Corrosión hepática
Enviado por Yes, i´m a zombie • 19 de Mayo de 2016 • Informe • 1.288 Palabras (6 Páginas) • 241 Visitas
Corrosión hepática
Se trata de una alteración crónica e irreversible que representa la etapa final de diversos procesos agudos o crónicos que afectan al hígado, si bien el concepto es fundamentalmente morfológico donde se define como una alteración difusa de la arquitectura del hígado por fibrosis y nódulos de regeneración, clínicamente se puede sospechar por los antecedentes y los diversos datos clínicos que se pueden
documentar.
Se sabe que los cambios histológicos condicionan una alteración vascular intrahepática y una reducción de la masa funcional hepática
ETIOLOGÍA:
Consumo excesivo de alcohol.
Infección crónica por los virus de la hepatitis B y C.
Hemocromatosis hereditaria
Enfermedad de Wilson
Hepatitis autoinmune
Esteatohepatitis no alcohólica.
Colestasis obstructivas crónicas
Obstrucción crónica del drenaje venoso
Toxicidad por fármacos
(Metotrexato, metildopa, vitamina A, etc.).
Es consistente en la muerte progresiva del tejido hepático normal y su sustitución por tejido fibroso, lo que lleva a:
*Incapacidad del hígado para ejercer sus funciones de detoxificación del organismo (insuficiencia hepática).
*Fenómenos de sangrado (coagulopatía).
*Aumento de presión en la vena porta, que causa acumulación de líquido en el abdomen (ascitis) y dilatación peligrosa de las venas del esófago (varices esofágicas), que si se rompen pueden producir una hemorragia digestiva severa.
*Alteraciones del cerebro, con somnolencia y desorientación debidos a la circulación de amoníaco en sangre (encefalopatía hepática).
Causas, incidencia y factores de riesgo
1.- La primera causa que se da es por el consumo excesivo de medicamento
2.- Alcohol. La mayor parte de los casos de cirrosis se debe al alcoholismo.
3.-Otras causas:
- infecciones crónicas por virus (hepatitis)
- defectos de las vías biliares (obstrucción biliar)
- fibrosis quística
- aumentos en la absorción de hierro o de cobre, que se depositarán en el hígado.
Se manifiesta a través de diferentes síntomas que pueden presentar distinta gravedad dependiendo de cada caso. Hasta en el 25% de todos los pacientes no se presentan síntomas, y es lo que se conoce en medicina como cirrosis hepática latente. Cuando se trata de una cirrosis hepática manifiesta se muestran signos de que el hígado está dañado o de que existe la enfermedad.
Síntomas
La cirrosis compensada puede ser clínicamente latente, asintomática y ser descubierta fortuitamente en
un examen clínico efectuado por otro motivo. Otros pacientes se diagnostican cuando son explorados por
síntomas inespecíficos, o en el seguimiento de una hepatitis crónica viral, en algunos otros casos los
datos son muy floridos aunados a los antecedentes de relevancia (ingesta intensa de alcohol).
Los signos y síntomas que pueden acompañar a la cirrosis son múltiples y muy variados, si bien no todos
se presentan en todos los casos ni tiene un carácter patognomónico se pueden observar en la gran
mayoría de estos enfermos; los podemos clasificar por aparatos y sistemas:
Muchos pacientes permanecen sin síntomas durante años, lo que retrasa el diagnóstico.
"Síndrome constitucional": Falta de apetito, cansancio y adelgazamiento.
Náuseas y vómitos. Los vómitos pueden ser de sangre cuando existen varices esofágicas y/o alteraciones de la coagulación de la sangre.
Ictericia (Tinte amarillo de la piel y las mucosas debido al exceso de bilirrubina circulante).
Hinchazón abdominal, cuando se produce ascitis.
Alteraciones menstruales en la mujer.
Impotencia y desarrollo de mamas en el hombre.
"Arañas vasculares": Vasos sanguíneos rojos en la piel, haciendo figuras parecidas a arañas.
a evolución de la cirrosis hepática depende de las causas que la produzcan y de que el tratamiento sea adecuado y oportuno. Con una cirrosis bien tratada, el hígado puede recuperarse, al menos en parte. En los casos en que la causa de la cirrosis hepática es un exceso de consumo de alcohol, el paciente deberá renunciar al alcohol (abstinencia) para lograr un pronóstico favorable. Es suficiente con un 15% del tejido del hígado sano para que este cumpla sus funciones. Sin embargo, los daños causados por la cirrosis hepática no se pueden resolver por completo, por lo que no es posible la cura completa.
Diagnóstico
Examen físico. Se palpa un hígado duro, en ocasiones aumentado de tamaño (hepatomegalia) y en otros casos de pequeño tamaño. Si hay hipertensión portal se encontrará líquido en el abdomen (ascitis) y un bazo aumentado de tamaño.
Análisis de sangre. Los glóbulos rojos están disminuídos en la sangre (anemia), y existen alteraciones de la coagulación y disminución de la albúmina en sangre. Pueden elevarse la bilirrubina y los enzimas del hígado (transaminasas), y cuando existe encefalopatía, se suele demostrar amoníaco en sangre. La cirrosis puede alterar muchas otras pruebas analíticas.
Estudios radiográficos. Aunque una radiografía simple de abdomen puede mostrar una silueta hepática alterada, la prueba más específica será una ecografía abdominal, que mostrará además la desestructuración del hígado, y el bazo grande que suele coexistir.
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