Ceguera
Enviado por vina • 27 de Abril de 2013 • Informe • 832 Palabras (4 Páginas) • 264 Visitas
Nadie debería morir en vano. Tampoco un escritor. La muerte de José Saramago ha llevado quizás a muchas personas a recuperar su obra, a leerla, a conocerla. Este es mi caso, he tenido la oportunidad de leer por primera vez Ensayo sobre la ceguera, publicada en 1995. Después de todo lo dicho por multitud de personas durante estas últimas semanas tras el fallecimiento del escritor, y la genialidad de esta obra, queda claro que Saramago fue un escritor comprometido, que se mojó. Dice la tradición que Tales de Mileto andaba observando las estrellas cuando cayó en un pozo. Una muchacha tracia se burló de él porque, mirando las estrellas, no podía mirar el suelo, la realidad física que tenía ante él. Hay intelectuales comprometidos, y también hay otros que no lo están y prefieren vivir en las alturas de su arte, limitado a un selecto público.
Ensayo sobre la ceguera es un escrito de la contemporaneidad, es la implicación total en lo que ocurre actualmente y es un toque de atención a la humanidad. El estilo de Saramago es curioso y quizás choca al principio. Los largos párrafos con escasos puntos y aparte, los diálogos incluidos en las oraciones con mayúsculas, la dificultad de discernir a las personas que hablan. En su obra no aparece ni un solo nombre de ningún personaje, ni del país ni la ciudad donde se desarrolla la trama, ni referentes culturales nombrados como obras literarias y artísticas aunque sí se aluda a ellas, ni ubicación temporal. Toda esta ausencia de nombres es una ausencia de humanidad, es la rotura con lo que puede quedar de humano ante la epidemia de ceguera. No obstante, la novela es fácilmente ubicable en un contexto reciente y en un país que bien podría ser el nuestro o cualquier otro occidental. La historia no ocurre en un extraño mundo alejado, ocurre en el nuestro porque está dirigida a nuestra realidad
Podría ser relacionada con la serie de novelas distópicas del siglo XX, y una de ellas guarda algunas similitudes con la obra de Saramago. Se trata de El señor de las moscas (William Golding, 1954). Mientras que en la obra de Saramago es la ceguera la causante del alejamiento respecto a lo que se considera como humano y racional, en la obra de Golding ocupa la misma función el aislamiento y la soledad de una isla poblada por unos chavales sin adultos, llegados tras un accidente de avión. El hecho de que la novela de Golding esté caracterizada por niños y la de Saramago lo esté por personas de cualquier rango de edad no disminuye las consecuencias que se derivan del escollo que sufren. Las tensiones y la verdadera naturaleza del ser humano florece cuando la situación es adversa. El peligro de morir y la competencia por los recursos ponen a prueba a un mundo que ha quedado ciego. El resultado será el mayor desastre posible: el afán por el control, las medidas totalitarias de un gobierno que va quedando ciego también, la muerte, el saqueo, el desastre.
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