CSI: Colombia
Enviado por marcla1622 • 24 de Abril de 2012 • Informe • 442 Palabras (2 Páginas) • 522 Visitas
CSI: Colombia
Tal como en la serie de televisión estadounidense, los investigadores colombianos hacen planos, toman huellas, recolectan y cotejan evidencia con altos niveles de tecnología. A pesar de que sacrifican su vida familiar, develan crímenes que sólo en Colombia se producen y son una de las seis unidades especiales del mundo. Igual, los conmueve el absurdo de la violencia.
Los investigadores criminalísticos que creen haberlo visto todo olvidan que existe Colombia.
Nuestro país registra hechos tan increíbles que ni siquiera están documentados en otras naciones. Sucesos que hacen reflexionar acerca de la habilidad humana para hacer daño a su propia especie, y espantosos crímenes que aterrarían incluso a libretistas de películas gore y darían para escribir cientos de capítulos de exitosas series de televisión como CSI (Crime Scene Investigation).
Pues al igual que ocurre en la pantalla chica, en Colombia estos hechos movilizan grandes equipos humanos especializados al escenario del delito para recabar las pruebas indispensables para la aplicación de la justicia. Una labor que hacen cientos de hombres y mujeres en todo el país, comandados por Martha Rodríguez, una mujer menuda, de apariencia frágil, quien por su trayectoria de más de dieciséis años como investigadora de crímenes y la capacitación que ha recibido, dirige, desde la Fiscalía General de la Nación, la investigación de crímenes de toda índole. Sus subalternos la califican como una persona metódica, organizada y muy capaz.
Tiene que serlo. Porque su labor, como la de su gran equipo de trabajo, requiere esfuerzo, prudencia extrema y observación permanente. Ni ella ni los investigadores a su cargo dan entrevistas ni se exponen en los medios de comunicación. De ellos no se conoce nada; de su trabajo, sólo los resultados que permiten esclarecer hechos, motivaciones de los mismos y obtener conclusiones como, por ejemplo, en el caso del concejal de Bogotá que mandó asesinar a su esposa; o el descubrimiento de los falsos positivos del Ejército, por los cuales hoy se han dictado más de ciento cuarenta condenas; o el caso de un hombre que denunció el secuestro de su hijo cuando él mismo había ordenado su homicidio para evitar pagar la cuota de manutención.
Son delitos que, aunque diferentes siempre, tienen una constante: el victimario quiere evadir juicios morales y aparecer limpio ante la sociedad, e incluso mostrarse como héroe o víctima. Cuando un criminal está dispuesto a hacer lo inimaginable para defender su reputación, a la investigación técnica y científica se suma la astucia del investigador. Una pericia que no se adquiere en ninguna de las veinticuatro instituciones educativas avaladas por el Ministerio de Educación Nacional que ofrecen este pregrado, sino con la experiencia misma en las escenas del crimen.
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