Ciencia y conocimiento: Los fundamentos de la ciencia son dinámicos

Lizbeth Morales Mariano

12 de agosto de 2018

Los fundamentos de la ciencia son dinámicos.

La búsqueda del conocimiento ha sido la gran ocupación humana; sin embargo, en palabras de      Britto (2013): “No todo conocimiento es ciencia”. La ciencia y el conocimiento son tentativamente términos sinónimos coloquialmente hablando, empero, la ciencia sólo es un camino al conocimiento. El navegar a orillas de éste, nos permite ver de cerca el crecimiento y el entendimiento de las cosas que nos rodean; los porqués y los cómos, alimentando así, el espíritu de trascendencia intelectual al que aspira todo hombre, habiendo razonado su condición en el universo.

Entendemos que los fundamentos de la ciencia son dinámicos debito a la naturaleza misma de la existencia humana y su no linealidad. Las condiciones, las necesidades y el contexto histórico de cada época se vuelven piezas claves para determinar los fundamentos de la ciencia que con el paso del tiempo se van transmutando para permitir la continuidad del saber. La ciencia se vuelve para la humanidad el medio para la producción de nuevos conocimientos, de una manera sistematizada, y analítica; y a su vez despreciando todo aquello no observable y comprobable para así definirse objetiva y real. La antigua Grecia es la cuna del conocimiento razonado, en donde se gestaron conceptos, ideas y problemas, sobre los cuales hoy sigue trabajando el mundo intelectual. Los griegos descubren el uso de la razón como una forma de edificar la reflexión; se cambia del simple discurso que busca la aprobación de los demás, por la búsqueda de otra categoría: la verdad. Siguiendo en el tiempo, la razón se practica y se perfecciona, las edades del hombre transcurren y se superan una a una debido a esto. La ciencia logra tener en cada etapa una fuerza lo suficientemente grande como para despertar conciencias de oposición contra un sistema de “verdad sagrada” impuesto por autoridades Iglesia-Estado, este momento en la historia se vuelve una de las barreras más grandes en la ciencia y en el saber, pero que a su vez propició un lento pero constante avance científico, cada vez más social. Es en el Renacimiento donde nuevamente la humanidad encuentra un punto para vivificarse a partir de todo lo ya ocurrido. La razón se siembra entonces, como parte inherente de la condición humana. Sucesos importantes transcurren gracias al uso de la razón; por ejemplo, se implementa el uso de la imprenta. Este suceso nos permite tener la primera cara pública de una contraparte decidida a no responder al conocimiento impuesto por autoridades. Descartes publica su “Discurso del               método (1637)” en francés, y no en latín, lo que significaba que era una obra dirigida al público en general y no sólo a la clase pensante. Descartes, congruente con el pensamiento griego, exigía demostrar todo aquello que se afirmase. El mundo de hoy es el fruto de la simiente de la cultura Griega.

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