Cancer De Mama
Enviado por mayra9722 • 18 de Mayo de 2015 • 402 Palabras (2 Páginas) • 209 Visitas
1. LA OBLIGACIÓN COMO FENÓMENO DE LA VIDA MORAL
Para cualquier ser humano, desde que alcanza el uso de razón, resulta familiar el
hecho de toparse eventualmente con restricciones respecto a la conducta que uno tiene
intención de seguir sencillamente porque satisface sus deseos o preferencias. Es un fenómeno
universal y cualquier manual de psicología evolutiva hace referencia a ello de
un modo u otro. En términos freudianos sería la tensión entre el principio de placer y el
principio de realidad4
. Prescindiendo de la perspectiva psicoanalítica o no5
, se trata de
2
Cfr., por ejemplo, GUYAU, J., Esbozo de una moral sin obligación ni sanción, Júcar, Madrid,
1978.
3
Para esta cuestión puede verse la obra de Alasdair MACINTYRE, especialmente Tras la virtud,
Crítica, Barcelona, 1987.
4
Cfr. FREUD, S., El malestar en la cultura, Alianza Editorial, Madrid, 1970. (Aunque el hedonismo
psicológico de Freud viene a dar una explicación del fenómeno de la obligación que convierte la Ética
en algo inconsistente).
5
Cfr., por ejemplo, HARMAN, Gilbert, La naturaleza de la moralidad, U.N.A.M., México, 1983
(The nature of morality, Oxford University Press, Londres, 1977). El enfoque de este manual no es psicoanalítico,
pero se sirve de él en el capítulo 5 (“Sociedad y superyó”) como introducción al concepto de
ley moral.
La noción de obligación como concepto moral
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un hecho que no deja de ser señalado por bastantes manuales de ética. El niño, cuando
«trata de imponer su voluntad a su entorno, se da cuenta de que no consigue, sin trabas,
todo lo que quiere. Aprende que hay metas inalcanzables (por ejemplo, tener unas botas
de siete leguas) o que no es aconsejable alcanzar, bien porque acarrean malas consecuencias
(por ejemplo, coger una cacerola caliente) o porque son prohibidas por los
adultos bajo amenaza de castigo. (...) Con el tiempo, el niño aprende a distinguir entre
fines obligados (debes...), permitidos (puedes...) y prohibidos (no debes, no puedes,...) y
a tener en cuenta esta diferencia no sólo en relación con lo que quiere de manera inmediata,
sino también en su juicio acerca de las acciones de los otros. Aprende, así pues,
no sólo a seguir reglas y a actuar conforme a reglas, sino también a juzgar acciones (tanto
las suyas como las de los demás) según reglas»6
. Y de este modo, el deber moral aparecerá
en su forma original como algo heterónomo7
, aunque para poder hablar de una
verdadera vida moral, se exija como necesaria la aceptación consciente del deber («sólo
a través de la auto-obligación a tales reglas de la libertad
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