Conducta Suicida
Enviado por romain • 1 de Junio de 2014 • 7.613 Palabras (31 Páginas) • 365 Visitas
INTRODUCCION:
La muerte voluntaria siempre fue socialmente estigmatizada. En la filosofía griega y romana, el debate sobre el derecho y la oportunidad de salir de la vida por mano propia fue motivo de apasionadas controversias. Desde fines del siglo XIV reapareció un conflicto de valores cuyos argumentos llegan hasta hoy. En la edad media se castigaba el cuerpo de los suicidas e, interpretando el gesto autolítico como un insulto a Dios, el cristianismo le negaba sepultura en el campo santo. Petrarca en su De remediis utilizo el dialogo alegórico entre Dolor y Ratio para exponer los argumentos del suicidio: el hombre no tiene derecho a desertar, debe enfrentar las dificultades, la vida le es otorgada por Dios, matarse es olvidar nuestra naturaleza propia, el rechazo a la existencia es indigno, quien se mata es un cobarde. En 1642 en su obra Religio medici Sir Thomas de Browne acuño el neologismo “suicidio” bajo su forma latina (sui: de sí mismo; caedes: asesinato).
En 1600 Shakespeare planteó la pregunta fundamental: ser o no ser. Desde Montaigne a Bacon, los humanistas vivieron una primera revolución cultural y empezaron a discutir, aunque aun tímidamente, la prohibición cristiana. En el siglo de las luces el debate se deslizó de la moral a la medicina: la locura, siempre invocada como la instigadora de los pasajes al acto, entró plenamente en escena.
En el siglo pasado el suicidio romántico, prolongo la presencia del tema en la literatura de todos los tiempos mientras que, por su lado, el Estado Burgués despenalizó el suicidio pero desaprobándolo: el ciudadano debe conservarse con vida para consagrarla al servicio de la patria.
Por su lado en su articulado Duelo y Melancolía, Sigmund Freud, interpretó psicoanalíticamente al suicidio como una agresión dirigida hacia un objeto introyectado al que el sujeto está ligado en forma ambivalente, resultando con la conducta autolesiva de un deseo inconsciente de matarlo.
I. DEFINICION DE LA CONDUCTA SUICIDA
La conducta suicida no es un comportamiento exclusivo de la enfermedad mental, ni de la depresión, aunque en el contexto de ese trastorno psicopatológico es donde se encuentra una mayor incidencia de muertes por suicidio.
Por lo tanto se deben distinguir:
a. La crisis suicida de origen psicosocial (consecutiva a una acumulación de acontecimientos negativos cuya progresión, en general, es lenta en función de la capacidad de “poner el pecho”, afrontamiento o coping de los cognitivistas del individuo).
b. La crisis suicida de una persona afectada por una enfermedad mental (cuya progresión puede ser rápida en función de la mayor dificultad para encontrar otras soluciones a su sufrimiento). Diversos autores sitúan la ansiedad y el trastorno de la angustia como uno de los factores más implicados en el riesgo inminente de suicidio en pacientes afectados por depresión; mientras que la desesperanza y la anhedonia grave serian factores de más peso en el suicidio a largo plazo; mas de un año según el estudio de Fawcett.
Ya sea que responda a una u otra de las situaciones de crisis mencionadas el comportamiento suicida es una conducta compleja. Se han descrito múltiples motivaciones que pueden, en un momento dado, llevar a un individuo a cometer una tentativa de suicidio (TS). Entre las más frecuentes encontramos.
1. Desesperación por no alcanzar determinadas metas u objetivos que se ha impuesto, lo que se vive como un fracaso irremediable.
2. Una conducta de huida, una suerte de vía de escape ante situaciones estresantes u opresivas.
3. Una forma de llamar la atención en busca de ayuda ante una situación que evalúa como desesperada.
4. Una forma de “presión” sobre otras personas para obtener determinados cambios en la actitud de los demás.
5. Una falta de sentido de la vida, un cansancio de vivir, del que sólo surge sentimientos negativos. El hecho de vivir penoso, doloroso e irresistible, viéndose en el suicidio la única forma de solución. Es típico en las psicosis afectivas.
6. La soledad y el asilamiento hacen que la vida pierda sentido, ya que no se puede compartir. Esto es frecuente en las personas de edad avanzada.
Ringel (1976) describió en personas con trastornos mentales un síndrome pre-suicida, no especifico de una enfermedad psiquiátrica determinada, que incluye:
Sentimiento creciente de constricción psicodinámica (aplanamiento afectivo, disminución de la reactividad emocional y conductual), disminución de los intercambios interpersonales, reducción del sentido y los valores de las cosas.
Retorno de la agresividad contra el sujeto.
Fantasías de suicidio.
Otros autores han encontrado y validado estos elementos, quienes les agregan:
Perdida de esperanza.
Rumiaciones mentales.
Retraimiento social.
Pobre nivel de afectividad.
Dichos autores encuentran este síndrome transnosográfico en el 86% de los depresivos suicidas y en el 74% de los esquizofrénicos suicidas.
Los expertos reunidos en la Conferencia de consenso sobre el suicidio, introdujeron modificaciones en la evaluación del potencial suicida distinguiendo el riesgo suicida, urgencia suicida y la peligrosidad suicida.
El riesgo suicida, es una estimación a partir de datos epidemiológicos de la probabilidad de morir por suicidio en los dos años siguientes.
La urgencia suicida, es una estimación estrictamente clínica de la probabilidad de morir por suicidio en las 48 horas siguientes.
La peligrosidad suicida, se basa en el método elegido para el suicidio, su letalidad y su accesibilidad. La peligrosidad máxima, por ejemplo, con las armas de fuego, en especial los hombres. Estas tres dimensiones permiten definir la naturaleza y los plazos de la intervención a realizar.
1.1 Conducta parasuicida, alude a un patrón de comportamiento en el que no existe la voluntad expresa de morir, pero cuya ejecución pone en riesgo la vida (ciertos deportes de riesgo, relaciones sexuales con desconocidos sin protección, toxicomanías endovenosas sin precaución.); también se han englobado en esta definición ciertas conductas de inobservancia o anarquías en el cumplimiento de tratamientos por parte de pacientes aquejados por enfermedades de cuidado constante (diabetes, SIDA, cáncer, EPOC, etc).
II. EPIDEMIOLOGIA
El suicidio constituye una causa muy importante de muerte en todas las estadísticas sanitarias. La mayoría de ellas se refieren a los casos de suicidio informados por ello dependen mucho de la manera en que cada sociedad los define y los contabiliza.
Las estadísticas sobe el suicidio no pueden emplearse para comparar a los países entre
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