Biografía Académica del autor: Jaime Rodríguez Ordoñez

Biografía Académica del autor: Jaime Rodríguez Ordoñez.

Nació en Guayaquil el 12 de abril de 1940.  Es un historiador de la Universidad Estatal de California en Long Beach, con doble nacionalidad: ecuatoriana y estadounidense. Fue profesor de esta universidad y luego catedrático en la Universidad de California, Irvine. Sus estudios se centran en la historia de la Nueva España, México, Quito y la independencia Hispanoamericana. Sus investigaciones intentan dar cuenta de las trabas que tuvo América Latina en el proceso de modernización durante el siglo XIX.^[1] Entre sus obras se pueden encontrar: “Sobre la supuesta influencia de la independencia de los Estados Unidos en las Independencias hispanoamericanas” (2010), “México, Estados Unidos y los países hispanoamericanos” (2008), “Fronteras y conflictos en la creación de las Nuevas Naciones en Iberoamérica” (2006), entre otros.^[2]

Resumen de contenido del texto:

Jaime Rodríguez nos presenta el proceso jurídico y político que tuvo la Nueva España, de la mano de la monarquía española, hasta convertirse en el Estado de México. Esto quiere decir que Rodríguez nos da un recorrido de México en lo que respecta a su independencia en 1821 (antes, durante y después).  Establece que México fue la única nación dentro de los reinos de la monarquía española, que mantuvo intactas las formas jurídicas y políticas de la Corona, una vez alcanzada su independencia. Tras la crisis que se estaba viviendo en la península con la abdicación de Carlos IV y Fernando VII, el virreinato de la Nueva España colaboró en gran medida en la defensa de la monarquía, pues se consideraban el “espíritu de la gran familia española”. En la política tradicional hispana, si el rey estaba ausente la soberanía caía sobre el pueblo. Por eso el organismo llamado Ayuntamiento de México convocó a un Congreso de ciudades en Nueva España para gobernar en nombre del monarca y proteger la fe y la patria. Sin embargo, ante la negativa del virrey de otorgar la posibilidad de un gobierno autónomo, se fueron generando grupos insurgentes autonomistas,  que se prolongaron 11 años (1810- 1821). Rodríguez afirma que de haberse aceptado un gobierno autónomo, hubiera sido más efectivo defender la monarquía, pues el pueblo de la Nueva España no buscaba la independencia.

En cuanto al gobierno representativo, teniendo el contexto internacional de la época, se creó la Junta Central Suprema, que otorgaba una serie de derechos a América como nunca antes. América era considerada como parte de la nación española, en términos modernos. Sin embargo, esta junta se disolvió ante la debilidad causada por las victorias galas, generando la creación del Consejo de Regencia. Gracias a la apertura de la representación (inequitativa), americanos y españoles contribuyeron en la elaboración de la constitución de Cádiz 1812. La gran mayoría de los americanos que jugaron un papel primordial en las Cortes de Cádiz fueron los novohispanos. Un nuevo organismo surgió: diputaciones provinciales, que abolieron los virreinatos y dividieron en provincias a Nueva España, teniendo estas un trato directo con el gobierno de España. También se logró que los funcionarios de los ayuntamientos constitucionales fueran elegidos popularmente. Por otro lado, había una crisis de confianza ante la victoria de los franceses, generando el deseo de un gobierno autónomo. Surgieron las insurgencias con el fin de proteger la Nueva España hasta el regreso del monarca. Las autoridades locales habían protegido las ciudades por lo que los movimientos insurgentes nacen en la parte rural creando la guerra de guerrillas.  Rodríguez dice que el movimiento de Hidalgo no fue tan efectiva  por falta de disciplina, no empleaban tácticas guerrilleras ni mantenían vínculos con los autonomistas clandestinos. Acciones que sí realizaba el padre José María Morelos. Sin embargo, las insurgencias se veían asediadas por la contrainsurgencia realista. Tras el regreso de Fernando VII, este restauró el Antiguo régimen realista en la monarquía española pero el descontento y desencanto en la península por parte de los militares sobre una guerra con el Nuevo mundo, hizo que el monarca restaurara la constitución en  1820. En la Nueva España ya se había creado un plan para implementar el autogobierno pues el panorama político de la Península era inestable. Es así que cuando se decretó en las Cortes que no se podían crear reinos americanos autónomos, la Nueva España se separa y se implementa el Imperio Mexicano.

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