Cerebro Emocional

Nuestro cerebro es emocional, cuando tomamos decisiones intentamos aplicar la lógica pero lo cierto es que lo que verdaderamente decide lo que haremos son nuestras acciones.

Cuando sentimos una carga emocional muy grande nuestro cerebro ignora los impulsos lógicos, hace caso omiso, oídos sordos y solo obedece a nuestro lado emocional, es por eso que en en muchos asesinatos, atropellos y decisiones precipitadas se cometen bajo una potente carga emocional.

Cualquier persona mataría si la carga emocional fuera lo suficientemente grande, por muy inofensivo que te creas, las emociones pueden volverte en cuestión de segundos la persona más violenta del planeta incapaz de controlar sus actos y emociones.

Imaginemos la persona más pacífica del planeta, una especie de hippie que grita: “¡paz para el mundo!” , “¡No a la violencia!”, el tipo de persona idealista que ama los animales y las plantas y bajo ningún concepto mueve un ápice sus creencias, cree que ningún animal debe sufrir aunque sea para investigar curas, el tipo de persona que dirías que es imposible que haga daño a otro ser humano.

Imaginemos que esa persona va un día por la calle con su pareja, un atracador les atraca, coge a su novia y la viola delante de él hasta matarla. Antes de irse se da cuenta que las cuerdas con las que había sido atado están sueltas y que el atracador-asesino ha sido tan tonto que se ha dejado el cuchillo en el suelo.

Sus emociones empiezan a crear tempestades, el mundo se le viene encima, todo lo ve cruel, siente mucho odio y rabia por dentro, las emociones le inundan tanto que coge ese cuchillo y se lo clava por la espalda al atracador, con una potencia tan descomunal que lo mata en el acto.

Los humanos actuamos enteramente por emociones y da igual cuan arraigadas estén nuestras creencias, las emociones nos las pueden cambiar en cuestión de segundos de forma temporal o incluso permanentemente. De hecho las creencias se forman debido a nuestras emociones y hay personas que se pueden permitir determinadas creencias porque sus emociones se lo permiten.

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