Ciencias Sociales
Enviado por enriquejim • 20 de Abril de 2015 • 1.117 Palabras (5 Páginas) • 223 Visitas
En el contexto de los cambios políticos que atravesó América Latina a partir del último cuarto del siglo pasado, México aparece como un caso muy interesante por las particularidades que marcaron su transición a la democracia. Ésta tuvo su punto de inflexión en las elecciones del año 2000, en las que, después de 70 años de hegemonía del PRI, finalmente se daba alternancia en el poder. Transcurrida una década, en un esfuerzo conjunto entre la Universidad de Salamanca y el Colegio de México, los autores realizan en esta obra un balance de los avances y las asignaturas pendientes. Uno de los aportes fundamentales es la encuesta de opinión pública USAL-COLMEX, llevada a cabo en el seno del proyecto, y que aporta datos valiosos para examinar la realidad actual en México.
En el primer capítulo, Fernanda Somuano y Reynaldo Ortega abordan un tema fundamental del libro: la importancia de poner atención no sólo a los procesos a nivel
federal, sino también a las dinámicas que se desarrollan en el nivel subnacional. Los autores construyen un índice de democracia para los estados, que será utilizado a lo largo de la obra, basado en dos dimensiones: la «consulta protegida» –básicamente la competencia electoral– y la protección de los ciudadanos frente a las arbitrariedades del gobierno.
En el segundo capítulo, se analiza el capital social en México y observan su relación con la participación política y, específicamente, electoral. Demuestran que los niveles de confianza interpersonal que existen en el país coinciden con los del entorno latinoamericano, y que este indicador no parece tener peso a la hora de votar, aunque sí lo tiene la pertenencia a algunas organizaciones o el haber realizado trabajos voluntarios. Además, sostienen los autores, la identidad partidista y la confianza institucional también aumentan la probabilidad de que los mexicanos concurran a las urnas. En el tercer apartado, Salvador Martí e Iván Llamazares estudian la participación política no convencional, con especial hincapié en las acciones disruptivas. Concluyen que la implicación en acciones disruptivas no debe verse como un recurso extremo ya que quienes se inclinan por éstas suelen estar integrados en redes organizativas más amplias con una actividad política sostenida. La vida partidista se muestra como fundamental a la hora de prever la movilización de los ciudadanos: los intercambios clientelares suelen funcionar como incentivo selectivo para la participación no convencional, y las personas que se identifican con algún partido son más proclives a formar parte de este tipo de acciones. A continuación se aborda el fenómeno de la identificación partidista y se constata que los ciudadanos que dicen simpatizar con alguna de estas organizaciones son casi el doble de los que no lo hacen, siendo el PRI la formación que concentra más adeptos. Constatan que la identidad partidista sigue siendo un factor con mucho peso a la hora de explicar el voto y encuentran indicios de que las personas que se identifican con una organización están más satisfechas con la democracia, tienen mayor interés en la política y perciben que pueden tener más impacto en las decisiones del gobierno. Patricia Marenghi y Mercedes García Montero se aproximan al fenómeno del clientelismo desde un doble análisis: el perfil de los ciudadanos más proclives a recibir obsequios por parte de los partidos y la efectividad de los intercambios en cuanto a la recompensa electoral.
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