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Criminologia


Enviado por   •  26 de Febrero de 2014  •  4.105 Palabras (17 Páginas)  •  226 Visitas

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CONTENIDO

Introducción

Desarrollo

1.- Conducta Criminal Y Patología

Conclusión

Bibliografía

Fuentes

INTRODUCCIÓN

Al principio de este siglo, los psiquiatras fijaron su atención en la deficiencia mental y algunos pensaron que éste era un factor capaz de explicar una gama extensa de acciones criminales. En un trabajo clásico, Fernall mantuvo que cada débil mental particularmente, si no lo es en grado profundo, es un criminal en potencia que únicamente requiere de un ambiente apropiado y una oportunidad para manifestar su criminalidad. Pocos psiquiatras estuvieron en desacuerdo con este autor cuando afirmó: "la debilidad mental es la madre del crimen, de la degeneración y del pauperismo". El uso generalizado de las pruebas de inteligencia de Simon y Binet hizo posible la identificación de un número elevado de débiles mentales, del 25% al 98% en la población de varias prisiones. Sin embargo, otros investigadores no confirmaron estos hallazgos, Murchisson comparó la inteligencia de criminales encarcelados con la de adultos de la población en general y no encontró diferencias notables. Hoy en día, eliminando el error de la generalización, se reconoce que los deficientes mentales tienen inclinación a cometer cierta clase de acciones criminales.

Los líderes de la psiquiatría forense norteamericana, Benjamin Karpman y W. A. White, comenzaron sus estudios hace más de 50 años. El primero identificó a un grupo especial de ofensores con personalidad antisocial: impulsivos y agresivos, que no se sienten culpables por sus acciones reprobables y que son incapaces de formar ligas estables de afecto con otras personas. El término "personalidad psicopática" equivalente al término "locura moral", usado casi un siglo antes por Prichar, entró al lenguaje psiquiátrico y criminológico y más tarde ha sido, tal vez desventajosamente, sustituido por el de "personalidad sociopática", muy usado en nuestros días.

En la tercera y cuarta década de este siglo las teorías ambientalistas comenzaron a tomar fuerza. Entonces, se inculpó a la sociedad hacia esta época, el psicoanálisis había rebasado los límites de la medicina y las explicaciones propuestas por Freud acerca de los motivos inconscientes y los órganos infantiles de la conducta neurótica se trasladaron al campo de la criminología.

Hoy se reconoce que la criminalidad es un fenómeno complejo que tiene múltiples determinantes: la herencia, la familia, el vecindario, la injusticia social, las condiciones generales del mundo, incluyendo el cambio social y la deshumanización de la vida en grandes poblaciones urbanas.

La idea de que una porción significativa de criminales sufre defectos o desórdenes mentales en formas y grados diversos, se apoya en estudios científicos del problema, uno de ellos hoy visto como clásico es el de Bernar Glueck, quien examinó a una población numerosa de prisioneros en Sing Sing, Nueva York; este investigador encontró que 58% de ellos sufría alguna forma de desorden mental. En 1972, Karl Manninger, apoyándose en el punto de vista de que los criminales sufren con frecuencia desorden psicopatológico, recomendó a la barra americana de abogados que "cada tribunal tenga acceso a un psiquiatra y que en cada institución correccional se haga en cada caso un reporte psiquiátrico antes de conceder la libertad preparatoria o de la trasferencia entre instituciones".

En algunos países se han puesto en práctica programas de tratamiento y rehabilitación para ciertos ofensores con el fin de curarlos y después devolverles la libertad. Esta ha sido una tarea en que legistas, criminólogos y psiquiatras han unido sus esfuerzos.

DESARROLLO

Las aportaciones de la psiquiatría al conocimiento del crimen y del criminal son de dos tipos: unos están basados en los estudios clínicos neuropsicológicos y otros en el estudio psicodinámico minucioso de casos individuales. Me refiero en primer lugar a los estudios clínicos epidemiológicos.

La personalidad de sujetos que cometen múltiples homicidios, difiere de la personalidad de quienes cometen un homicidio durante un acto delictivo de otra clase o de los autores de crímenes pasionales del tipo más común. Sherver Trasier estudió a 65 multihomicidas y encontró que la mayor parte de ellos tiene un sistema delirante encapsulado, una "paranoia focal".

Aproximadamente en 30% de los homicidas existen datos psicopatológicos evidentes, clasificables como trastornos psicológicos. La esquizofrenia tiene entre ellos la representación más numerosa: un homicidio brusco, impulsivo, aparentemente sin motivo, tal vez la respuesta al mandato de una voz alucinante es característico. En general, predecir la comisión de actos violentos por parte de enfermos esquizofrénicos es particularmente difícil. En otros homicidas, la depresión melancólica es el factor operante. Quienes matan a uno o más miembros de la familia y continuación se suicidan, son generalmente enfermos melancólicos. Un hecho que se representa a reflexión es que las historias de quienes posteriormente cometen un homicidio es frecuente identificar la presencia de ideas suicidas. Identificación suicida o intentos de suicidio son antecedentes más comunes de lo esperado entre quienes realizan actos criminales violentos. MacDonald describe que 16 de 100 recluidos por el delito de haber proferido amenaza de muerte relataron haber hecho intentos de suicidio. Por otra parte, los autores de crímenes violentos y entre los ofensores sexuales no es frecuente identificar a sujetos con desórdenes psicopáticos del carácter. En la pedofilia, el índice de homicidios es más elevado que en otras desviaciones sexuales.

Tanto los requisitos electroencefalográficos de superficie como aquellos que implican la aparición de electrodos profundos aportan algunos datos. Un estudio de Sayed puso de manifiesto anomalías electroencefalográficas en 65% de 32 homicidas insanos. Estas anomalías se encontraron mucho menos frecuentemente entre los miembros de un grupo de control. El hallazgo más común fue "ondas lentas en forma difusa". No hay que perder de vista que de 50 a 60% de los individuos con personalidad psicopática tiene alguna anormalidad electroencefalográfica, en tanto que anomalías semejantes se encuentran en 10% a 30% de enfermos mentales y 30% de enfermos esquizofrénicos.

Falconer y sus colaboradores han dado a conocer que 38% de las personas que sufren epilepsia del lóbulo temporal muestran

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