimia era un desastre tremendo.

Páracelso un famoso profesor de alquimia, al que le encantaba alardear de su grandeza con estudiantes, pero que a su vez alentaba a estos a generar sus propias dudas acerca de las teorías ya propuestas por los alquimistas. Pero tanto el herrero como Simón su trabajador quienes ya habían leído los escritos de Zenón no estaban convencidos de que Paracelso fuera tan magnífico como el mismo se decía, el herrero repetía que no era más que un charlatán muy inteligente quien engañaba a la gente y se jactaba de ser magnifico.

Aunque el herrero no tenía idea

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