Cerebro De Los Dedos

Las manos siempre nos han revelado lo oculto;  la dureza del suelo y la suavidad del amor, que se traduce en  la piel del recién nacido, la taza caliente de chocolate, las migas de pan, la arena cálida del mar o el sudor en la espalda del ser amado. Con las manos conocemos el mundo, existen quien las usan para Cocinar, construir, jugar e incluso hay quienes las usan para hablar; en mi caso decidí usarlas para convertirme en artista y para ser preciso en ceramista, para aprender me inscribí en una de las universidades públicas del país y allí entre clases de dibujo y pintura conocí el barro, aquella materia que esconde y muestra el transito del ser en el tiempo, nuestros mitos y creencias, nuestra inteligencia y ciencia, todo lo que el ser humano conoce ha tenido que  ver con el barro, la arcilla; hasta nuestros platos de comida están hechos de barro. En el caso de los ceramistas, nos dedicamos a exaltar la belleza de la técnica, magnificarla, pasamos días, a veces incluso meses llevándola al punto más alto de belleza conocida, en ocasiones, solo para que el destino de nuestra pieza sea contener agua, nada más sencillo e importante.

Lo cierto es que el barro por sí solo no es suficiente, necesita el fuego, el calor; temperaturas que ninguna carne resistiría, algo tan caliente e incomprensible, un proceso mágico que convierte simples amasijos en obras de arte. El escritor peruano Julio Ramón Ribeyro Justificaba su adicción al tabaco mencionando que esa era la única manera que tenía el hombre de estar en contacto con el elemento de la naturaleza más indomable de todos: El fuego;  con el respeto que merece, no conocía la cerámica.

Todo lo anterior se resume en que un ceramista necesita tres cosas para trabajar tranquilamente, las manos, la arcilla y el fuego; a mí me falta el fuego; hacia allá va mi sueño, hoy en día la cerámica artística se practica con hornos de cerámica especializados, un horno que se me escapa de mis posibilidades económicas y cuando escuche que alguien se ofrecía a cumplir sueños me anime a contar esta historia; mi sueño es tener un horno de cerámica; y bueno espero que la suerte me acompañe.

Las manos siempre nos han revelado lo oculto;la dureza del suelo y la suavidad del amor,que se traduce en la piel del recién nacido, la taza caliente de chocolate o el sudor en la espalda del ser amado.Con las manos conocemos el mundo,existen quien las usan para Cocinar o construir;en mi caso, decidí usarlas para convertirme en ceramista y lo cierto es que la cerámica por sí sola no es suficiente, necesita el fuego y a mí me falta el fuego;mi sueño es  poder tener un horno para cerámica.gracias.

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