Causas del efecto invernadero
Enviado por karolvelasquez96 • 5 de Octubre de 2014 • 2.416 Palabras (10 Páginas) • 225 Visitas
Efecto invernadero: es un fenómeno por el cual los gases que se encuentran en la atmósfera retienen el calor emitido por la Tierra. Este calor proviene de la natural radiación solar, pero cuando rebota sobre la superficie terrestre queda atrapado por la barrera de gases. Al quedarse estos gases entre suelo y atmósfera, sin poder quedar liberados al espacio, el efecto producido a escala planetaria es muy similar al de un invernadero. El efecto invernadero es la principal causa del calentamiento global.
Causas del efecto invernadero
Los gases responsables de este efecto son principalmente el dióxido de carbono y el metano. Estos gases, junto a otros, han existido desde los orígenes de la Tierra. Pero su presencia en la atmósfera empezó a multiplicarse durante la Revolución Industrial, momento en el que los avances tecnológicos obligaron al uso de combustibles fósiles. A partir de entonces, esta dinámica no ha hecho más que incrementarse, alcanzando un 35% más de dióxido de carbono que en los niveles pre-industriales.
La dependencia casi total de un modelo energético basado en el carbón, el gas y el petróleo nos está conduciendo a unas alteraciones en el clima de efectos desastrosos para la vida en el planeta. Las emisiones de gases aumentan en torno al 0,4% anual y seguirán haciéndolo si no modificamos nuestro abastecimiento de energético. El 80% de la energía que utilizamos en España proviene de combustibles fósiles, y casi toda ella es importada. Si seguimos con esta tendencia estaremos alentando una situación insostenible y cambios irreversibles sobre el clima. Debemos revisar nuestro modelo energético, apostar por las energías renovables y gestionar mejor nuestros recursos energéticos.
Consecuencias del efecto invernadero
Las consecuencias del efecto invernadero ya se dejan ver y provocan consecuencias terribles, sobre todo en las zonas más pobres del planeta.
Deforestación
Desertización
Inundaciones
Huracanes, tifones
Sequía
Fusión de los casquetes polares
Lluvias acidas: El hombre, a través de sus actividades, perturba el medio ambiente e interfiere en la precipitación de dos maneras fundamentales: con la construcción de ciudades y con el vertido de contaminantes a la atmósfera. Respecto a la contaminación atmosférica, uno de sus efectos más destructivos es la lluvia ácida, así denominada por la elevada acidez del agua precipitada
La lluvia acida es un problema ecológico que no respeta fronteras. La contaminación atmosférica que la causa es arrastrada por los vientos dominantes, desde las zonas industriales hasta montañas, lagos y bosques. Ni siquiera el Ártico está libre de tal contaminación.
¿De dónde proviene el ácido? Ya no hay duda de que la mayor parte se origina en automóviles, hogares, fábricas y plantas de energía. Siempre ha existido un poco de ácido en la lluvia alimentada por volcanes, pantanos y el plancton de los océanos; pero los científicos saben que ha aumentado abruptamente en los últimos 200 años. El hielo formado antes de la Revolución Industrial y atrapado en los glaciares resultó tener una acidez moderada, de origen natural.
La lluvia se vuelve acida principalmente por la presencia de dos elementos químicos: azufre y nitrógeno. El azufre se encuentra en la hulla y el petróleo. Al quemarse forma bióxido de azufre, que se mezcla con las gotas de agua en las nubes y se convierte en ácido sulfúrico. Como resultado de la combustión, el nitrógeno forma óxidos que se transforman en ácido nítrico al reaccionar con las moléculas de agua. Una parte de ambos ácidos cae donde se originan, mientras que el resto puede recorrer cientos de kilómetros.
La acidez de las precipitaciones está determinada por la concentración de iones de hidrógeno presentes en el agua; se expresa en términos de valor del pH, según una escala de O a 14, donde el valor 7 indica solución neutra (el agua destilada, por ejemplo), los valores inferiores, soluciones ácidas (manzanas, vinagre, zumo de limón), y los superiores, soluciones básicas (lejía, cal, amoniaco). Cada descenso del. pH en una unidad supone un aumento diez veces mayor en la acidez.
La lluvia ya es de por sí ligeramente ácida, pues contiene dióxido de carbono (también lo son la nieve, la niebla y las formaciones de hielo). Se considera lluvia ácida aquella que tiene un pH inferior a 5,6.
Existen diversas fuentes naturales de lluvia ácida: entre otras, los compuestos de azufre que resultan de las erupciones volcánicas, los manantiales termales y las fumarolas, y una cantidad considerable de óxidos de nitrógeno y azufre, producto final del metabolismo de diversos grupos bacterianos. A pesar de estos contaminantes naturales del aire, el pH del hielo glacial llega a casi 5,0, lo que significa que las emisiones naturales de los compuestos ácidos no son el origen principal de la lluvia ácida, sino las actividades de las sociedades humanas, .especialmente las más desarrolladas.
La combustión de carburantes fósiles
La combustión de carburantes fósiles (petróleo, gas y carbón) por fábricas, centrales eléctricas, hogares y vehículos libera dióxido de azufre y óxidos de nitrógeno. Estos’ gases no sólo ejercen un efecto nocivo sobre las cosechas, los árboles y los edificios del entorno más inmediato, sino que atraviesan largos recorridos transportados por el viento. Durante el trayecto, los rayos solares los transforman en sulfatos y nitratos. Una vez secos, estos contaminantes se resisten a caer al suelo, y tan sólo la lluvia y la nieve logran extraerlos de la atmósfera. Así, son absorbidos por las nubes y convertidos en ácido sulfúrico y nítrico, ambos solubles en agua, que se depositan a continuación, disueltos en la lluvia, la nieve o la niebla, sobre las plantas, los árboles, los lagos y los ríos, los mares y los suelos.
Efectos de la lluvia ácida sobre el terreno, las aguas dulces y el medio urbano
El fenómeno de la lluvia ácida (incluida también la nieve, las nieblas y los rocíos ácidos) tiene consecuencias negativas sobre el medio ambiente, porque no sólo afecta a la calidad del agua, sino también a los suelos, a los ecosistemas y, de modo particular a la vegetación: bastan 0,01-0,02 ppm de ácido (que corresponden a 10-20 mm./m3 en la atmósfera) para matar los líquenes; por su parte, las coníferas no sobreviven a concentraciones mayores de 0,07-0,08 ppm.
Los efectos de la lluvia ácida sobre el terreno dependen en gran medida del tipo de suelo sobre el que se deposita. Si el terreno es una formación de origen calcáreo, los ácidos serán rápidamente absorbidos por el carbonato cálcico que compone esta clase de suelos. Por el contrario,
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