Contabilidad Ecológica Y Su Impacto Por El Incumplimiento De Las Normas Ambientales
Enviado por rarch2001 • 27 de Abril de 2012 • 3.712 Palabras (15 Páginas) • 876 Visitas
Contabilidad Ecológica y su Impacto por el Incumplimiento de las Normas Ambientales
El cuidado del medio ambiente, es importante y urgente debido a los problemas surgidos por los desechos producidos en las industrias y los desperdicios arrojados por el ser humano, y la tala inmoderada de los árboles que representan una fuente de oxígeno para la sociedad.
Es por eso que en esta ponencia tratamos temas tales como: Cultura ecológica y racionalidad ambiental, ética ambiental, calidad de vida y necesidades básicas, las normas ambientales. La contabilidad y el medioambiente, tema central de la ponencia en el que se trata los siguientes sub-temas: Ecología y contabilidad, La contabilidad y el medio ambiente, calentamiento global y sus consecuencias.
Al pensar en el futuro de nuestros hijos, debemos interesarnos por estos temas que son los que nos darán la pauta para mantener un medio ambiente más sano y evitar que se siga contaminando el entorno natural y la tala de árboles de arboles inmoderada para mantener el oxígeno necesario en la vida humana, la flora y la fauna.
Cultura Ecológica y Racionalidad Ambiental
La destrucción de la base de recursos naturales, el desequilibrio ecológico, la contaminación ambiental y la degradación de la calidad de vida, ha llevado a revisar los principios morales que guían la conducta de los hombres y que legitiman la toma de decisiones sobre las prácticas de uso y explotación de los recursos naturales.
Así se ha planteado la necesidad de generar una “cultura ecológica” para transformar las relaciones del hombre con la naturaleza. Esta cultura se entiende generalmente como una toma de conciencia de los diferentes autores sociales y una movilización de la ciudadanía para proteger el ambiente. En este sentido, la cultura ecológica se circunscribe al campo de las formaciones ideológicas, sin tocar las raíces de la racionalidad productiva y los estilos de desarrollo de los que dependen los procesos de degradación ambiental.
La cultura ecológica debe concebirse en un marco más amplio, en el cual estos procesos ideológicos transforman las relaciones de producción y las relaciones de poder entre Estado y sociedad. Así, la cultura ecológica se extiende hacia la construcción de una racionalidad ambiental mediante los siguientes procesos.
a)El establecimiento del marco axiológico de una ética ambiental, donde se forjan los principios morales que legitiman las conductas individuales y el comportamiento social frente a la naturaleza, el ambiente y el uso de los recursos naturales.
b)La construcción de una teoría ambiental, por medio de la transformación de los conceptos, técnicas e instrumentos para conducir los procesos socioeconómicos hacia estilos de desarrollo sustentables.
c)La movilización de diferentes grupos sociales y la puesta en práctica de proyectos de gestión ambiental participativa, fundados en los principios y objetivos del ambientalismo.
Ética ambiental, calidad de vida y necesidades básicas
Los derechos humanos relativos al ambiente emergen como una reivindicación fundamental para elevar la calidad de vida; ésta es entendida no sólo como la satisfacción de necesidades básicas y de cierto nivel de bienestar material, sino como el derecho a una vida digna, al pleno desarrollo de las facultades del hombre y a la realización de sus aspiraciones morales, intelectuales, afectivas y estéticas mediante la reconstrucción del ambiente.
Las reivindicaciones por una mejor calidad de vida desbordan las fronteras de clase, permeando los nuevos derechos del hombre a un ambiente sano y productivo. Estos valores trascienden las aspiraciones por un mejor nivel de vida, el derecho a la tierra y al empleo.
La conciencia ambiental como objetivos de la estrategia ambiental de desarrollo fundan su sentido en una realidad sustantiva, entendida ésta como un sistema de valores, significaciones y normas culturales caracterizadas por su diversidad y relatividad. El ambientalismo es una crítica radical de las necesidades impuestas por la expansión del capital y por el sobre consumo que agota los recursos a un ritmo exponencial. El concepto de calidad de vida redefine las necesidades humanas y replantea las bases del proceso de producción, para satisfacerlas dentro de una nueva racionalidad social.
La noción de calidad de vida supera la división simplista entre necesidades objetivas y necesidades subjetivas, incluso la dicotomía entre elementos fisiológicos y psicológicos, o entre necesidad y deseo. En su análisis se sobrepasan las nociones de bienestar, nivel de vida, condiciones de existencia y estilos de vida; se entretejen procesos económicos e ideológicos en la definición de demandas simbólicas y materiales, en la imposición de modelos de satisfacción mediante efectos demostración y en la manipulación publicitaria del deseo.
No obstante los efectos críticos del concepto de calidad de vida sobre la teoría de las necesidades y el bienestar, también ha surgido una noción más funcional, con el propósito de “humanizar” el consumo y de explicar y jerarquizar las necesidades básicas. De esta manera se reconoce la necesidad del hombre a tener acceso a un trabajo productivo, a ciertas amenidades creativas y participar en la toma de decisiones; pero no se plantean estas demandas en relación con las condiciones de acceso y autogestión de los recursos, los patrones de consumo producidos e implantados desde fuera y con las implicaciones macroeconómicas que generarán una mayor autosuficiencia de las comunidades, fundadas en un consumo diversificado y con un desarrollo descentralizado. Esto llevaría a redefinir las condiciones de producción para satisfacer las necesidades básicas, por medio de otra racionalidad valorativa y productiva.
La calidad de vida esta sobrepasada con calidad del ambiente; y la satisfacción de las necesidades básicas, con la conservación del potencial productivo de los ecosistemas, con el aprovechamiento integrado de los recursos naturales y con la sustentabilidad ecológica del hábitat. Pero esa calidad también depende de formas inéditas de identidad, cooperación, solidaridad, participación y realización, así como de la satisfacción de necesidades y aspiraciones mediante nuevos procesos de trabajo.
De esta manera si bien se ha avanzado en la elaboración de indicadores de calidad de vida más sofisticados que los índices tradicionales de bienestar, la evaluación de los aspectos cualitativos sigue dominada por la necesidad de producir mediciones cuantitativas y objetivas. Aunque se han hecho esfuerzos para incorporar las percepciones subjetivas
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