Cancer En El Seno

Cáncer de Seno

ESTÉ ATENTA ANTE LA APARICIÓN DE CUALQUIERA DE ESTAS SEÑALES

Dureza, abultamiento o protuberancia

Cambios en el tamaño o forma de los senos

Secreción por el pezón

Hundimiento o retracción de la piel

Hoyuelos en la piel

Adenopatías axilares (ganglios)

Irritación persistente de la piel

El cáncer de seno no produce dolor en su etapa inicial

AUTOEXAMEN DE SENO

1. Frente al espejo, coloque las manos en la cintura y observe en sus senos tamaño, manchas, hoyuelos, protuberancias, retracciones, coloraciones, cambios de lunares en la piel, o cualquier otro cambio que llame la atención. Seguido eleve los brazos y observe si los dos senos ascienden simétricamente, recuerde que por lo general un seno es de mayor tamaño que el otro.

2. Divida imaginariamente el seno en cuatro partes e inicie el examen en el cuadrante superior interno, con las yemas de los tres dedos centrales de su mano realice movimientos suaves en círculo, siguiendo las manecillas del reloj, recorra la totalidad del seno y por detrás del pezón, advirtiendo la presencia de masas. Realice el mismo procedimiento con el otro seno.

3. Acostada boca-arriba, coloque el brazo derecho sobre la cabeza y con el brazo izquierdo palpe el seno derecho, palpe de igual forma, reconociendo las costillas y realizando un recorrido por todo el seno. Finalmente presione el pezón, en busca de secreciones, realice el mismo procedimiento con el otro seno.

4. Durante la palpación recuerde siempre incluir las axilas tratando de descubrir cualquier nódulo, hinchazón o ganglios inflamados.

NO OLVIDE REALIZAR SU AUTOEXAMEN UNA VEZ AL MES, OCHO DÍAS DESPUÉS DE SU MENSTRUACIÓN, CONTANDO COMO DÍA PRIMERO EL DÍA QUE LE LLEGA

EXÁMENES DE DETECCIÓN DEL CÁNCER DE SENO

Algunas veces el cáncer del seno puede ser detectado en sus primeras etapas por medio de una mamografía, la cual es una radiografía del seno. La mamografía beneficia más a las mujeres a medida que envejecen y a aquéllas que están pasando por la menopausia, por tanto es más útil a partir de los 50 años aunque es preferible realizarse una mamografía después de los 40 años. La mamografía es una herramienta de detección que puede evidenciar la posible presencia de una masa de tejido anormal. Por sí sola, la mamografía no es lo suficientemente precisa para proporcionar una prueba definitiva de la presencia o ausencia del cáncer de seno. Si una mamografía indica la presencia de una anormalidad, se harán más exámenes adicionales para determinar si en realidad está presente el cáncer de seno.

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