Ciberdelincuencia
Enviado por yulvey • 2 de Mayo de 2014 • 884 Palabras (4 Páginas) • 425 Visitas
El teórico de la guerra alemán Carl Von Clausewitz decía que “la guerra es un acto de violencia para obligar a nuestro enemigo a hacer nuestra voluntad”. Pero, ¿se puede ejercer esa violencia desde un teclado? Sobre esa idea han discutido expertos en tecnología, seguridad y teóricos de la guerra. Aunque su conclusión no es unánime, la ciberguerra parece inevitable tanto tecnológica como políticamente.
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La revista especializada Journal of StrategicStudies dedica su última edición a este asunto. Unartículo publicado el año pasado en la misma publicación por el investigador y profesor de Estudios de la Guerra del King’sCollege de Londres, Thomas Rid, cuestionaba su misma existencia: “La ciberguerra nunca tuvo lugar en el pasado, no está habiendo ciberguerra en el presente y es improbable que ocurra en el futuro”. Buena parte de la argumentación de Rid se apoya en las ideas de Clausewitz sobre la motivación política, el carácter instrumental y el potencial letal de la guerra. En palabras del teórico alemán del siglo XVIII: ”Toda guerra es, simplemente, violenta. Si un acto no es potencialmente violento, no es un acto de guerra”. Para Rid, “el código no viene con su propia carga explosiva”.
Sin embargo, en el turno de réplica de la mesa de debate virtual que se ha convertido el Journal of StrategicStudies, su colega en el King’sCollege, John Stone, defiende que los ciberataques sí pueden ser considerados un acto de guerra. Para él, la condición de letalidad no es determinante. La clave es más la capacidad y consecuencias de ejercer la violencia sobre las personas pero también sobre las cosas. De hecho, la moderna doctrina militar estadounidense insiste en la neutralización de las capacidades del enemigo más que en acabar físicamente con su ejército.
“Estos efectos violentos no tienen porqué ser letales: pueden romper cosas más que matar gente y aún entran en la categoría de guerra”, escribe. Con la tecnología se ha llegado a una situación inexistente en el pasado: “La intervención de la tecnología permite que pequeños actos de fuerza, como teclear desde un ordenador, puedan provocar grandes cantidades de violencia, sea letal o no”, añade Stone.
Los 175 millones de registros comprometidos en casi 1.000 brechas de información ocurridas en 2011, que recoge un informe de Verizon, serían un buen ejemplo de esta violencia de baja intensidad que no necesita ser letal para producir un gran impacto. El problema, como reconoce Gary McGraw, jefe tecnológico de la empresa de seguridad de software industrial Cigital, es que los políticos, los medios y hasta su propio sector mezclan ciberguerra con ciberespionaje o cibercrimen, creando un estado de alarma
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