Causas y motivos de la funcionalidad motora voluntaria

Causas y motivos de la funcionalidad motora voluntaria[pic 1]

Los movimientos han sido clasificados en tres categorías; reflejos, voluntarios y automáticos. A partir de esta idea, nace la teoría del movimiento que conocemos hoy en día. La teoría expresa que nuestro organismo tiene como condición un impulso sensitivo y en efecto, una respuesta motora siempre. El origen de los movimientos voluntarios tiene como característica una representación mental en la psique del ser humano. Esta imagen se origina en la corteza cerebral y como siguiente paso se transforma en acción/movimiento. La corteza cerebral trabaja en conjunto con todas nuestras vías sensitivas y todos nuestros procesos nerviosos formando conexiones neuronales conscientes. Esto dependerá de la información proveniente del medio interior y exterior del organismo. Al contrario del movimiento voluntario, el involuntario es el que se experimentará de forma inconsciente y difícilmente se tendrá control sobre él. Normalmente los movimientos involuntarios son producto de una condición especial fisiológica nacida con ella o padecimiento diagnosticado. Por otro lado, los movimientos automáticos se refieren a las costumbres motoras, es decir, la práctica constante de ejercicios físicos aprendidos y que gracias a la repetición se han adquirido. El movimiento automático está fuertemente sustentado en la memoria genética del ser humano; su memoria primitiva. El mecanismo fisiológico de la formación de costumbres motoras es complejo pues al mismo tiempo, todos nuestros sentidos están poniéndose en alerta para recibir la información del interior y exterior. Para lograr un aprendizaje o costumbre motora suceden 3 fases. La primera se define como la “fase de movimientos inútiles y la falta de coordinación”. Esta implica que nuestros centros motores respondan de una forma sobre estimulada o sobre excitada que irradiará movimientos “imperfectamente coordinados” y con un gran consumo de energía. La segunda fase es la de “movimientos rígidos o tensos”. Implica que los movimientos se vuelvan un poco más aptos para la acción que se desea realizar conscientemente topándonos de todas formas con músculos rígidos o inútiles a falta de experiencia. Estos movimientos logran ser más flexibles, más agiles y más precisos al mismo tiempo que moderan su consumo de energía.

Finalmente, la tercera fase nos expone que se logra la dinamicidad em formación de costumbres motoras. El movimiento se vuelve más estable. El cerebro y el sistema nervioso aprender a inhibir ciertos estímulos para perfeccionar la técnica. Una vez perfeccionada, el organismo tiene la capacidad de medir intensidad e intervalos. La respuesta obtenida en esta ultima fase se le conocerá como “estereotipo”. Estos movimientos estereotípicos tienen la capacidad de modificarse continuamente a merced pues una vez dominados, las posibilidades de sintetizar y readaptarse son infinitas. Estas posibilidades infinitas es lo que hoy en día conocemos como plasticidad neuronal. Esta plasticidad nos capacita para transformar, eliminar, reescribir, inventar todo propósito. El proceso de instalación del estereotipo es complicado y el escenario a la inversa también. La eliminación de un estereotipo ya establecido sugiere un gran esfuerzo del sistema nervioso central, aunque es totalmente factible. La sustitución de estos movimientos aprendidos es posible si se busca realizar el cambio a consciencia. Por esta razón los estereotipos son la base de la formación de costumbres motoras. La lectura sugiere que evitemos que nuestro cerebro forme una fijación extrema en su aprendizaje motor. Yo de igual forma sugiero aplicar este mismo principio al aprendizaje intelectual; si nosotros somos conscientes de nuestra estructura principal de aprendizaje admitiendo al mismo tiempo la posibilidad de modificarse, sufriremos menos en un futuro. Esta información resulta fundamental para comprender los procesos de maduración de nuestro sistema nervioso y sistema motor además de explicarnos la evolución o desarrollo de aptitudes deportivas.

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