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Contaminacion Ambiental


Enviado por   •  25 de Junio de 2015  •  1.660 Palabras (7 Páginas)  •  237 Visitas

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INTRODUCCIÓN

El dolor es un problema de salud que está presente como síntoma de múltiples enfermedades, agudas, crónicas y en fase terminal. Algunas personas pueden estar temerosas, ansiosas, algunas lloran, se quejan, gritan, por ello es importante que el personal de enfermería esté capacitado para tratarlo no solo física, sino también psicológicamente.

En la valoración se deben analizar tanto los datos objetivos, como los subjetivos (tales como una postura rígida, el ceño fruncido, puños apretados, llanto, quejidos), la intensidad del dolor, la localización, el tiempo de aparición la frecuencia, así como los múltiples factores que puedan estar asociados a este, etc. Todo lo concerniente a ello lo trataremos en la presente monografía.

PROCESO DE ENFERMERÍA Y DOLOR

El profesional de enfermería debe utilizar un enfoque sistemá¬tico del tratamiento del dolor para entender el dolor de un paciente y proporcionarle la terapia apropiada. La comunicación del dolor es una transacción social entre el profesional de en-retraería y el paciente (ACHPR. 1992). La valoración correc¬ta depende en parte del establecimiento de una relación posi¬tiva entre el prestador de asistencia sanitaria. Los pacientes y las familias. Entonces los pacientes deben convenirse en par¬tícipes activos de su asistencia. El tratamiento del dolor se ex¬tiende más allá del alivio del dolor, abarcando la calidad de vida del paciente y su capacidad de trabajar de forma produc¬tiva, disfrutar del tiempo libre y participar con normalidad en la familia y con la sociedad (Jacox. Carr y Payne. 1994).

VALORACIÓN DEL DOLOR

La valoración correcta y exacta del dolor es necesaria para juzgar los progresos y respuestas del paciente, llegando a diag¬nósticos de enfermería apropiados y seleccionando terapias adecuadas.

La valoración del dolor es una de las actividades más comunes y más difíciles que lleva a cabo un profesional de enfermería. Éste valora la experiencia de dolor desde la perspectiva del paciente. Los profesionales de enfermería no pueden permitir que los prejuicios personales prejuzguen la valoración del dolor. Es importante interpretar con cuidado las señales de dolor y recordar que los componentes psicoló¬gicos y físicos del dolor influyen en la reacción al mismo.

La Agency for Health Care Policy and Research (AHCPR) ha establecido pautas específicas para valorar a pacientes que van a ser operados o ser sometidos a otras actuaciones. Lo principal es planificar con éxito las terapias de tratamiento del dolor antes de que se experimente el mismo. Ya que implica un enfoque colaborador, la gráfica de curso clínico de trata¬miento del dolor de la AHCPR proporciona un en¬foque conceptual útil al control del dolor agudo en general. Los pacientes deben entender que la comunicación informa¬da del dolor es valiosa y necesaria si el equipo de asistencia sanitaria va a tratar el dolor de forma individualizada y eficaz.

Es necesario ser sensible al nivel de incomodidad de un pa¬ciente. Si el dolor es intenso de forma aguda, es improbable que el paciente pueda proporcionar una descripción detallada.

Durante un episodio de dolor agudo, el profesional de en¬fermería ante todo valora cómo se siente el paciente, determi¬na las respuestas fisiológicas al dolor y la localización, inten¬sidad y calidad del mismo. Una valoración más cuidadosa del dolor lleva tiempo y debe realizarse cuando el paciente esté de nuevo más despierto y atento. Sofaer (1983) propone que la enfermera debe reducir la ansiedad del paciente antes de in¬tentar cuantificar la percepción del dolor de éste. La calma física puede tener cualidades analgésicas.

Para los pacientes con dolor crónico, la valoración puede centrarse mejor en aspectos afectivos y evaluativos de la experiencia dolorosa y en su historia y contexto (NIH, 1986). Para los pacientes con dolor crónico no maligno, la valoración debe incluir el nivel de función, ya que puede ser impo¬sible conseguir alivio completo del dolor.

La AHCPR recomienda que las familias de pacientes con cáncer aprendan a valorar el dolor con objeto de promover la continuidad del tra¬tamiento eficaz del dolor (Jacox, Carr y Payne. 1994). El profesional de enfermería debe ser consciente de posibles errores en la valoración del dolor (Harrison. 1991). Los prejuicios (so¬breestimar o infraestimar el nivel de dolor), las preguntas de valoración vagas o confusas y el uso de herramientas de valo¬ración del dolor poco fiables o no válidas no proporcionarán datos precisos. La enfermera debe reconocer a los pacientes que no proporcionan información completa acerca del dolor.

MANIFESTACIÓN DEL DOLOR POR PARTE DEL PACIENTE.

Los pa¬cientes, a menudo, no comunican ni comentan su dolor. Un enfermo debe confiar en el profesional de enfermería y perci¬bir su disposición a ayudar antes de realizar algún comenta¬rio sobre su dolor.

Un profesional de enfermería debe pregun¬tar acerca del dolor con regularidad y captar las formas verbales y no verbales con las que el paciente comunica un ma¬lestar. Hacer muecas, la inmovilización de una parte del cuer¬po y la adopción de posturas raras son ejemplos de expresio¬nes no verbales de dolor.

Los pacientes incapaces de comunicarse eficazmente requie¬ren a menudo de atención especial durante la valoración. Los niños, las personas con retraso en el desarrollo.

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