CAZADORES DE MICROBIOS CAPITULO 7

Fue necesario que se llevara a cabo la matanza de muchos conejillos de India, para que fuese posible salvarles la vida a muchos niños. “En 1888, Emilio Roux, el fanático ayudante de Pasteur, continuó las investigaciones”. Esto sucedió porque Louis ya no pudo continuar. Las personas por su gran ignorancia, creyeron nuevamente que los microbios a pesar de que representaban un gran peligro, podrían volverse animalitos inofensivos.

Los dos entusiastas jóvenes se dieron a la tarea de realizar diversos experimentos, con el único fin de. “Descubrir la antitoxina de la difteria”. Y el gran afán de salvar vidas motivo que los animaba a continuar con firmeza.

En ese entonces había una gran multitud de muertes, por lo que Federico Loeffler “se afanaba hirviendo espátulas, calentando, al rojo vivo hilos de platino”. Con el fin de extraer la materia gris de la garganta, colocaban dicha extracción en tubos de cristal tapados con algodón, o la coloraba para que fueran observadas por medio del grandioso microscopio tuvieron la capacidad de descubrir bacilos que tenían forma de masa.

La difteria se presentó Paris, causando aberrantes daños. “Roux y Yersin fueron al hospital de niños y hallaron el mismo bacilo mencionado por Loeffler”. Dieron paso a la cultivación en matraces e inyectaron cantidades de caldo de cultivo a muchos pájaros siendo estos martirizados.

De este modo Roux logro que fuera posible la profecía de Loeffler y descubrió el fluido mensajero de las muertes que provocaban los cuerpos de los bacilos de la difteria; que para muchos pasaban desapercibidos.

Roux, pudo demostrar, que lo que mataba no era el microbio de la difteria sino el veneno que segregaban. de cada cien niños tratados con el suero Roux morían veintiséis. Aunque la antitixina no sea segura los experimentos de Roux y de Behring son valiosos, por ello los seres humanos debemos estar agradecida por las investigaciones de Loeffler, de Roux y de Behring.

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