Criminalistica
Enviado por alexmount • 22 de Octubre de 2013 • 3.575 Palabras (15 Páginas) • 228 Visitas
1. INTRODUCCIÓN
Quienes hemos participado en la investigación de los delitos sabemos de
la gran responsabilidad que ello implica, pues la experiencia nos ha ense-
ñado que no hay casos fáciles de resolver y que sí existen, en cambio, al-
gunos de muy difícil solución, mas no imposibles, poniendo a prueba la
capacidad de observación, análisis y deducción del investigador.
Ciertamente, hay una gran diversidad de delitos y cada uno de ellos
exige una muy particular forma de investigarlos, ya que plantean proble-
máticas diferentes, sin embargo, siempre ha de respetarse la metodología
general de la investigación criminalística en el curso de toda indagación.
En cualquier acción delictiva se presentan, invariablemente, un autor y
el resultado material de su conducta. Del estudio del primero, es decir, del
protagonista del delito, se encargará la criminología, realizando el exa-
men integral de su personalidad, requisito indispensable para la justicia
penal. A su vez, del estudio de las huellas materiales del delito, es decir,
de los indicios, se ocupará la criminalística; ambas disciplinas hermanas
que provienen de un tronco común, la medicina forense, y más que auxi-
liares del derecho penal deben ser consideradas básicas e insustituibles,
conforme bien lo puntualizó Jiménez de Asúa en el III Congreso de la
Asociación Internacional de Derecho Penal, celebrada en Palermo en
1933.
A continuación, nos ocuparemos por separado de cada una de estas
disciplinas, destacando su valiosa participación en la investigación delic-
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194 RAFAEL MORENO GONZÁLEZ
tiva, particularmente por cuanto se refiere a las muertes violentas que tan-
to conmocionan a la comunidad, muy especialmente en el delito excep-
cional, raro y difícil que, por ello mismo, Mario Treves calificara como
‘‘laberíntico’’ y ‘‘paranóidico’’ en el Congreso de Antropología Criminal
de Turín, celebrado en 1966. Delito cuyo autor no acierta a explicarse y
ante el cual permanece horas y horas en actitud meditabunda, como El
Pensador, de Rodin, o como Il Pensieroso, de Miguel Ángel, buscando su
secreto íntimo y profundo.
A decir verdad, la única explicación para el apasionado interés que la
humanidad siente por el homicidio, reside en su carácter trágico e irre-
versible, capaz de perturbar y atemorizar a los más poderosos instintos,
aquellos que sirven, precisamente, para la conservación de la especie y de
la vida individual.
Cabe reconocer que no pocos asesinos parecen personas refinadas,
imaginativas e incluso sensibles, rasgos aparentemente en franca discor-
dancia con una conducta criminal, pero de cuya secreta índole consigue
desentrañar el estudio científico que es de capital importancia para com-
batirlos eficazmente.
2. LA CRIMINALÍSTICA EN AUXILIO DE LA JUSTICIA
La criminalística y la medicina forense son dos disciplinas insepara-
bles, que aportan valiosa información en los casos de muertes violentas y,
consecuentemente, permiten su cabal esclarecimiento. Esta relación es
tan íntima que, según dijera Alfonso Quiroz Cuarón, maestro de crimina-
listas y médicos forenses, la primera, es decir, la criminalística, debía
considerarse hija predilecta de la segunda, a saber, la medicina forense.
La tarea principal de la criminalística consiste en la lucha directa con-
tra el crimen, mediante la verificación científica del delito y del delin-
cuente. Por ello, su historia se encuentra estrecha e indisolublemente liga-
da a la de la medicina forense y a la de la criminología. De ahí, también,
que a médicos y abogados, principalmente los primeros, se deban, en
nuestro país, las páginas más luminosas de su historia, pudiendo afirmar-
se que el escalpelo tomó preeminencia sobre el mallete, así como la bata
blanca resplandeció más que la toga, no obstante que el padre de la crimi-
nalística haya sido el famoso juez de instrucción de Graz, el doctor Hanns
Gross.
CRIMINALÍSTICA Y CRIMINOLOGÍA 195
Durante la secuela procedimental, las limitaciones del engranaje judi-
cial, en el campo del conocimiento, hacen indispensable el concurso de la
técnica especializada en algún orden científico, ya sea para dilucidar o
precisar las muy variadas situaciones relacionadas con la conducta o he-
cho, y con ello estar en aptitud de definir la pretensión punitiva estatal.
Todo lo cual se traduce en la necesaria intervención de sujetos posee-
dores de esta técnica o especialidad: los peritos, mismos que cumplirán su
cometido a través de la peritación. Es conveniente señalar que conforme
la ciencia se desarrolla y sus resultados se incorporan al servicio de la jus-
ticia, cobra mayor importancia la prueba pericial. El dictamen pericial,
según Pietro Ellero, ‘‘es un medio subsidiario de la inteligencia del juez,
auxiliándola al modo como los anteojos auxilian al sentido de la vista’’.
Ahora bien, durante la investigación de los ilícitos, agentes investiga-
dores del Ministerio Público, policías judiciales y peritos, deben integrar
un sólido equipo de trabajo, bajo el mando de los primeros, es decir, de
los agentes investigadores del Ministerio Público. Cada uno de los inte-
grantes del equipo tiene funciones específicas que deben ser respetadas
por los restantes, a fin de evitar interferencias que se traducen, frecuente-
mente, en vergonzosos fracasos generadores de impunidad, o lo que es
aún más grave, originan errores judiciales de consecuencias dramáticas
cuando, en el orden penal, se castiga como autor de un delito a quien no
lo ha cometido. Al respecto, el catedrático en derecho penal de la Univer-
sidad de Barcelona, Octavio Pérez-Vitoria Moreno ha expresado esta cer-
tera opinión: ‘‘No afecta a la seguridad jurídica el crimen impune, mas sí
la vulnera en su esencia misma el castigo del inocente.’’
A propósito de las funciones de los peritos en criminalística de campo,
sobre todo para la investigación del delito más grave, me refiero, claro
está, al homicidio, los criminalistas hemos formulado una especie de ‘‘ca-
tecismo’’ aplicable muy especialmente en los casos de
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