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Bioética y legislación en Enfermería


Enviado por   •  22 de Enero de 2022  •  Ensayo  •  1.840 Palabras (8 Páginas)  •  345 Visitas

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Bioética y legislación en Enfermería.

Imaginemos, por un momento, que se nos pida que compilemos una lista de lo que consideramos que son los diez mejores trabajos en el campo de la bioética durante las últimas cuatro décadas. ¿Qué libros y papeles me vienen a la mente? Si a todos nos pidieran que realizáramos el mismo ejercicio, sin duda cada uno haría una selección diferente, aunque bien podría haber cierta superposición. Pero al intentar hacer una lista de este tipo, sin duda tendríamos una idea de lo que estábamos buscando en nuestro listado de bioética ¿Qué es, entonces, ese factor que hace buena bioética?

Podríamos comenzar considerando la influencia de una obra dada en términos de su alcance. Algunas revistas producen una lista de sus artículos más consultados o citados, presumiblemente como una indicación de los "mejores" artículos que se ofrecen. En esta era de métricas y estadísticas, es ciertamente tentador recurrir a medidas numéricas como índices de citas y factores de impacto: la cuantificabilidad como un sustituto de la calidad. Por otra parte, no todos los artículos que se leen o se citan ampliamente son necesariamente buenos; notoriedad no siempre equivale a calidad.

De hecho, uno podría sugerir en broma que una forma efectiva de ser citado con frecuencia es estar equivocado. Más en serio, un trabajo que está abierto tanto a la crítica como a un mayor desarrollo es, por supuesto, probable que genere más citas; los números, sin embargo, no son más que un reflejo burdo de esta propiedad y no proporcionan una explicación o descripción de lo que constituye la calidad, así mismo, primeramente se deberá definir la bioética.

En toda la trayectoria de la historia, la bioética ha sido considerada como una disciplina que ha logrado ampliar su alcance de forma notable, al comienzo limitado de las ciencias y avances tecnológicos en el área biomédica. Comienza a resultar novedoso con respecto a la ética médica tradicionalista debido a la presencia de situaciones anormales, que implican alternativas y decisiones nunca antes observadas, para las cuales no existen estándares morales y que, en adición, están caracterizadas por una emergente complejidad.

Con el objetivo de ponderar como una disciplina auténtica, la bioética tuvo que recurrir a un método especial, uno que fuese interdisciplinario y en el cual fuesen integradas las contribuciones de varias disciplinas en una especie de síntesis con la capacidad de otorgar información hacia una decisión moralmente acertada y, en este sentido, un cambio en la mentalidad dirigido al diálogo, resulta ser de vital importancia para lograr esta meta.

La bioética tiene al menos algunas de sus raíces en la filosofía, pero, en general, no se tiene una "filosofía de la bioética" desarrollada explícitamente. La ciencia produce explicaciones para los fenómenos observados y evalúa esas explicaciones de acuerdo con lo bien que describen y predicen estos fenómenos. Pero si la bioética funciona de manera análoga, al intentar dilucidar algún principio moral subyacente, ¿cuáles son los fenómenos que estamos tratando de explicar?

Es de suponer que necesitamos tener una explicación de lo que es o hace la bioética, para poder decir qué constituye una buena bioética, pero esto no significa que deba haber una explicación única de la bioética o que deba estar definida de manera rígida o precisa. La bioética puede ser muchas cosas, según el contexto particular y el propósito del esfuerzo. Una característica principal de la "buena" bioética, por lo tanto, es "utilizar la herramienta adecuada para el trabajo". Esto, a su vez, implica saber cuál es el trabajo que estamos tratando de hacer; sabiendo (para mezclar metáforas) qué sombrero llevamos en un momento dado. ¿Con quién estamos hablando y con qué propósito?

Los bioeticistas a veces se ven a sí mismos divididos en escuelas de pensamiento caracterizadas por un método o enfoque particular. Sin embargo, desde una perspectiva más general, podríamos argumentar que la división más significativa en bioética no es entre la ética de la virtud y el consecuencialismo, o la filosofía continental y angloamericana, sino entre la teoría y la práctica: bioética como filosofía versus bioética como política.

El papel de las intuiciones morales en la bioética es controvertido y, a menudo, se considera que ser guiado por la "nariz moral" es un método deficiente para "hacer bioética". Sin embargo, el razonamiento bioético a menudo se basa primero en apelaciones a la intuición para establecer las premisas básicas de las cuales se pueden abstraer los axiomas y contra las cuales se pueden comparar y analizar problemas más complejos. ¿Podemos afirmar, entonces, que estamos descubriendo algún tipo de "verdad moral"? Este problema recapitula los debates meta-éticos perpetuos sobre la naturaleza de la filosofía moral en sí misma e invoca cuestiones de pericia moral: ¿quién está en mejor posición para conocer o descubrir la verdad y qué declaraciones deben considerarse como una buena guía moral? ¿Cómo decidimos qué hace que algo sea una "buena" explicación moral y si producir explicaciones morales es el propósito adecuado de la bioética?

La bioética se describe con frecuencia como una rama de la ética práctica o la filosofía aplicada. Sin embargo, una manzana de la discordia entre las diferentes versiones de la bioética es hasta qué punto un trabajo determinado necesita tener una aplicación práctica para tener valor o "contar" como bioética. A menudo se afirma que la bioética debe "guiar la acción", debería decirnos qué hacer. Algunos, de hecho, ven la bioética como definida por este objetivo: Sheehan y Dunn (2013), por ejemplo, afirman que la bioética "debe preocuparse principalmente por abordar una cuestión práctica del deber”

Teniendo esto en cuenta, hace casi una década, la cuestión de qué hacen los bioeticistas y qué reclamo de autoridad tienen al hacerlo, Baker (2005) escribió: “el papel del bioeticista no es el de perro guardián, vigilando y protegiendo los límites de la moralidad, sino más bien de facilitador, ayudando a la sociedad a articular, interpretar y especificar de manera reflexiva nuestra moral común en el contexto del mundo de la biomedicina en rápida evolución”. Sin embargo, ¿qué sucede cuando hay una falta de consenso sobre una sola “moral común”? De hecho, estos son los problemas en los que la bioética suele intervenir: si no hubiera desacuerdo sobre lo que constituye la "moralidad común", no habría desacuerdo sobre lo que debería hacerse.

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