CAUSALES ECONOMICAS POLITICAS DEL PROBLEMA DEL HAMBRE EN MEXICO, COMO UN EJEMPLO DE LA VULNERABILIDAD SOCIAL.

Introducción.

El Instituto Nacional de Nutrición ha realizado durante un largo periodo una ardua investigación sobre el problema del hambre que vive México. Ha determinado que el hambre, forma parte de la tragedia social que corresponde esencialmente a la población que vive en pobreza extrema.

A lo largo de la historia mexicana los más afectados por este problema han sido principalmente las comunidades rurales del país, dejando a este sector de la sociedad vulnerable a los cambios políticos, económicos y climáticos. La historia de México ha mostrado que las comunidades más pobres han pasado desapercibidas para el gobierno, para quien los hogares más pobres no existen y por lo tanto para sus políticas de desarrollo económico y social tampoco. Estratos que más han resentido los grandes cambios estructurales, institucionales, políticos y económicos del país.

El trabajo de investigación que se realiza en el Instituto Nacional de Nutrición define… “el hambre como un fenómeno social que afecta a una población, comunidad o familia, manifestado por la falta brusca o gradual de los alimentos necesarios para el mantenimiento de la vida cotidiana y la salud. Carencia vital que tiene impacto en la morbilidad de la sociedad, concretamente en los sectores más vulnerables. Se trata del déficit importante en la ingesta de los nutrimentos indispensables, carbohidratos, proteínas, vitaminas y minerales. En términos sociales se refiere al problema que sufren las comunidades que tienen una alimentación exigua o insuficiente expresado generalmente en la ingesta pobre en cantidad y calidad. A partir de 1992 se ha denominado oficialmente Pobreza Alimentaria, que se refiere específicamente a los hogares que no alcanzan a comprar la canasta de alimentos de consumo básico”.

El problema del hambre en los hogares marginales de México, pasa por la política económica neoliberal, por la economía de libre mercado, de la economía de la oferta y la demanda. Anteriormente la economía de autosuficiencia aseguraba la alimentación, ahora para comer es menester tener dinero y para tener dinero es necesario trabajar. Trabajar en la sociedad marginal rural equivale a contratarse como jornalero. El punto es que no hay trabajo y en el poco que existe la paga es insuficiente. Además cuando se encuentra es lejos de casa y hay que descontar gastos adicionales como transporte. Aun así, la ocupación laboral para todos los días es limitada. Sobra la oferta de mano de obra barata y la triste realidad social es que abunda gente desempleada que trabaja a veces sólo por el sustento diario.

El problema es que la economía globalizada de libre mercado, ha penetrado y minado la autosuficiencia aun en las comunidades rurales más distantes. Los campos que antes producían la totalidad de los alimentos que consumían, ahora se ocupan mayormente en la siembra de productos rentables.

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