COVID 19 PANDEMIA MUNDIAL
Enviado por Brenda Barahotna • 5 de Junio de 2020 • Ensayo • 2.432 Palabras (10 Páginas) • 292 Visitas
COVID 19
PANDEMIA MUNDIAL
EL NUEVO VIRUS
POR KEVIN ARMANDO GONZALEZ NVARRO
COLEGIO DE BACHILLERES DE TABASCO
COBATAB PLANTEL 07
NOMBRE DEL ALUMNO (A):
KEVIN ARMANDO GONZALEZ NAVARRO
SEMESTRE :
4
GRUPO:
D
MATERIA:
LITERATURA 2
TEMA:
COVID 19 ,PANDEMIA MUNDIAL ,EL NUEVO VIRUS
DOCENTE :
CARLOS EDILBERTO LEON JIMENEZ
HUIMANGUILLO TABASCO A 06/06/20
INTRODUCCION
Los coronavirus constituyen un amplio grupo de virus que se encuadran taxonómicamente en la subfamilia Coronavirinae dentro de la familia Coronaviridae (order Nidovirales); se designan bajo el término coronavirus todas las especies pertenecientes a los géneros Alpha-coronavirus, Beta-coronavirus, Gamma-coronavirus y Delta-coronavirus.
Se trata de virus cuyo genoma está formado por una única cadena de ARN con polaridad positiva y de aproximadamente 30.000 pares de bases, que presentan una capucha metilada en el extremo 5 y una cola poliadenilada en el extremo 3 , dándole un gran parecido al ARN mensajero del hospedador. A grandes rasgos, los coronavirus inician su replicación con la entrada de lo vibriones – forma infecciosa del virus–, cuando pierden su envoltura y depositan su ARN viral en el citoplasma de la célula eucariota, donde el parecido con el ARNm del hospedador le permite adherirse directamente a los ribosomas para su traducción. Allí, se emplea como plantilla para traducirse directamente en la poli proteína 1a/1ab, en la cual están unidas todas las proteínas que formarán el complejo de replicación-transcripción en vesículas de doble membrana.
A partir de dicho complejo, se sintetizan diversos ARN sub-genómicos codificantes para los polipéptidos y proteínas (estructurales y no estructurales) que determinan la biología del virus y la simetría helicoidal de su nucleocápsida. Por microscopía electrónica, los virones se reconocen por una pequeña "corona" que presentan a su alrededor y que justifica su nombre Los coronavirus son virus zoonóticos, esto es, pueden transmitirse entre animales y humanos.
En líneas generales, se acepta que los alfa-coronavirus y los beta-coronavirus son capaces de infectar a mamíferos, mientras que los gamma-coronavirus y los delta-coronavirus pueden infectar a pájaros (aunque algunos de ellos también a mamíferos). Así, se ha descrito que muchos coronavirus pueden usar a los mamíferos como reservorios u hospedadores intermediarios, destacando entre ellos los murciélagos, en los que se facilita la recombinación y los eventos muta-génicos conducentes a una mayor diversidad genética de los virus. En la infección a mamíferos, los coronavirus infectan fundamentalmente células del tracto respiratorio y el tracto gastrointestinal.
Existen diferentes especies de coronavirus que circulan entre animales pero que aún no han dado el salto a humanos Los más conocidos por su patogenicidad son el MERS-CoV (coronavirus causante del Síndrome Respiratorio de Oriente Medio) y el SARS-CoV (responsable del Síndrome Respiratorio Agudo y Severo). Investigaciones detalladas sobre los mismos concluyeron que el SARS-CoV se transmitió por primera vez a humanos desde civetas –una especie de gato oriunda del sudeste asiático– y el MERS-CoV desde dromedarios.
El coronavirus identificado a finales de 2019 y causante del originariamente bautizado como “brote de Wuhan”, que se tratará en detalle a continuación, era hasta ahora desconocido. De forma general, una vez que los coronavirus han infectado a humanos, se acepta que la infección puede transmitirse de persona a persona, normalmente tras el contacto cercano con un paciente infectado, por ejemplo, en espacios cerrados como centros de salud o lugares de trabajo
“QUE SAVEMOS SOBRE EL BROTE DE WUHAN”
Según análisis genéticos, el nuevo coronavirus identificado a finales del año pasado pertenece al género de los beta-coronavirus y guarda un estrecho parentesco –también estructural– con el SARS-CoV. Fue provisionalmente denominado 2019-nCoV, pero ha sido bautizado posteriormente por la OMS como SARS-CoV-2. Además de las vías superiores, este virus puede infectar el tracto respiratorio inferior y causar neumonía, aunque los síntomas son en general más leves que con los coronavirus de SARS y MERS. Las principales manifestaciones clínicas del COVID-19 (como se ha denominado la infección por el nuevo virus) incluyen fiebre, tos, dificultad para respirar (sensación de falta de aire) y la aparición de infiltrados pulmonares bilaterales en radiografía torácica. Según los datos disponibles, los expertos apuntan a que la tasa de mortalidad del nuevo patógeno es también más baja que SARS y MERS, situándose sobre el 3,4% (de forma global, entre el 2 y el 4%).
El brote surgió en la ciudad china de Wuhan, una metrópoli de 11 millones de habitantes en la provincia de Hubei, donde las autoridades locales inicialmente refirieron un origen desconocido del brote, pero que posteriormente se relacionó con un gran mercado de animales y marisco de esa ciudad. Aunque los datos filogenéticos conocidos indican que podría tratarse del murciélago, no se conoce por completo la fuente de la infección ni cómo se produjo su “salto” a humanos.
Las primeras informaciones recibidas por la oficina de la OMS en China sobre una serie de casos de neumonía de etiología desconocida tuvieron lugar el 31 de diciembre de 2019, identificándose como causa el virus en cuestión el día 7 de enero3; científicos de Shanghái publicaron tres días más tarde los datos genómicos completos del nuevo coronavirus, cuyos análisis preliminares sugieren cierta homología en aminoácidos respecto al SARS, según la cual podría ser capaz de usar la proteína ACE2 como receptor, con importantes implicaciones a la hora de predecir su potencial de generar una pandemia.
El mismo día 10 de enero, la OMS publicó una serie de orientaciones provisionales para todos los países sobre cómo prepararse ante la posible llegada de este virus, respecto a la forma de controlar a las personas enfermas, el análisis de muestras, el tratamiento de pacientes y el control de la infección en centros de salud. En contra de lo que se barajó en un principio, las autoridades sanitarias chinas confirmaron, conforme se desarrollaba el brote epidémico, que el virus SARS-CoV-2 se puede transmitir de persona a persona, tal y como se pone de manifiesto por el hecho de que un importante número de profesionales sanitarios de un hospital de Wuhan se infectaran en las primeras fases del brote. Por similitud con otros beta- coronavirus conocidos (MERS-CoV y SARS-CoV), se cree que el SARS-CoV-2 se transmite principalmente por el contacto directo con las secreciones respiratorias de un animal o persona infectada, en especial a través de gotículas respiratorias de menos de 5 micras emitidas con la tos o los estornudos, o por con las mucosas de otra persona infectada (nariz, boca u ojos); parece poco probable la transmisión por el aire a distancias mayores de 1-2 metros. Según datos preliminares, el período de incubación más frecuente se ha estimado entre 4 y 7 días, con un promedio de 5 días, habiéndose producido un 95% de los casos a los 12,5 días desde la exposición.
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